CUENTO "EL MAR DE ANTONIETA"
Autor: María Concepción Véjae VéjarIlustraciones por: Fernando Emilio Saavedra Palma.
“EL
MAR DE ANTONIETA”
Cuento infantil por: María
Concepción Véjar Véjar (Theia Perla del
Mar)
Había
una vez, un mar con olas gigantescas de algodón azucarado igual al que venden
en las ferias pueblerinas donde todas las personas como viejitos, adultos,
jóvenes y principalmente niños, sueltan carcajadas de felicidad al sentirse
libres, contentos, montando los caballitos del carrusel. Ahí, en el paraíso de
las sonrisas poderosas e intuitivas de alegría todos los problemas se resuelven
sonriendo, en el inimaginable océano de vida habitado por Antonieta. Ella es
una niña muy, muy discreta con cabello “anaranjado de tormenta” y bucles almidonados
de diversión, sus ojos son enormes como un plato sopero, tiene la boca de
lumbre pues a veces dice palabras llenas de luz que reflejan amor, pasión
divina hacia la humanidad y cuando algo le incomoda como a cualquier niña
inquieta, se le escapa cierta grosería que en su boca parecen ser pétalos de
rosas. Antonieta tiene un gusto enorme
por la comida, las sopas y las cremas son sus favoritas, como la de elote, de papa,
zanahoria, calabaza, espárragos y champiñones. Los caldos no se quedan atrás, por
igual saborea el de res, el de camarón y el de pollo que aquí entre nos, es su
preferido, bueno, hasta la sopa de cebolla y de ajo no las perdona desde que
descubrió leyendo en un libro “que un buen plato de sopa, crema o caldo
caliente ayudan a sanar el cuerpo y el alma”. Los guisados no se quedan atrás
en el gusto de Antonieta, pues para el paladar son estupendos acompañados de un
buen arroz blanco, rojo, amarillo y verde. Su apetito no finaliza ahí, aunque
siempre es la última en levantarse de la mesa tiene que apresurarse a comer
porque sabe que debe llegar a lo más delicioso, “los postres”, donde su corazón
late a mil por hora con el helado de chocolate, acto del que hace cómplice en
cada cucharada, mirada y sonrisa, a su padre.
Ella
puede comer y comer y conservar el cuerpo hermoso de niña.
La
mayor atención es para su padre a quien
ama y admira profundamente; con él se siente siempre segura, él es un güero
colorado de más de un metro ochenta de altura, con treinta y cuatro años de
vida; normalmente viste pantalones de mezclilla, usa botas vaqueras y camisas
escaqueadas de cuadritos pequeños de colores blancos, negros y azules. Él es conocido
en todo el pueblo por la gran destreza que tiene para nadar, constantemente le
gusta ir a la playa y arriesgarse más allá de las olas playeras, busca las
aguas profundas, ahí donde también viven los tiburones impredecibles y peligrosos
para todos los nadadores. El papá de Antonieta es un señor muy valiente y
alegre, le gusta contar chistes o hacer reír a todos los que pasan por su
camino. Cuando hay niños cerca de él aprovecha la oportunidad para contarles
historias del mar y de tiburones que todos escuchan con atención.
¿Saben
una cosa niños? Yo no les tengo miedo a los tiburones porque me agrada verlos
en la cocina en un buen filete. A mi esposa le gusta cocinarlos en caldo y la
dentadura afilada la pone en el fondo de la olla y uno puede escuchar hablar al
tiburón, ellos tienen muchas aventuras qué contar del mar.
-Por
cierto niños ¿Saben que le dijo un tiburón a otro? -Preguntó don Güero a los
niños con los que jugaba beisbol. “No, no, no sabemos ¿qué le dijo un tiburón a otro? -Respondieron
todos ávidos por conocer esas historias asombrosas.
Don
Güero arqueando las cejas y abriendo sus ojos más de lo normal dijo:
“Sabes
don Tiburcio en esa playa de don Güero hay un tiburón chimuelo porque mordió la
bolla de acero donde estaba sentado don Güero. ¡Qué horror! Dijo un niño que
había mudado los dientes de enfrente, sintiendo pena por él y por el tiburón.
“Pobre
tiburón”- ¿Ha de ser muy peligroso con usted don Güero?
-No,
ni tanto, ahora somos muy buenos amigos- respondió don Güero sonriendo.
Don
Güero ahora cabalga de vez en cuando entre las olas del mar al tiburón chimuelo.
Cuando
Antonieta acompaña a su papá a nadar cada fin de semana, ella es la única que sabe
que no corre ningún peligro cuando él se mete a las profundidades del mar, debido a todas las
aventuras que don Güero le platica en casa.
A
la playa llegan muchas personas del pueblo para verlo nadar, de todas las edades.
Amigos, primos y conocidos lo miran desde la playa y hacen comentarios de lo peligroso que es
nadar más allá de las olas, algunos en lo más intimo de su ser se preguntan si
saldrá del mar o no, pero el papá de Antonieta tiene una destreza increíble,
parece pez en el agua, pero no dejan de ser momentos de tención para todos los ahí
reunidos.
A
varios de los hombres que observaban el espectáculo les sudaban las manos y
algunos hasta rechinaban los dientes de preocupación; se escuchaba una sinfonía
dientuda de miedo entre todos ellos, lo veían a una distancia larga en un
silencio desesperante donde lo único que resplandecía era su pequeña cabeza
blanca porque era medio calvo, y los cabellos pelirrojos brillaban con el
resplandor del sol, pero si ponías atención parecía un diestro delfín inquieto
nadando a un ritmo armónico.
