ILUSTRACION
ELABORADA POR: Fernando Emilio Saavedra Palma.
INSTITUTO CENTRO UNIÓN
“EL I.C.U.”
1973-1979.
GUIÓN CINEMATOGRÁFICO
Por
Fernando Emilio Saavedra Palma.
C I
N E
Basado en la vida real.
No es un guión, son imágenes del guión
Preparando (diciembre del 2013), el guión
cinematográfico y dejando a la vista algunas imágenes del Instituto Centro Unión,
testimonio de la juventud de esos años mi generación.
En su momento prepararé el guión técnico y definitivo para la realización
de una película que nos marca con toda una generación del cambio en silencio.
Fernando Emilio Saavedra Palma.
A Luis Guillermo Topete Altamirano;
quien logró cultivar a tantas generaciones de alumnos del Instituto Centro
Unión “gracias”.
A mis compañeros “el Vivís” y “el Tony”
los cuales tuvieron una vida muy corta. Sin embargo tuvimos la oportunidad de
vivir muy rápido los momentos de la adolescencia que marcan la vida definitiva
del hombre que soy yo (el negro), que aspiro hoy como artista de la palabra en
plasmar lo más fiel posible esos momentos del pasado, hoy presente
cinematográfico.
Por supuesto nuevamente a mi perro Luis
Jacobo.
Y a todos esos únicos profesores del
I.C.U. que nos apoyaron por siempre en nuestro crecimiento con sus sabios
consejos.
INTRODUCCIÓN
IMÁGENES DE GUIÓN
DEL INSTITUTO CENTRO UNIÓN.
Autor:
Fernando Emilio Saavedra Palma.
Trabajo
cinematográfico de alto contenido
juvenil.
Para:
El Profesor Guillermo Topete Altamirano (q.e.p.d.)
El nivel educativo fue suficiente cuando estudié de
1973 a 1979, fueron años increíbles y de
mucha tradición en el Distrito Federal en la encantadora zona de Coyoacán
barrio de intelectuales, políticos, deportistas, y artistas del cine.
En los años 60´s el maestro Luis Guillermo Topete
Altamirano o “papi Topete” como se le
conocía en el Latino Mexicano que se encontraba en la calle de Nicolás San Juan
frente al club Italiano, hoy (2013) está el colegio Suizo y la tienda de
Soriana en eje 5 Eugenia en la colonia del valle. El maestro Topete decide formar su propia
escuela y crea el Instituto Centro Unión.
La institución recibía a muchos alumnos de diferentes escuelas como el Centro
Universitario México (CUM), Franco Español, Franco Ingles, Escuela Mexicana
Americana, Instituto Canadiense de México y de varias escuelas más de la zona sur de la ciudad de México. Entre los alumnos me encontraba yo, en ese
ambiente tan especial de la institución. Había maestros muy especializados en
este sector de estudiantes difíciles, la mayoría de estos docentes son
recordados por cada uno de nosotros como amigos que nos dieron mucha terapia
con sus opiniones y hasta consejos para mejorar cotidianamente con nuestras
actividades escolares y fuera de la escuela. La mayoría de los alumnos éramos
problemáticos con alto nivel de hiperactividad y con tendencia al bullying.
En el famoso callejón del aguacate (dónde siempre
había madriza segura), muchos personajes golpeadores del ICU y de las escuelas aledañas nos reuníamos
a la salida de la escuela para arreglar cuentas.
Las madrizas más espectaculares eran las de los que no sabían pelear, porque
tardaban bastante tiempo en tomar valor para tirar el primer golpe, pero se engallaban
y todos los presentes nos encargábamos de sacarles el coraje. No así los
madreadores efectivos con experiencia que de unos cuantos golpes terminaban el
combate.
La escuela estaba ubicada en Presidente Carranza # 164
en Coyoacán. Frente a ella una plaza perfecta con bancas a los cuatro costados;
todas dentro de una pequeña jardinera en la cual todos los alumnos a la hora de
salida esperábamos la llegada de los padres de los niños fresas, o llegaban los
automóviles de los gandallas o fedayines de esos días que eran hijos de
políticos, niños millonarios o uno que otro
colado de otros colegios que iba a ver el coloquio femenino del I.C.U.
