FERNANDO EMILIO SAAVEDRA PALMA ENCUENTRO CON
ESCRITORES XX.
ENRIQUE LEGORRETA.
Autor: Fernando
Emilio Saavedra Palma.
Para: Enrique Legorreta.
Las
colonias en la ciudad capital de México, D.F. a mediados de los años 70 eran como pueblos en el interior de la
república; la mayoría de las personas se conocían o sabían a qué familia
pertenecían los vecinos y, aún a favor de los curiosos o interesados si
asistían a la misma escuela todos se enteraban.
Por
esos años estudiaba en el Instituto Centro Unión en Coyoacán, en la calle de
Presidente Carranza. En esa misma escuela habíamos muchos estudiantes de la del
Valle, Narvarte y colonias anexas. Ahí conocí a Enrique Legorreta, Agustín,
Chema, Chivigon y todos los compañeros de tercero de secundaria, aunque no me
llevaba con ellos los conocía y saludaba, yo tenía mi grupo. Enrique estaba
siempre enfrascado en los libros en todos
los recreos, no había momento que no estuviera haciendo lectura de algún
libro. Yo también leía bastante y cuando tenía que desplazarme algún lado mi
libro me acompañaba en mi espalda fajado al lado del cinturón y podía tenerlo
durante un partido de volibol contra los de tercero en cambio Enrique siempre
estaba con el libro en todos los rincones de la escuela.
Mi
acercamiento (no profundo), con Enrique fue en el parque de las arboledas y todo empezó con el ajedrez, verlo jugar o
discutir con Roberto Urrea ¡era
formidable!, en momentos se llenaban de alta adrenalina viendo las variantes
del juego. Recuerdo aquella pelea épica
secreto a voces de todos los ajedrecistas que la llevó a cabo Enrique contra
Juanito. Fue en el estacionamiento de la Comercial Mexicana Pilares, yo no la
vi, me la platicaron “el Santa” y “al Pedazo” cada uno hizo una apología inédita del enorme enojo
de estos personajes del club de ajedrez. Los años seguían pasando y nos veíamos
en el café Saroma, el Paris o en tantos cafés que compartimos de mesa a mesa. Llegamos
a entablar pláticas de muchísimos temas hasta llegar a la Librería Gandhi. Ahí compartimos
innumerables pláticas siempre solos cada uno disfrutando de un café. Enrique es un excelente conversador
y ambos tenemos predilección por conocer lugares en donde vendan buen café, de
ahí muchos encuentros en cafés de la colonia en que vivíamos y en diferentes
puntos de la ciudad de México. Recuerdo una plática corta en donde le dejé mi
poemario de “Combinaciones” y luego me fui a jugar ajedrez a la mesa de todas
las tardes en la Gandhi, el se quedó haciendo lectura y al terminar me llamó y
seguimos la plática:
E.L.-
¿Por qué no me dijiste de este poemario?
F.E.S.P.
–Ya ves Enrique así se dio, lo lamento hubieras sido un gran apoyo.
E.L.-
Hombre ahí te entrego mis observaciones en tu publicación.
Me
maravillo su amistad franca y sincera.
El
libro que le di estaba con anotaciones para su próxima edición siempre con su estilo perfeccionista ¡único!, eso me
encantó, pero el camino ya estaba hecho cien por ciento a mi estilo. Enrique
lleva muchos años corrigiendo libros en editoriales y está en el mundo de la
literatura con ojos enormes de escrutador, su trabajo es interesantísimo.
ESTILO-PROPIO
Creatividad
en
la letras
en
las ideas
en
la imágenes perfectas
en
las páginas creativas.
Poesía
libre como las hojas
vivencias
y experiencias propias
pensamientos
en distintas armonías
amalgamas
de tableros y las encantadoras piezas
la
libertad del pensamiento simplemente en las palabras.
Estilo-Propio
de un suspiro de vida en vidas
propio
estilo de un trazo ilimitado en los destinos almas vivas
…estilo-propio-propio-estilo
son poemarios hojas encontradas
y
pisadas con las neuronas y las encantadoras almas enamoradas…
…alas
alas y más alas al vuelo en alas de ideas finas y bellas…
¿Estilo-Propio?