Antonieta
a distancia también lo miraba, su corazón enorme latía lleno de orgullo y de
amor por su padre, entonces se aproximaba al agua donde el mar cubría la mitad
de sus piernas, ahí sentía la energía del agua y sentía que ayudaba a nadar
desde la playa a don Güero como si fuera una espigada sirena de pelo naranja.
Disfrutaba siempre del gran y poderoso amor
“del corazón de león” de su padre, con
la música vibrante del corazoncito feliz de hija. Ella a sus siete años tenía
la enorme virtud de ser fuerte, con la fuerza del silencio en su pequeño pecho,
así que gozaba viendo nadar a su padre en la mar, imaginaba que iba a su lado nadando
a la par, al mismo tiempo dejaba correr sus ojos por el horizonte interminable
de agua salada y en fracciones de segundos llegaba a la feria del carrusel
marino pensando en cada uno de los bellos animales de la mar en su enorme imaginación.
Antonieta
cerró los ojos y abrió la ventana marina
de los recuerdos: “Mi papá me llevaba a la playa desde pequeñita, me recuerdo
en sus brazos, creo que tenía dos años o algo así, siempre me dio seguridad a
la orilla del mar pisando la maravillosa arena donde se hundían mis pequeños
pies y los de él; las huellas de los dos se llenaban de agua con la ola que llegaba
a saludarnos. Mis primeros recuerdos siempre fueron sus brazos velludos rojos
que nunca he olvidado, más la seguridad que siempre me dio está guardada aquí
en mi corazón y crece día con día. Esos recuerdos se me hacen eternos, hay
tantas cosas vividas que me llevaría otra vida el contarlo. Sus poderosos
brazos marinos siempre me abrazaban y escuchaba los latidos de su corazón que
entonaban una música inolvidable, por eso se que los abrazos son sinfonías
amorosas de amistad, cuando comparto los abrazos con amigos que saludo por las
calles del pueblo, sé que los disfrutan porque
¡Claro! los abrazos son el alivio para los corazones enfermos”.
Toda
la familia salía montada en la cabina del tráiler perfectamente bien
acomodados; papá, mamá, hermanos, algunos primos y la mascota “Kity”; una perra
grifón alemán muy inteligente. Felices llegaban a la playa a pasar el día, la
emoción en cada uno de los viajeros a la playa era desbordante y se reflejaba
en cantos, risas, adivinanzas y chistes contados por la intuición de cada uno.
Al llegar a la playa y ver el mar era un momento inolvidable pues toda la
familia guardaba silencio unos minutos, sentían el viento y respiraban profundo
ese olor a sal y a la vida marina, parecía que todos tenían comunicación con la
inmensidad del agua, hasta la mascota Kity quien le ladraba y jugueteaba con
las encantadoras olas.
La
comida que llevaban era sencilla; sándwiches de jamón, huevos duros y dos
cubetas grandes de agua de limón, el papá siempre guardaba para el postre
chocolates y golosinas en un pequeño escondite en la cabina del tráiler; la
pelirroja era quien siempre los iba a recoger para luego repartirlos a cada uno,
con decirles que hasta a Kity le tocaba algún manjar azucarado. Antonieta y sus
hermanos encontraban en un abrir y cerrar de ojos la bolsa de bombones que mamá
tenia escondida. Las verdaderas aventuras empezaban en la orilla de la playa al
excavar en la arena para hacer castillos o esculturas de niños elaboradas con
muchas ganas, aunque no siempre quedaban tan bonitas, lo mejor era divertirse
con la arena. Todo el tiempo encontraban cangrejos que corrían hacia el agua
para volverse a esconder en la arena cuando la ola se alejaba. Cuando Antonieta
cumplió siete años escribió su nombre en la playa con la ayuda de una palma
seca, se sentó junto a lo escrito para recibir las olas sin tanta fuerza y
observar cómo se desdibujaban las nueve letras de su nombre, su padre siempre
la observaba sonriendo y cuando Antonieta
descubría su mirada, le sonreía con el corazón.
Toda
la familia tuvo la dicha de llegar cada fin de semana al mar a disfrutar la
vida con el agua salada, esos recuerdos siempre fueron un suspiro de vida para
todos los hijos de don Güero, recordar es vivir y el mar, ese mar abuelito de
todos siempre está ahí esperando a todas las familias del mundo para divertirse
en la playa con sus olas.
Desde
que tengo uso de razón recuerdo a mi muñeca sin nombre, una amiga invisible que
me acompaña a cada paso de mi vida; ella es silenciosa, misteriosa y muy
inteligente. Ella me ha enseñado a pensar al detalle en un mundo silencioso,
ese mundo que no es de risas, es como cuando uno va a misa, o a un velorio, o
nos pasa algo grave y nos quedamos asustados sin decir nada, es más o menos lo
que desean todos los maestros de las escuelas del planeta, que en el salón de
clase con todos los alumnos estén calladitos, en silencio para así poder aprender.
Ella,
mi muñeca todo lo hace a su manera, es la forma de comunicarse en los sueños conmigo.
Hace caras de todo tipo en el teatro de la mímica, el lenguaje con todo el
cuerpo, la intuición de la muñeca a toda velocidad; las manos son un lenguaje
corporal, hace muchos gestos con la expresión de la cara; como la tristeza con
lagrimas, la alegría con la sonrisa seria, fingida o la alegría infantil con
las carcajadas y la risa en silencio; simplemente con el movimiento de hombros y la boca tapada. Ella es increíble, siempre
tiene la razón aunque yo en ocasiones no la pueda entender porque ella es la
muñeca del pensar, siempre está pensando en silencio, soñando con un mundo tan
hermoso y real en donde se puede conseguir todo. A mi muñeca le gusta navegar
en los sueños de todas las personas que conoce, brinca de un sueño a otro con
mucha facilidad, es un torbellino de sueños, siempre trae experiencias diferentes a
cada niño. Ella me comunica que sueña en blanco y negro o a color, eso me parece increíble. Es bien sabido por todos
que en el mundo de los sueños aprendemos de todo, hasta volar, no hay nada que
no logremos. Desde ese mundo de los sueños, traigo secretos del mar ensoñador para
los compañeros de la escuela, para hacer una bella obra teatral en donde todos nos
presentemos en el desfile de nuestro pueblo nos miren y nos griten: “hola seres
del mar, que simpáticos se ven en ese
gigante carro alegórico” para que todos conozcan la cultura marina y nos miren pasar por el malecón.