La hermandad se daba en todos los niveles de
secundaria y preparatoria. Y ya se calificaban los tipos de golpeadores:
dicharacheros, mensos, dejados, maricones o de los que no se hablaba.
El aspecto psicológico por parte de los prefectos y
toda la institución era determinante para tener contacto con el nivel escolar
de los alumnos. Las charlas con los padres
de familia eran constantes, de esa manera los maestros tenían cierto control
junto con los padres. (Todos grandes psicólogos con sentido común)
En mi caso, como vivía con mis tres hermanos no tenía
la supervisión por parte de un tutor con la seriedad adecuada para tener la
dedicación a mi nivel académico. Mi nivel intelectual fue definitivo gracias a
la lectura. Fui lector en consultorios médicos, con abogados, peluquerías, de
librerías como el Sótano, Gandhi, la Casa del Libro, Ciudad Universitaria,
afuera del metro Copilco, en el botadero de un coche viejo dónde hacía
intercambio o le vendía libros al Sr. Montaño y en Sanborns.
Sin darme cuenta me convertí en un lector voraz desde
los 9 años y entre la gran cantidad de libros (de todo tipo), artículos,
revistas, cuentos y todo lo que caía en mis manos, mi lectura favorita era “la poesía”, que no había
en mi escuela. Pero al escribirles y obsequiarles a mis compañeras y compañeros
pequeños poemas de mi autoría, para luego engañarlos y decirles que el texto era de Pablo Neruda, de Jaime Sabines, Antonio y Manuel Machado o Carlos Pellicer; mis
compañeros me pedían constantemente que
les hiciera lectura de dichos poetas y yo en mis travesuras me reía a carcajadas
abiertas de que me pidieran esos poemas que no eran de los poetas famosos, sino
míos. Todos mis compañeros aprendieron el nombre de poetas verdaderos por esos
años y evidentemente no el mío que desde entonces buscaba su camino.
MUJER
Hoy desperté pensando en ti
seguro mañana no me pasará
lo mismo.
Pasarán los días y los años
y habrá un mañana, en el cual
despierte pensando en ti.
1974
Simplemente será
cuando menos lo esperé,
pero mí consiente
lo tiene presente.
La poesía entre la ignorancia de la juventud es un mar
de diversión con mi grupo la triada. Ninguno leía, ni sentía ningún interés por
las letras en ninguna manifestación, lo mismo es para ellos Machado que Sabines. La poesía es un verdadero
descubrimiento no tiene nombre hacia el futuro, hacia el universo, hacia los
oídos de una mujer cuando es amada.
LOS FUTUROS TOREROS.
Voy a la escuela en el camión que se va por toda la avenida
Coyoacán y pasa por los viveros. El sol aún no sale y muy pocos deportistas
llegan al vergel de la ciudad. Cuando entre sombras miro al torero maestro
semi-viejo que llega solo, muy solitario a su paso a entrenar a la juventud,
escuela de la vida por el mundo. Bajo al camino lo saludo a señas de lejos y me
le emparejo a su paso. Ambos nos vamos al ruedo imaginario de madrugada cuando
el sol nos alcanza un día más en el entrenamiento. Llegan a su paso cada uno de
ellos, todos los días asistían una gran cantidad de jóvenes, ex-toreros y
futuros novilleros que dejan la sangre de la pasión en golpes de adrenalina con
elegancia en cada paso al muletazo cotidiano. El arte del toro entre
carretillas con pitones o sencillas carretillas con los brazos, las espadas,
muletas, capotes, alforjas con sus desayunos o comidas sencillas y un alma
gigantesca que peca con la existencia forma del vivir con los sueños del torero
en llegar a tomar la alternativa y escuchar el aplauso mil veces en las plazas
del planeta España, Portugal, Francia, Colombia, Venezuela otras más por el planeta
y la nuestra “la México” Implorando en silencio, un silencio enorme, enorme a
la emperatriz de América que se llegue al éxito o a la muerte.
Es la familia del torero vivo que se la juega por el
universo adrenalinico que vive por la sangre de su cuerpo. De todos ellos “NO” llegarán muchos pero
queda una hermandad entre todos para toda la vida. Sucedía este evento de vida
del torero por el año de 1974 y éramos tres estudiantes del ICU quienes
practicábamos algunos días este arte nunca más olvidado.
