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jueves, 1 de noviembre de 2018

“Calaverita a Escuinapa” Autor: María Concepción Véjar Véjar. Para: Escuinapa y nuestros queridos muertos. LITERATURA ESCUINAPENSE

      ILUSTRACIÓN POR: Fernando Emilio Saavedra Palma.

“Calaverita a Escuinapa”

Autor: María Concepción Véjar Véjar.

Para: Escuinapa y nuestros queridos muertos.


“La Catrina” andaba airada

“José Alfredo” la incitó

“El corrido del caballo blanco”

al oído le cantó.


“La Calaca” quería llegar a Escuinapa

a probar su gastronomía

la antojaron de tantas cosas

que la tripa le gruñía.


Llegó de sur a norte

la capilla la recibió

“la flaquita” hizo reverencia

y de frente se siguió.


“La huesuda” llegó al centro

no sabía por dónde empezar

tamales, tacos y bollos

de todo quería probar.


Se enamoró de las jaibas       

de los tacos dorados y del menudo

comió de todo un poco

y detenerse ya no pudo.


A los tamales barbones

“la Parca” le entró con singular alegría

a los colorados y de elote

también les sonreía.


Ceviche y camarones cocidos

tixtihuil y el paté suculento

pescado zarandeado y lisa

y ella pensando que todo era cuento.


Al llegar “la pelona” a la plaza

las gorditas más famosas vio

de pieza, pechuga y asado

de todo eso engulló.


Las mujeres sintieron envidia

al ver lo que “la flaca” comía

parecía estar muerta de hambre

y la lonja no le crecía.


¿Cómo le hará esa clisada?

que ganas de engordar no tiene

come, como desenfrenada

¡Pobre del que la mantiene!


“La cabezona” hizo parada

en las nieves del mercado

se atragantó con las ciruelas

al echárselas de un bocado.


“La dientona” se sintió atraída

por los tacos de carne asada

con tortilla de maíz o de harina

ella quedó maravillada.


Todo el mundo estaba asombrado

que “la Chifosca” comía y comía

le veía la cara a la gente

 y ella se divertía.


“La Catrina” no se daba cuenta

que el cielo empezaba a cambiar

y que  el huracán Willa

a Escuinapa quería llegar.


Más “la tía de las muchachas” era astuta

cuando el mitote del huracán percibió

tomó todas sus provisiones

y en un rinconcito se escondió.


“Willa” hacía de las suyas

devoró todo cuanto pudo

árboles, cristales y bardas

pero con “la Parca” se detuvo.


“La democrática” estaba extasiada

comiendo todas las exquisiteces

no quería alejarse del pueblo

ni de la gastronomía escuinapense.


Tenían que sacar a “la muerte” del pueblo

a como diera lugar

en “el más allá” estuvieron de acuerdo

y los valientes a trabajar.


La maestra Candelaria Grave

usando su inteligencia

fue la autora del plan

a pesar de las advertencias.


Dos militares le salieron al paso

“La Catrina” se sintió súper coqueta

Rafael Buelna y Ramón Corona

la invitaron a pasear en bicicleta.


“La huesuda” no opuso resistencia

su lado flaco pronto se vio

con la gallardía de estos dos hombres

al inframundo se devolvió.


Detrás iba don Severiano Moreno

tocando su magnífico repertorio

marchas, valses y chotises

aquello parecía el conservatorio.


“La Catrina” se fue de Escuinapa

Severiano le puso el ritmo

con su música  a los militares

les alteró todo el biorritmo.