Después
de tanto calor en el día, toda la familia platicaba en la enramada recordando
las aventuras recién vividas, el ambiente era de mucha alegría, el aire
empezaba a sentirse fresco, en unas horas saldrían de regreso al pueblo para ir
a casa a descansar. Aunque algunos integrantes de la familia querían quedarse a
dormir en la playa, otros querían ir a dormir a su cama. Así pasaron la mayoría
de los días; iban a la playa y algunos querían quedarse y otros no, era la
misma historia, unos ganaban y otros perdían.
Uno
de esos días Antonieta caminaba descalza por la playa, era de noche y estaba a
unos cien pasos de la enramada. La luna estaba llena, brillaba en su esplendor
y parecía sonreír a quien la miraba, de pronto “Alma” el hada sirena del mar
hizo su espectacular aparición montada en una ola, asemejaba surfear, era
realmente hermosa y espigada con una melena rubia de color ámbar, con voz dulce
le dijo a la niña: “El canto de la
sirena es la voz-canto de muchos marinos callados que habitaron el mar años
atrás, como los famosos piratas o corsarios que desde hace mucho iban tejiendo
aventuras en las olas y más tarde se hicieron historias para contarse a través
del tiempo por todo el mundo. Ellos lo sabían, y si por alguna razón lo
llegaban a olvidar, los sueños se encargaban de recordarles a todos, que el
deber más importante era cuidar el mar y mantenerlo limpio”. “Alma” el hada
sirena del mar contó el secreto doloroso de las especies en extinción y que la
humanidad está haciendo lo que puede por ellas, pero no lo están logrando. Los pocos
héroes que van a salvar las especies tienen que trabajar simultáneamente, por supuesto si todos pensaran en ayudar al
mismo tiempo, habría una solución clara y absoluta, casi inmediata, es la idea
de comunicárselas a todos los interesados para que se haga lo más rápido
posible, por ejemplo: si los hombres se movieran como las olas del mar todo sería
una consecuencia por reflejo, “a toda acción, una reacción”, los seres humanos
son energía pura de cambio, y si algo se
hace en conjunto, el cambio es inmediato. Trabajar en equipo es lo mejor que
hay en la naturaleza, eso lo podemos ver en muchas especies.
En
esos momentos mientras Antonieta estaba concentrada escuchando a “Alma” el hada
sirena de la mar, salió del agua marina una tortuga de edad avanzada color
verde olivo, era impresionante y magnifica. Aún con sus movimientos lentos por
el dolor conservaba la elegancia de su pausado andar, estaba triste, agotada y
sufriendo envuelta en una red de pescadores que cargaba en su lomo, nadie sabía
cuántos días o años tenía atrapada ahí.
Dijo
la tortuga: “No es posible encontrarse con estos cables de plástico en la mar,
y eso no lo es todo; existen grandes cantidades de basura, eso que llaman los
humanos contaminación en todas las aguas saladas de la mar”. Antonieta sin
pensarlo dos veces se acercó a la tortuga y empezó a quitarle lentamente la red
de hilo plastificado que tanta molestia le hacía sentir a la tortuga. Ella
sabía que debía luchar por los seres vivos marinos. De pronto, a unos cuantos
pasos de la tortuga salió con la cola enroscada en forma de constelación y dando
unos pequeños brincos hasta la playa donde todos se encontraban, “el caballito
de mar”; saludó a todos con singular alegría y dijo que sus ojos estaban
infectados de productos químicos que flotan en el mar y que le han disminuido
la visión. Él, sólo quería ser ayudado, deseaba recuperar su vista; ya no miraba
como cuando era pequeño. Dando otro brinquito el caballito de mar dijo: “Todo
ha cambiado desde hace cincuenta años a la fecha en la mar. Nosotros los
caballitos de mar éramos muchos y tenemos una forma especial de reproducirnos,
pero ahora con toda la contaminación de nuestros mares, nos estamos negando a
tener más hijos debido a esos cambios de acidez en el agua donde habitamos”. Queremos
hermosa Alma hada sirena del mar y Antonieta que nos ayuden a transmitirles a
los humanos estas angustias marinas.
Los
humanos no todos son malos, existen muchos de ellos que saben de nuestros
problemas y tengo entendido que hoy lo difunden por eso que llaman las redes
sociales, que la información viaja por todos los continentes, es una nueva
forma de navegación comentando lo que sucede en las diferentes culturas del
planeta, esto de la comunicación va más avanzado que nada.