Nuestra amistad también nos llevó a ser cuatro junto
con el “Tore nariz de Corazón” quien le había regalado una fotografía toreando
a nuestro prefecto Paco, toreando a una becerra en el cortijo en una hacienda
ganadera.
Al paso del tiempo un día caminando con mis 50 años, recorría la Colonia del Valle cuando
apareció un chamaco pidiendo dinero para a completar para su traje de torero me
enseñó su cartel ya impreso con su nombre. Lo miré fijamente a los ojos, hice
unos movimientos de arte taurino, él me miro y continúo con los suyos, nos
dimos un abrazo de hermandad y el siguió por su camino.
ILUSTRACION ELABORADA
POR: Fernando Emilio Saavedra Palma.
PLAZA UNIVERSIDAD
Era el espacio de preferencia para todas las escuelas
aledañas al centro comercial. Donde todos los alumnos (hombres y mujeres), iban
a tratarse y a conocerse para luego saber en dónde iba a ser la fiesta del fin
de semana, y en este espacio se juntaban todos los intereses juveniles.
Adolescentes en excelsos carros que llegaban con damas y se bajaban a tomar
café o a pasear por la plaza. Se confrontaban los uniformes de las escuelas y
las damitas se metían en los baños públicos para cambiarse y salir bien
arregladas con sus bocas pintadas y muchas de ellas, las más atrevidas hasta
fumaban. Todas ellas no importando del colegio que fueran se relacionaban ya
sin uniformes y se podían ver en las fiestas a las que acometíamos los varones
listos a seguir la farra. En cambio los hombres de las mismas escuelas usábamos
el uniforme cómo estandarte, y por el motivo más simple ó mínimo siempre llegábamos a los golpes. El
I.C.U. era conocido por la variedad de varones que eran buenos peleadores y
recordando les cuento:
“La triada” estaba compuesta por “el Vivís”: blanco, pelo
ondulado, muy fornido, galán. “Tony”: apiñonado, pelo ondulado y galán, por
último “el Negro”: pelo ondulado, moreno y bailador. Los tres excelentes con
los puños, todos del Centro Unión, greñudos con los sweaters amarrados a la
cintura, los libros en morrales, con pulseras y collares hipiosos. Una mañana caminando la triada por los
pasillos de Plaza Universidad nos topamos de frente con tres cadetes del H.C.M.
perfectamente arreglados y con las normas de la honorable institución. Nos
encontramos, nadie cedió el paso, nos miramos fijamente y nadie se hizo a un
lado, no se abrieron y tampoco nosotros. Brinca uno de ellos y brinca uno de
nosotros. Se miran con rotundo reto y se dan los golpes de inmediato entre el
negro de 1.66 de altura, contra el 1.80 del cadete. La golpiza es fenomenal y
el pasillo de estar solo, vacío sin un alma se llena de una gran cantidad de
mirones que echan porras al chaparro, greñudo y bailarín. Mientras tanto el
Vivís y el Tony contienen a los otros dos cadetes diciendo que es un tiro
derecho, que no se metan si no, se la verían con ellos. Era espectacular ver
como el cadete arrastraba de las greñas al Negro. De una manera impensable éste iba a
donde iban sus brazos y parecía un baile no parecía un pleito. El público
coreaba la pelea como si fueran las luchas comerciales de la arena México. Como
todo era un gran show llegaron al punto máximo en donde entraron a una tienda
de ropa exclusiva de vestidos de novias y continuaba la pelea de tal forma que
caían los vestidos, los maniquíes y las dependientas salían espantadas gritando
y pidiendo ayuda a la policía. Repentinamente el Negro da un giro, logra
zafarse de las manos del uniformado y conecta varios golpes que noquean al
cadete. Éste cae entre los vestidos de novia y el Negro lo envuelve quedando el
militar vestido de blanco. Los otros dos cadetes estuvieron a punto de sacar
sus sables para ayudar a su compañero, pero el
Vivís y el Tony no lo permitieron con sus miradas e impulsos inmediatos
para responderles a los madrazos. Con tanto público viendo fue imposible separar
a los peleadores o que intervinieran en el pleito. La triada se apresuró
saliendo rapidísimo, ya que en esos
momentos llegaba la policía. La pelea fue un rotundo recuerdo de carcajadas
cuando la recordaban los varones del I.C.U. fuera de la escuela en la
cotidianidad.
“La triada”
Adolfo Méndez Quijano 1.70 blanco de complexión fuerte alias el “Vivis” estudio en la primaria del Latino Mexicano, en la Colonia del Valle en la calle
de Nicolás San Juan. Origen en la docencia del maestro Guillermo Topete
Altamirano. En este espacio educativo recuerdo los encuentros del futbolito
BIMBO (1967) que se televisaban, era una
época pasada maravillosa en los múltiples juegos de los niños. El “Vivis” era
todo un deportista, joven y muy fuerte que llegó a representar al equipo de
futbol americano de las Águilas que entrenaban por esos años (1978
frente al restaurante el Mamucas) frente
al parque de los Viveros en Coyoacán, en donde a mediados de los 60´s se
proyectó e instaló el Instituto Centro Unión. Hoy ya no existe ni la escuela ni
el restauran.
Antonio Milán Sifuentes (q.e.p.d.) “Tony” apiñonado de 1.75 blanco de
complexión fuerte estudio en el Centro Universitario México y jugo futbol
americano para el equipo Gamos de esa institución educativa. Él murió muy joven
cuando la triada era inseparable y murió porque él así lo decidió. Un día
recibe la noticia que en una pierna tiene cáncer y lo tienen que operar o sea
que se la tienen que cortar, el nos dijo un día, no muchachos prefiero morirme
a que me quiten mi pierna y así fue no dejo que se la amputaran y murió a la
edad de 17 años.
Fernando Emilio Saavedra Palma “El Negro” de 1.66 moreno de complexión fuerte
estudio en el Instituto Canadiense de México y jugo futbol americano para el
equipo de Águilas. Su hermano mayor “El Willy”
estudio en el Latino Mexicano en 1963 y fue quien lo llevo al Instituto
Centro Unión con papi Topete como le decían sus alumnos de esa generación. Y
fue el único que estudio los tres años de secundaria y los tres años de
preparatoria. El “Negro” es quien le da vida a este mundo de la literatura como
poeta, escritor e ilustrador. Recordándolos con todo respeto a estos dos ex
compañeros.
QUEMADOS.
Adentro de la escuela todos veíamos nuestra alberca
que había dado vida a muchas películas en los años 60´s en donde se podía ver a
Enrique Guzmán, Iran Eory, Viruta y Capulina o los guiones del genio Roberto
Gómez Bolaños.
La alberca cuando estaba llena era ocupada por algunos
estudiantes, era una minoría. Teníamos un pequeño vestidor de tres
por tres, a unos cinco metros de distancia de la alberca en donde los hombres
se cambiaban para nadar a lo mucho veinte minutos tiempo del recreo. Normalmente
la alberca estaba con el agua fría muy limpia y lista para usarse en los días
de primavera. Pocas, muy pocas mujeres nadaban en ella. La demás temporada del
año se mantenía vacía y era formidable
porque dentro de ella se jugaba a los
quemados. El juego de los quemados se jugaba con una pelota de goma de
tlapalería de moda en esos años y,
usábamos la más grande que dolía bastante cuando te pegaban y el enorme moretón
al día siguiente te lo recordaba. La triada era invencible. En una ocasión jugaba la triada que estaba compuesta por dos compañeros de primero
y uno de segundo de secundaria contra los tres de tercero. Muy disparejo a la
vista, pero el día llegó, se traían ganas y había durado todo el primer recreo.
Para el segundo descanso todos estaban engallados la única forma de sacarlos
era con un buen golpetazo acertado con la pelota. De esta forma la triada
acordó sacarlos y así fue el primer pelotazo, se le dio al más grande en la
cara, inmediatamente al segundo y al tercer pelotazo ya no quiso seguir
jugando. De esta forma los de primero eran los ganadores de los quemados en el
Centro Unión.
LA PELEA EN LOS VESTIDORES.