Repentinamente
muy cerca de ellos salió de entre la arena una estrella de mar hermosa, muy
grande, de color naranja como el cabello de Antonieta, con una línea en la comisura
de sus brazos radiantes color bermellón diciendo: “Perdón pero no puedo
aguantar más, no puedo quedarme en silencio de tantas barbaridades que estoy
escuchando y están ocurriendo en muestro mar, ese mar es la cuna de la vida de
todos nosotros y de la humanidad”. Por cierto, eso de las redes sociales
definitivamente es maravillosa toda esa tecnología humana, pero si los humanos
van a las playas y no ponen manos a la obra en el mar en vivo, no van a solucionar
el problema, los humanos lo pueden saber, pero hay que hacer acciones para que
den resultado, hay que trabajar todos en conjunto. Continuó hablando la
estrella de mar: ¿Saben? aquí entre el contacto del mar espumoso de las olas y
la arena, existen muchos problemas, desechos que se confunden con la naturaleza,
bolsas de todos los tamaños, cubiertos,
platos desechables, latas de refrescos y botellas de todo tipo, así como
envolturas de comida chatarra, ya no es posible la estancia de nosotras las estrellas
de mar entre tanta cochinada; nuestro clan decidió buscar otras playas en
diferentes lugares y lejos de los humanos, playas donde podamos vivir felices y
sin estar contaminadas, en fin, no se enojen conmigo y disculpen la
interrupción tan abrupta, solo quería ser escuchada. “Alma” el hada sirena del
mar sonrió y dijo:
“Nadie
debe sentirse mal por expresar lo que siente, la comunicación ha empezado por
esta reunión de todos nosotros los abogados de las especies del mar, pero sería
prudente que Antonieta nos dijera que piensa de todo esto, porque es humana y de
ellos esperamos la vital ayuda, esa es la única forma que puede cambiar la vida
en todas las especies del mar. ¡¡¡Vivan los humanos!!! ¡¡¡Que vivan!!!
Levantaron la voz todos esperando ser ayudados.
La
inigualable pelirroja se puso de pie, abrió sus enormes ojos y los cerró muy despacio
hasta concentrarse lo suficiente para dejar escapar un suspiro como si fuera de
dolor y de llanto. “Me siento muy contenta de que me tomen en cuenta para esta
encomienda marina, soy hija de un gran hombre que siempre ha manifestado su
amor por la mar. Yo misma desde que empecé a caminar estoy en contacto con el
mar, creo que debemos hacerle saber a todos los seres humanos que viven en las
grandes ciudades del planeta y que no tienen contacto con el mar, la
importancia y atención que deben poner al cuidado de él; ellos lo gozan en
todas las vacaciones, disfrutan de su belleza y recargan energía”. Nosotros los
abogados de la mar nos referimos a las playas de calor que tanto visitan los
turistas, de los países donde hace mucho frío, esas playas heladas. Si todos
los pequeños pueblitos que están cerca del mar hicieran campañas para estar
mejor organizados, seguramente habría un control en todo y los seres del mar
tendríamos mucha seguridad, creo que se debe hacer una cultura por el mar y
educar en las escuelas de todos los países para acabar con ese fenómeno maligno
de la contaminación, organizándonos todos.
Deberíamos
de empezar por la limpieza del mar, también por el cuidado de las especies en
extinción y por los tiempos de pesca; sabemos que los pescadores conocen
perfectamente todos los problemas y ellos nos deberían de ayudar, son los
sabios marinos, veremos si podemos pedir ayuda a las comunidades pesqueras del
planeta.
Hay
algo que no está a mi alcance, pero sería formidable que nos apoyara en México “el
país de Antonieta”, la Secretaría de Mariana y las secretarías de todos los
marinos que están en todos los países del mundo, eso sí es un verdadero sueño,
nadie mejor que ellos sabe cómo cuidar el mar y con la participación de
biólogos sería el equipo ideal para aliviar todos los problemas del mar.
Antonieta
siguió hablando con mucha fuerza y seguridad: ¿Sabes hada sirena? tienes el don
de la mar como sirena y de hada como ser de tierra, así que tu visión es más
poderosa que la de nosotros los humanos; tú te encargarás de cantar todas las
noches en la mar para que todos los seres vivos del agua escuchen los cantos
universales marinos antiquísimos, esos cantos son herencia de todas las
culturas marinas que están presentes en todas las costas.
Tú,
mí admirada tortuga –dijo Antonieta- Te encargarás de llevar el mensaje a todos
los seres que sufren sacrificios como el tuyo, de quedar atrapados en las redes
con un mal destino ¿Y por qué no? Buscar en las aguas profundas o en playas
desiertas, esos lugares únicos secretos de los arrecifes; son lugares tan
especiales que solamente salen en las novelas, luego hechas películas de
aventuras marinas como: “Robinson Crusoe” o “el Náufrago”. ¿Sabes? el mito
humano de todos los tiempos o la ciencia que evoluciona día a día, nos dice que
las tortugas son los animales más viejos del planeta, los dinosaurios actuales,
que llegan a vivir más de cien años y en esa edad están en pleno apogeo de la vida,
por eso ustedes son las tortugas guardianas con los secretos guardados en el
tiempo. Estamos seguros que algunos humanos están haciendo criaderos de
tortugas marinas para que con esta reproducción puedan mantener una población
grande en el mar y hemos visto demasiada conciencia en estos grupos de biólogos
que están fomentando por todo el mundo el cuidado de las tortugas.
Durante
varios años el arte de la cocina se ha dedicado a comer huevos de tortuga y
esto está prohibido actualmente en muchos países, pero aún así, hay personas
que siguen consumiendo este guiso, no sé si esté en lo correcto, pero tal vez
se podrían hacer granjas para producir huevo de tortuga, eso no lo sé pero es
una propuesta para cuidarlas por siempre ¿no lo creen? La industria de la
tortuga tiene muchos años de existencia y deben de ser cuidadas lo más que se
pueda, no es posible que estén cayendo en las redes de los pescadores y las que
logran salvarse de la captura pasan mucho tiempo con las redes en sus lomos, es
el mismo problema con las ballenas y las focas, es una lástima, algo que me apena.
Me
ha tocado ver en las redes sociales como los pescadores con un cuchillo desatan
las redes de los cuellos de las tortugas que cayeron en trampas para la pesca y
al liberarlas tienen cicatrices
permanentes quedando marcadas para toda la vida, es importante darles
seguimiento para que estén bien cuidadas.
Tú,
caballito de mar, eres un tesoro viviente por tu forma de ser papá o mamá, por
ese hermoso ritual de baile para conocerse y luego tener caballitos de mar. Hay
que cuidarte mucho para seguir el código genético de tu cola enroscada que
parece una galaxia; código del universo. ¡Chicos! eso de los códigos es
sencillo de entender; es como marcar los ocho números del teléfono fijo de
casa, o trece números para el teléfono celular, o ir al supermercado y ver los
códigos de barras de los precios en las etiquetas de cada producto que compran los adultos en los supermercados. Los
caballitos de mar son seres marinos especiales, no me gusta verlos disecados de
venta en los puestos callejeros, cuando los he podido disfrutar en los
acuarios, uno ve como nadan, flotan y agitan sus pequeñas aletas dorsales a una
velocidad increíble y su cola es como una guía pues da dirección y rumbo en el
agua. Su nado o desplazamiento es lento, son seres mágicos, cambiantes a los
colores del mar, miméticos quiere decir que cambian de color según el medio
ambiente donde estén, algunos son medio transparentes pero cuando nacen los
hipocampos son transparentes totalmente, habitan por todo el planeta. Son
demasiadas especies, están clasificadas en cincuenta y cuatro, realmente son un
catalogo de colorido, formas dinámicas hípicas marinas, verlos nadar
verticalmente y moverse despacio da mucha tranquilidad. El hipocampo o
caballito de mar vive en aguas tropicales o templadas poco profundas, al
observar como conviven con otros peces en las enormes peceras de los acuarios,
uno se relaja, disfrutas el contemplarlos.
Los
caballitos de mar o hipocampos danzan de una forma bellísima donde sus cuerpos
se mueven en círculos o espirales formidables, dejan una estela de amor entre
el macho y la hembra. La coreografía hípica marina es todo un espectáculo que
bien podría llevarse a nuestra “Escuela
el Mar de la Vida” a una obra de
teatro bien dirigida.
Por
último, tú, sabia estrella de mar, amiga de las anemonas escondidas y
visionarias que habitan los esteros, las
anemonas nos iluminan con sus códigos divinos, son nuevos caminos en las
corrientes marinas para mejorar a las temidas y admiradas aguas de la mar. Saber
de todo lo que se vive en armonía es importante con el mar, así nos aclara el
futuro y la supervivencia de todo lo marino. No tengo duda de ningún ser
viviente marino como la ballena azul; con su enorme tamaño de treinta y tantos
metros de longitud y, como saber las toneladas impresionantes de su peso o ver
en las rocas al pequeño cangrejo violinista que sube y baja de esas enormes piedras
puntiagudas de los acantilados o piedras boludas delicadas cercanas de las
playas donde multitudes de ellos se bañan en la espuma de las olas del mar.
Todos
los seres del mar sin excepción tienen una propuesta de vida interesantísima en
el medio ambiente donde se desarrollan, pero nuestros congéneres son
especialistas en empantanarlo todo, tanto con los seres del mar como con los de
tierra. Sabemos que la mar tiene vida salina propia y las cantidades de agua
dulce siempre se mezclan con el agua salada y no pasa nada, los ciclos
ecológicos siguen viviendo y funcionan perfectamente. La naturaleza se acomoda
sola sin tantas complicaciones, es un relojito de ciclos en total armonía. Actualmente
en todos los canales informativos especializados y redes sociales mundiales, anuncian
los cambios de temperatura impresionantes, a este fenómeno se le achaca la
muerte de muchas especies por el sobrecalentamiento del agua, es como si se
calentara el agua en una estufa de casa, eso se vuelve insoportable porque sofoca a los
peces y mueren lentamente. También las estrellas de mar o anemonas no aguantan
esas altas temperaturas, digamos que el planeta es una olla gigante de presión
que va subiendo la temperatura. Asimismo
con las corrientes de aguas frías y calientes con los vientos suaves se
convierten en vientos terribles sin clemencia que se vuelven huracanes. Empiezan
pequeñitos y van creciendo hasta transformarse en monstruos marinos de fuertes velocidades
llevándose todo a su paso, a ellos los bautizan los especialistas meteorólogos con
nombres distinguidos humanos como: Albin, Bárbara, Dalila, Gil, Kiko, Lorena,
Zelda y demás nombres de personas; estos terroríficos fenómenos llamados
huracanes van dando tumbos por todas las costas hasta llegar tierra adentro,
donde se van diluyendo por las montañas, entonces es cuando pierden fuerza
hasta desaparecer. Es increíble, un día aparecen y a los pocos días desaparecen.
Albin tuvo muchas pérdidas materiales y Bárbara generó muertos, lo sabemos por
los noticieros que informan al detalle.
Los
huracanes van cambiando los entornos dejando una huella imborrable a su paso para
muchas familias, son tragedias humanas que nunca se olvidan y las consecuencias
del desastre de pérdidas materiales como viviendas, comercios, huertas de
mangos, naranjas, limones, tomates y demás frutos que se cultivan para la venta
al mercado. La gente sufre pues siembran con muchos esfuerzos, son demasiadas
perdidas de dinero y las economías de los pueblos lo padecen y se convierten en
desastres financieros.
“Los
huracanes mueven todo a su paso sin pedir permiso a ningún humano”.