Los quemados habían terminado y el Negro se sentó en
el fondo de la alberca a descansar; el Vivís y Tony salieron a la cooperativa
por los refrescos. Un compañero de tercero se acercó y desde la parte de arriba
de la alberca le tiró un escupitajo que todos vieron como le cayó en la cabeza al
Negro. Nadie rio, hubo un silencio absoluto, todos estaban a la expectativa. En
menos de un minuto el peso del gargajo se hizo sentir en el pelo del Negro y en
el cuero cabelludo. Éste se rasco y descubrió que lo habían escupido. Tranquilamente
se incorporó y les preguntó a todos los de arriba ¿qué quién se había osado a
escupirlo? Flanqueado por dos personajes de la escuela con fama de golpeadores
y calambres estaba al centro un hijo de un político que siempre llegaba con
guaruras armados en sobaqueras y
automóviles de primer mundo. Por supuesto el dinero y el poder no eran su
preocupación. Era fuerte, dicen que estudió
Karate o box de tal forma que tenía todo a su favor para amedrentar a uno de
los ganadores de los quemados.
“Yo fui y que pedo cabrón”-contestó- jugaba entre sus
manos con una pequeña navaja que se la enseñaba al Negro, ¿Quieres que te rompa
la madre? le dijo.
Todos con las acciones en silencio se enteraban
excepto el Vivís y el Tony que estaban comprando los refrescos para calmar la sed.
¡Claro! respondió el negro con calma, “mañana
nos damos un tiro en los vestidores” (lugar muy pequeñito). Todos los gallos
finos de pelea estaban listos para el gran espectáculo y los más cabrones eran
los únicos invitados. De un día para el otro se corrió la voz y el día era
esperado. El Negro con su triada eran los invitados y, muchos de ellos ya
habían sido cacheteados por estos tres personajes de los golpes escolares, así
que era un pleito entre dos gallos finos y todos hacían sus apuestas ¿quién ganara?...
El día llegó, todos en el primer descanso se fueron a
los vestidores (un cuartito de tres por tres) en donde estaba lleno de cabrones,
toda la plana mayor. Los más cabrones de la secundaria, de hecho se saco a
algunos chismosos que seguramente irían a decirle al maestro Topete. Era un
enfrentamiento cuerpo a cuerpo, el Negro se quitó la camisa y empezó el pleito.
Cayeron ambos y se revolcaron durante cinco minutos sin ganancia para ningún
bando, hasta que el Negro empezó a golpear la cabeza del rival con el puño
cerrado sin nudillos a la cara para no sangrarlo. Tales golpes funcionaron
quedó descontado a largo plazo. Todos vieron el pleito sin gritar y en gran
silencio reconocieron el triunfo del estudiante de segundo contra el de
tercero. No hubo sangre, ni la dirección se enteró, todo quedo en la hermandad
del Centro Unión.
El Vivís y el Tony que eran de primero de secundaría
reían como siempre, y decían: el Negro es un cabrón da unos putazotes que no te
sacan sangre pero como te apendejan.
EL CORAZON DE FERNANDO.
No es lo mismo “peleonero” que “madreador” o ejecutor.
Eso no se comprendía en la secundaría de los años 70´s en el Instituto Centro
Unión.
Decían nuestros
mayores: “has fama y échate a dormir”, realmente eso de la fama a mí nunca
me ha gustado siempre he guardado silencio. Todo lo vivido y lo pensado pero
este pensamiento es muy cierto, las voces del silencio corren por los hechos
que uno ha hecho, fui muy bueno para las trompadas. Y en la adolescencia la triada en donde “uno hace
la mano y el otro hace la tras” juego muy aventurero y temerario en la tercia
de cabrones que éramos en esa niñez de adolescencia que fue genial e
inolvidable.
Me encontraba en la tienda de la esquina solo, como
siempre degustando un cigarro y listo a tomar un refresco, cuando llega
Fernando y me comenta: “oye tocayito fíjate que te quiero platicar algo pero no
sé por dónde empezar”. Yo como soy algo guasón intenté que me lo platicara
rápido, pero Fernando con sus trece años no lo hacía y le costaba trabajo
comentarme su problema. En segundos Fernando se abrió la camisa y me dejó ver
su pecho con una cicatriz de 15 cm. realmente me quedé sorprendido. Había
sido operado del corazón. “No le tengo
miedo a ninguno de esos malandrines, pero tocayito no me puedo pelear tu comprendes”. -¡Claro! tocayito no te
preocupes yo me encargo de ellos pero dime quienes son-. Los tocayos arreglaron
todo en silencio, en silencio de varones. Para mí fue una acción muy valiente
por parte de Fernando por el simple hecho de querer enfrentarlos y no poder por
su operación, al igual que pedir mi apoyo.