Las
especies más viejas del mar son seres luminosos, gigantes, saben que hay otra
vida marina impensable en las profundidades del mar. Estos mundos son otras
dimensiones, no pueden ser entendidas y descubiertas por los humanos, de hecho
nadie tiene interés en este mundo acuático de profundidades insospechadas donde
existe un silencio total y la presión es fulminante para todos los mamíferos
normales, es una barrera de la naturaleza, esas partes del océano son grandes
burbujas escondidas que tienen secretos inimaginables, ojalá algún día los
grandes científicos del mundo encuentren esos modelos de vida tan distintos a
los que estamos acostumbrados a vivir y ayuden a la ciencia para evolucionar
con sus secretos de existencia animal y hagan invasiones como siempre lo han
hecho los humanos.
Realmente
no entiendo mucho de eso, pero sé que es gratificante para la evolución de la
ciencia y que al paso de los años aplica en las grandes sociedades, como cuando
descubrieron la penicilina que ha salvado a tantas vidas humanas o el
murciélago que vive y vuela en la naturaleza con las ondas sonoras y miden la
distancia con sus orejas y eso es un eco para investigar e inventar.
Esos
nuevos mundos de las profundidades seguramente de algo nos pueden servir ¿no lo
creen?
Las
preguntas son formidables, ellas van lentamente descubriendo esos grandes
secretos que mueven al pensamiento humano.
De
pronto escucharon un sonido imperceptible y se creó una duda entre todos, pero
la bella estrella dijo: “no se asusten, es la risa de la anemona, pocas veces
ríe de esa forma, pero cuando lo hace es porque seguramente llegará una buena
noticia para todos, algo nos quiere decir”.
Todos
voltearon rápidamente a verla, ella con gran pudor de secrecía seguía en su
catarsis risueña, vivía feliz y a la vez nos mostraba su natural elegancia, un
cuerpo como de goma, híper-súper-flexible color rosa pálido, sus múltiples
tentáculos nos saludaron y al mismo tiempo sintiendo su vibración, nos dijo con
un tono de voz dulce, suave hipnótico: “si, efectivamente, aún la naturaleza
del planeta tiene muchos secretos reservados para los humanos, seguramente se irán descubriendo poco a poco con el paso
de los años, no puedo precisarlo pero ese tiempo llegará, será el día más
emocionante en un silencio mundial para todos los continentes”.
Antonieta
interrumpe con una pregunta –“Perdón señora anemona ¿Podría explicarme esos
códigos del silencio debido a que no entiendo nada del tema? Aunque debe usted saber que tengo una amiga que conoce muy bien el
tema, pero no habla el mismo idioma que yo. Normalmente debo esforzarme para
entenderla, a mi corta edad estoy descubriendo que el silencio también es una
forma de lenguaje, de comunicación, por ejemplo en todos los años que estudie
en mi escuela, en los salones de clase, y en todos los grados que he cursado,
nunca hay silencio, nosotros los niños hablamos y hablamos a todas horas, todos
los días, si así es en todos los salones de las escuelas del mundo, deberían estar
en silencio y por supuesto que los niños aprenderían aún más de lo que aprenden
normalmente ¿no lo cree? Eso del lenguaje del silencio me parecía una tontería,
algo incomprensible para la costumbre de estudiar en las escuelas normales,
pero con todas estas platicas que he tenido en diferentes tiempos sin hablarlo
con ella, descubro que mi muñeca del silencio me ha enseñado a entender ese
lenguaje sin darme cuenta, hoy voy de gane, creo que ha sido un gran avance
para mí. Cierro los ojos y me imagino con mi dedo índice en medio de mi boca,
haciendo la señal del silencio y empiezo a conocer esta nueva forma de comunicación”.
Vamos, vamos a echarle muchas ganas para viajar en ese túnel de los no sonidos,
llamado silencio total.
Hoy
aquí reunidos en la playa, donde todos debemos de saber que se ha dado por la
claridad de la luna lunera, vibrando en su misterioso magnetismo, ella está ahí
como todas las noches con un reflejo de luz opaco, alimentándose de los reflejos
de los rayos del sol y la amorosa comunicación con el padre sol y con la madre luna
que está en total silencio, lenguaje del universo magnético, es una impensable atracción
entre todas las estrellas de la bóveda celeste y el caudal mar infinito del
universo, como cuando uno quiere estar con otra persona y uno no sabe el por qué,
simplemente esa persona le atrae a uno, es eso que llamamos amor, es vivir en
comunión, estar con la persona que queremos estar o hacer algo porque nos atrae.
Nos gusta el ayudar a encauzar lo más que se pueda a la fauna marina, el uno
con el otro, por supuesto no es fácil entender los códigos del cosmos, pero
actualmente pienso es como los cuentos infantiles que irán cambiando,
evolucionando a su tiempo con las generaciones venideras.
Hoy
con tantas personas que habitamos el planeta, por no ser o tener la misma
comprensión o el práctico entendimiento entre los lenguajes en los cinco
continentes, recordemos que los idiomas del planeta tienen sus comprensiones
propias dependiendo de la genética y códigos del lenguaje de cada grupo cultural
humano. Cada lenguaje no tiene muchas ideas o frases exactas con las palabras
entre unos y otros para determinar una cosa u otra con palabras diferentes, pero
si nos vamos a los códigos genéticos cien por ciento son idénticos en cuanto la
configuración del cuerpo humano en sus generalidades, no así el pensamiento, les
pido a todos que piensen, “habrá un nuevo lenguaje”, el lenguaje del silencio
¡Claro!
El
lenguaje de las señas es un mundo que nos interconecta a todos ¡Es una verdad!