Al tercer día nos encontramos en el mismo lugar en la
tiendita: “hola tocayito” ¿como estas?, bien tocayo ya platiqué con ellos y no
te van a volver a molestar, te lo aseguro y confía en mi palabra. Y así fue mi
tocayo nunca más fue molestado.
Fernando por siempre me hizo pensar en lo que es un
hombre valiente e inteligente como él.
Treinta años después salía de una importante compañía
de seguros en Polanco en la Ciudad de México, cuando escuche un grito desde el
otro lado del elevador: “tocayo”, “tocayito” ¡hola! ¡Aquí! ¿Como estas? -era Fernando la máxima autoridad
en el ramo de seguros de vida de la compañía-
Sonreímos a ritmo de un solo corazón, cuando nos dimos
un abrazo le comentó a uno de sus compañeros de trabajo, “él me defendía en la
secundaría de los golpeadores del colegio”.
LAS MEJORES PELEAS LAS QUE MAS
NOS ENSEÑARON.
A diario se organizaban las peleas entre los
compañeros afuera de la escuela. Era un argot cotidiano por la hiperactividad
de todos los estudiantes inquietos de esa generación por esos tiempos. Adentro
en la escuela siempre había mal entendidos entre los estudiantes como
siempre y se retaban para verse a la
salida en diferentes lugares o en el tan conocido callejón del aguacate. A
veces apostábamos en la triada un peso a ver quien ganaría la pelea y los que
no sabían pelear eran los que nos daban las mejores lecciones de coraje
precisamente por no conocerse y entrenar para pelear. Sacaban el coraje algunos
compañeros, los aventaban por la espalda para que se animaran a darse algunos
puñetazos, tanto a uno como al otro. Les
ponían la mano atravesada a ver quien escupía primero, en el momento que se
escupía se quitaba la mano y le caía el escupitajo a la cara de uno de ellos
dándole motivo a que se iniciara la pelea. Lo importante de estas peleas es que
ellos los novatos aprendían a pelearse entre ellos a su nivel nunca pasándose
de vivos con ellos en golpizas que los dañaran de verdad. Sacaban la hombría y
por supuesto también existían los que no podían pelear porque se hacían pipi.
Las verdaderas peleas de los que metían las manos no duraban ni un minuto y
estas peleas no estaban a la vista de todos los escolapios.
EL MIRA-NUBES
Todos los alumnos que llegábamos al ICU éramos de un
altísimo porcentaje difíciles. Pero “el mira-nubes” era único, todo un
personaje. En mi caso, yo tenía una buena amistad con él y en ocasiones lo
defendía por sus peticiones cuando eran muchos sus rivales. Los demás
compañeros lo molestaban pero él con su gran personalidad los enfrentaba a
todos siempre iba muy echado para
adelante. Se le decía “el mira-nubes” por solo
ver hacia el cielo, el cuello lo tenía en un ángulo de cuarenta y cinco
grados mirando hacia las nubes y sus
ojos los fijaba hacia abajo. Andaba por toda la escuela en esa posición siempre
hiperactivo brincando de un lado para otro y llevándose con todos muy pesado,
muchos compañeros le hacían bullyng y el respondía hasta los golpes, no era
raro verlo pelear a diario o enfrentando a varios latosos y traviesos
compañeros a la vez. En una ocasión si no me encuentro presenciando la acción
de lo que acontecía pudo darse una tragedia. Habían salido todos de la escuela y estaban
unos cuantos compañeros y el mira-nubes, jugando yo pienso que a “Zovek” un personaje escapista de
los años 70´s que el mira-nubes lo emulaba. Lo metieron a un casillero y lo
echaron a la alberca, ésta estaba casi vacía pero lo suficiente para ahogarlo.
Pienso que al aventarlo a la alberca ellos creyeron que no pasaría nada. Yo me
regrese al salón a recoger un libro y al ver tremenda estupidez les grité a
todos, pero ya era muy tarde lo habían arrojado a la alberca el mira-nubes caía
a toda velocidad.
El casillero cayó con la puerta hacia abajo y el agua
rápidamente lo cubrió, seguramente se
habría ahogado. En ese instante me arrojé a la alberca y traté de levantar el
casillero pero no podía, el agua rápidamente se metió y el peso me ganaba. Al verme angustiado les grité a todos
y los amenacé al grado que se aventaron cuatro de ellos para ayudarme. Los
demás veían. Con gran esfuerzo paramos y sacamos el casillero, salía agua por todos
lados. Abrimos la puerta y salió “el mira-nubes” brincando con una gran sonrisa,
y felicidad corriendo por toda la escuela. Todos los compañeros me vieron
sonrieron y los volví amenazar en silencio. “El mira-nubes” se incorporó a la mayoría
de los alumnos del Centro Unión mientras estudió los años que le
correspondieron. Después de muchos años me encontré al “mira-nubes” por la
calle, ya como todo un señor abogado.
ILUSTRACION ELABORADA
POR: Fernando Emilio Saavedra Palma.
GAITAN EL REY DE COYOACAN
Autor: Fernando Emilio Saavedra Palma.
Para: Gaitán.
Dormir dentro
de un auto viejo
en la calle
de Ayuntamiento
Decir
discursos políticos en Av. Coyoacán
en la esquina
de la empresa Pedro Domecq
Él se
Informaba en los puestos de periódicos
observando cada periódico detenidamente
La audiencia:
eran jóvenes de secundaria
y
preparatoria, del Instituto Centro Unión
Indigente
documentado en la cultura del país
disonante,
cantante en compañía de nuestras guitarras
Declamando
con su voz potente día tras día,
noche tras noche
Asistió al
congal con nosotros pidiendo monedas y amor a las cortesanas
Destapando
una y mil cañerías con risas inigualables…
Gaitán el Rey
de Coyoacán negociante, financiero de éxitos pequeños
Socio
económico de la calle con adolescentes ávidos de búsquedas imparables e impensables…Maestro del
discurso atinado callejero
Gladiador aplanacalles amigo de ratones, gatos y
señuelos… Señores.
En 1974 vivía Gaitán el Rey de Coyoacán.
NOTA: Gaitán el rey de Coyoacán apareció
en Televisa en el programa de Guillermo Ocho en audiencia nacional en una
entrevista.
ILUSTRACION elaborada por:
Fernando Emilio Saavedra Palma.
LAS BANQUETAS LAS CALLES…
Las banquetas las calles me llaman
las calles me gritan
el cemento y el asfalto me observa
me echan porras para andar.
Sus múltiples arcanos
me enseñan la lectura del conocimiento
pragmático, dogmatico de fuerza
entre el calor y el frío.
Entre el sol
entre la luna
recordando a Buñuel en los olvidados
y viviendo la evolución callejera.
Las calles de los 70´s
fueron alimento cotidiano
de conciencia en el vivir
de jóvenes adrenalínicos aventureros.
Las banquetas, las calles
nos aventaron a jugar un tiempo sin tiempo
en el urbano dolor de sobrevivir
un “Negro” solo aislado en su recuerdo.
ILUSTRACION
ELABORADA POR: Fernando Emilio Saavedra Palma.
EL KING-KONG
Llego al centro nocturno King-Kong invitado por una
dama madura para acompañarla a bailar. Al entrar hay mucha gente no se puede
pasar, sin embargo en la adolescencia todo se nos hace fácil y entre tanta
gente podemos entrar con nuestras amistades correspondientes. Este era un lugar
en el Centro de la Ciudad de México al lado del Teatro Blanquita (finales de los
70´s principios de los 80´s)
en donde había música en vivo con
orquestas, cantantes como: Celio González, artistas como Pilar Pellicer, o el
personaje de la Corcho-lata (personaje
de las ficheras del Cine Mexicano) actuando en vivo Doña Carmen Salinas. Ahí me encontraba a altas
horas de la noche, cuando decidí ir al baño. Y a la entrada estaban arreglando
un problema de sonido de equipo y alumbrado eléctrico cuando miro a uno de mis
maestros del Instituto Centro Unión. Rápido el me miró y me increpó con voz
fuerte: ¡¡Saavedra tu qué haces aquí!! En fracciones de segundos le contesté:
¡NO! ¡No! ¡no! ¡no! ¿Usted que hace aquí?…Reímos y soltamos una carcajada de
complicidad. Soy el ingeniero responsable de este lugar en el sonido y la
electricidad.