Pero
debajo del agua no usamos el lenguaje que usan los humanos, la comunicación sin
sonido y todo lo compartimos en el mismo planeta, ahora imaginemos saliendo en
naves intergalácticas de la atmosfera, el sonido no existe por lo tanto la voz
no se puede escuchar y si esta idea científica la prolongamos de galaxia en
galaxia pues simplemente no existe el lenguaje tal y como lo conocemos, en fin,
filosofar sobre teorías del lenguaje, es materia para los científicos
estudiosos, no para los hermosos seres del mar.
“Alma”
el hada sirena del mar se quedó inmóvil, más no con cara de sorpresa, pero su
rostro era de total serenidad, de una gran reina. La tortuga casi prehistórica
en su genética comentaría algo tal vez y miraba en silencio a la mar, no cambió
nada su rostro, de pronto sin más ni más,
nos recordó la fabula de la liebre y la tortuga escrita por el antiquísimo “Esopo”
hombre de la antigua Grecia.
Tan
solo hizo una pequeña mueca de sonrisa el caballito de mar, medio temblando nos
recordó su forma de tener caballitos que es todo un arte en el vivir; mi código
genético es único, especial en la danza del amor. La estrella de mar por los
siglos de los siglos es “sabia” simplemente se decidió a mover en silencio la punta
de sus cinco brazos llamando al cosmos en
su lenguaje vibratorio con su misma forma asteroidea con el parecido a un astro
¡Caramba! todo está en códigos invisibles a los ojos y al sonido, pero ahí está
y ahí están los pensamientos del secreto.
Cuando
se dirigieron a Antonieta, estaba temblando, todo su cuerpo parecía una maraca,
sus bucles se alisaron por la preocupación, su cabello anaranjado tomó un tono
naranja claro, pálido. Las manos le sudaban como las Cataratas del Niágara,
ella sacó fuerzas tremendas de su alma, del latido de su corazón en silencios a
ratos y dijo:
“No
es miedo lo que tengo, es un sentimiento tan profundo que tiemblo de emoción
tan solo de sentirlo, de empezar a ver, a vislumbrar un camino nuevo que no sé
a dónde nos llevará, pero sé, que es una galaxia de naturaleza que empieza por
un país, luego de un continente a otro y de las una y mil encantadas maravillas
sutiles a la vista de todos”.
Antonieta
al calmar sus temblores simplemente sonrió sintiendo un mar interno de
felicidad. La sonrisa eran olas de crecimiento que empezaban a desbordarse en
alegrías simultaneas creciendo entre todos, incluso salieron varios peces del mar
con ojos tiernos nocturnos y playeros. Todos con una gran sonrisa en silencio
demostraron el poderío del amor callado, esto sería como cuando uno se enamora
de algo o alguien en una burbuja gigante callada y esa fuerza es demasiado
poderosa que va cambiando lentamente todo a su paso, con el poderío del amor
intuitivo vibratorio universal.
Parecía
que el portentoso mar entendía el lenguaje de la risa, las aguas emitían una
luz en combinación con la luna poética en diferentes tonos. ¿Cómo podría
existir un arcoíris nocturno de luz poetizada? Solamente el poderoso mar lo
hacía con sus aguas amorosas, la reunión
entre “el hada sirena”, “la tortuga”, “el caballito de mar”, “la sabia estrella”
y “la sutil anemona” era un cambio que estaba sucediendo, sin embargo, ella, la
niña pelirroja sonreía con una mueca especial y estaba marcada por la grandeza
del silencio, realmente había sucedido la comunicación de los seres del mar,
era todo un acontecimiento y por primera vez se tendría el apoyo de los humanos
por medio de la sublime Antonieta para solucionar todos los problemas que les acontecían.
Ella era una niña tan pequeña como tantas, que podía ser la causa ideal para
lograr un cambio total para el mar y el planeta.
El
ambiente quedó en silencio, en un silencio total donde del cielo empezó a caer
polvo de estrellas, primero de un color rosa pálido que fue tomando cada vez
más fuerza hasta llegar a un tono rosa
pardo, luego se convirtió en un rosa fuerte cambiando lentamente a un violeta
muy tenue. El universo tiene polvo cósmico que viaja rociando todo como el polen
en las bellas flores. Los planetas son semillas en el cosmos y esa noche el
polvo llegaba con el canto de las risas con los pobladores del mar.
“El
polvo empieza con un granito de arena que ríe y piensa”
Cuenta
la historia que hace muchos, pero muchos años, desde el cielo cayeron bolas de
fuego que dejaron grandes quemazones durante días enteros, estos incendios
consumieron muchos árboles y arbustos, fue tan grande el incendio que alcanzó a
muchos animales que quedaron carbonizados, cocidos y el olor que emitían era
distinto; entonces los pobladores de esos tiempos se acercaron a los animales, los
probaron y descubrieron que el sabor era diferente. Se los comieron contentos, encontrando
un gusto diverso. Descubrieron también el fuego como parte de la comida, cambiando
la forma de lo que sería la futura cocina de la humanidad. Lo primero que
pensaron fue atrapar el fuego y tener una fogata constante, continua, cuidando
al fuego de que no se apagara. Después de mucho tiempo, un día llovió muchísimo,
tanto, que apagó al fuego y se quedaron sin comer las delicias que se
preparaban sobre él. Después de muchos años “era lógico” que un inquieto hombre
talló y talló unas ramas de árbol hasta lograr obtener el fuego y la vida
cambió para las comunidades de los hombres en todo el planeta.
El
fuego se podía controlar y también con este nuevo poder bien cuidado, hacían
que los animales salvajes huyeran y estaban a salvo de ser devorados. Por las
noches se alumbraban para ver por donde caminaban,
el fuego estaba cambiando todo, la vida cotidiana sería otra después de este
descubrimiento llamado “la era del fuego”.