Fotografía del álbum de:
Fernando Emilio Saavedra Palma.
LAS REINAS-DAMAS DEL I.C.U.
Mujeres siempre hermosas que dan vida a todas las
actividades humanas con su belleza natural y ese alumbramiento en la
adolescencia es magnífico.
Todas ellas eran de inolvidables recuerdos y entre la
gama de personalidades femeninas estaban las muy hermosas, inteligentísimas,
amigas inolvidables las asiduas a todas las fiestas de fines de semanas y las
que por momentos nos invitaban a hacer
la tarea en sus casas. En mi caso fui invitado a estudiar con muchas
de ellas pero no lo hice sino hasta preparatoria, toda la secundaria la pasaba
con la “Triada” aprendiendo de la vida y cuando me reunía a estudiar en
secundaria era con Daniel que vivía en Mixcoac y con Eduardo que vivía en la colonia
Cuauhtémoc en México, D.F.
Las mujeres adolescentes y preparatorianas del I.CU. eran
inolvidables e invitadas por todos los personajes más raros de los colegios
aledaños y ellas siempre sabían con quienes iban a salir el fin de semana. Las
de secundaria se cambiaban el uniforme y se divertían con sus amigas de
preparatoria. Las muy atrevidas fumaban y bailaban inolvidablemente. Hoy en el
2014 uno puede saber de ellas y son
abogadas, artistas, arquitectas, doctoras y maravillosas madres de familia. Su
adorable independencia en esta institución educativa las formó para ser de la
generación de mujeres en nuestro país México que van transformándolo todo en
silencio y, siempre con su encantadora belleza femenina sin olvidar su
formación en el I.C.U. por aquellos años los 70´s, que se decretaba la música
disco por todas las estaciones de radio en los automóviles y en las películas
de moda.
DOS HOMBRES
Ilustración de mi esencia
inquieta y continuadora
desconocedora de sí misma.
Solo mi razón la aletarga
cotidianamente
Ella desconoce todo
lo pensado
Más da rienda suelta
y cuando hace acto
de presencia
Soy dos partes bien definidas
e incomprendidas
una de la otra.
Enfrentándose día a día
más en la confusión interna
entre ellas.
Surge la grandeza de eso
llamado hombre.
México, D.F. 1979 Los Viveros de Coyoacán.
Instituto Centro Unión.
LAS LIBRERIAS
Las librerías en esta zona sur de la ciudad de México
Distrito Federal son abundantes. Pasaba en ellas horas de pintas solo muy solo en las lecturas constantes y en
todas ellas la preferida era la Librería
de Cristal que estaba en avenida Universidad
y Coyoacán. Mi gusto por esa librería era porque tenía las mejores
instalaciones para estacionar los autos, una pequeña área de cafetería y
ninguna persona por la mañana que era cuando hacia mis lecturas entre todos los
estantes de libros. Ahí leí mucha poesía sin recordar mucho a sus autores
simplemente por el solo hecho de disfrutar esta rama literaria de la humanidad
que hace latir el corazón. Estaba la librería Gandhi y el Sótano que estaban en
Miguel Ángel de Quevedo, en ellas dos había mucho público a todas horas y yo
prefería leer en una soledad total. Si me encaminaba a Ciudad Universitaria uno
encontraba toda una gama de librerías y libreros de todo tipo, con los años vi
su evolución, hasta llegar a los botaderos de libros por toda esta área de
estudiantes y en Copílco el Señor Montaño que tenía un automóvil botadero
librero todo un mundo de anécdotas.
NOTA: Estas imágenes de guion son parte de varios escritos
que en conjunto todos los interesados podrían contribuir en un libro de los
recuerdos del Instituto Centro Unión. Todos aquellos que deseen aportar su contribución favor de
mandar el material fotográfico o escrito al siguiente correo: peonaislado1@gmail.com
El guión se escribirá en su momento seleccionando el
material requerido para proponerlo en el ambiente cinematográfico. Ya que las
instalaciones del I.C.U. fueron de uso para varias películas mexicanas.
Estas imágenes de guion son pocas, a la gran cantidad
de anécdotas que se podrían venir en las
reuniones venideras, si es que se organiza,
esta generación…Fernando Emilio Saavedra Palma.