Por
las noches en muchas culturas, todos se sentaban alrededor de las fogatas a mirarlas
y mirarlas por horas. Esto ocurría siempre a la luz de la luna para tratar de
descubrir el futuro o estar bien concentrados para adivinar y contestar las
preguntas que los mismos hombres se hacían con respecto a todo lo que iban
viviendo día con día. Siempre las respuestas caían del cielo con diferentes
manifestaciones y en diferentes tiempos de la humanidad, serían así los ciclos
que todos vamos pasando, pero nunca olvidemos que los ciclos se repiten con los
años venideros.
La
humanidad con los años descubrió a los animales de la montaña, a los animales
del mar, aprendieron que todos se podían cocinar con el encanto del fuego, pero
también descubrieron que el agua apagaba el fuego, que jamás el fuego, una
maravilla de dios o de los dioses de la naturaleza, apagarían al mar. El mar
tenía secretos que imponían a todas las culturas del mundo y aún hasta nuestros
días existen secretos en las profundidades del mar, de ese mar inhabitable para
la humanidad.
“El
mar de Antonieta” era algo diferente, es algo que nace de las profundidades del
corazón, de una niña increíblemente discreta con cabello “de aguas de tormenta”,
en un “anaranjado” tenue y bucles almidonados de amorosa felicidad. Sus sabios
ojos eran enormes como un plato sopero encantado, la boca era de lumbre pues a
veces emitía palabras llenas de luz o calor y alguna que otra grosería
intuitiva, sobre todo tenía un gusto enorme por el encanto antojadizo de la
comida. Cuando los sentimientos nacen desde adentro, de lo más profundo del mar
de nuestras emociones, las ideas o las cosas se van ajustando con una inercia
impensable, es una acción física, algo que solo lo interpreta la ciencia de los
humanos, más la intuición es algo innato en la humanidad, algunas veces aflora en un alto rango variado
de personas y en diferentes ciclos de la existencia, de la humanidad.
Antonieta
cierra los ojos y sabe que la vida es un sueño, pero también sabe que está
adentro de otro sueño, que la vida son sueños en el silencio del dormir; ahí
habitan los pensamientos en nuestra cotidianidad nocturna lunar y entre tantos
sueños personales o sueños de diferentes habitantes, los sueños tan solo sueños
son, entonces ¿Por qué no seguir soñando con singular alegría en los sueños de
una pequeña pelirroja enamorada de la mar con todos sus pobladores marinos?
Las
mujeres de todas las culturas tienen el don del caballito de mar, es decir, bailar
con un fuego emocional para procrear, el poder de dar a luz, de tener hijos. Desde
antaño ellas bailan por toda la tierra, danzas únicas y especiales donde se
contonean como espirales o círculos interminables de sensaciones admirables,
logran pasos cortos o largos, brincos en armonía simétrica entre los brazos y las
piernas, son caras de tristeza, alegría, dolor, amor, sorpresa y llanto, arte
vivo.
Las
mujeres de todos los tiempos han bailado alrededor del fuego elaborado por la
humanidad, son de diferentes tamaños y sus divinas danzas han hecho historia en
los secretos de la humanidad. Son doncellas o señoras con talento en los
movimientos, con ritmos impensables que aleccionan a las más pequeñas al baile,
catarsis de los sentimientos, son espirales que al bailar son la comunicación
perfecta con el cosmos, es recibir las vibraciones para luego darles la
interpretación correcta o fallida de lo que quieren transmitir a sus
sociedades. Las mujeres son como esos vellitos de los brazos que se erizan en
la piel por diferentes razones o sentimientos, cuando uno se en crispa por
algo, ellas son esa comunicación divina del dios pensante universo con la
humanidad.
Había
pasado mucho tiempo desde el inicio de este sueño, o los sueños prehistóricos
humanos, ese paraíso de los sueños en donde todos los humanos sueñan, pero también
sueñan los animales y entrar al mundo de los sueños es entrar al mundo donde se
logran todas las locuras, ahí, habita una linda muñeca. No se mencionaba mucho a
la silenciosa e invisible muñeca de Antonieta, pero todas las mujeres de todos
los sueños sabían de ella, les hablaba a
todas con mímica desde tiempos antiquísimos por el color de las brazas de las
fogatas, por ahí ellas se comunicaban, era un pizarrón de la enseñanza. Ella, la
muñeca nunca había tenido nombre y pudo haber tenido miles de ellos en las
diferentes culturas vivas, por momentos tiene el nombre de todas las damas, de
las mujeres sencillas o importantes de todos los tiempos, sabemos que cada
nombre de cada mujer tiene un significado personalizado. Imaginemos a cada
mujer que ha nacido y da frutos en sus hijos, siendo todos tan diferentes, ese
código genético es un silencio, pues de ese lenguaje femenino esta echa esta
muñeca.
Por cierto el nombre de Antonieta quiere
decir, “llena de gracia o florecilla”, las flores son la vida a nuestros ojos
en todos los días habitables de fiesta, la mujer es vida en la humanidad, tiene
el don de la secrecía intuitiva y los personajes de la mar harán presencia de
estos secretos de generación en generación como lo es la vida por medio del
baile con una silenciosa muñeca invisible que todas llevan adentro en el
corazón.
Al
nacer y crecer, la naturaleza cada mes nos va otorgando el poder correr y
correr y no parar, seguir corriendo por siempre, sino con nuestro cuerpo, con
nuestro pensamiento ilimitado que deambula también en el mudo de los sueños,
pero también podemos caminar a un paso medio o rápido, bailar y bailar por
siempre hasta llegar a viejo si es que lo vivimos. Creo que lo más importante
es pensar bailando con movimientos traspasando todas las barreras del tiempo,
llegar a donde uno tenga que llegar en un silencio armonioso y esa famosa
muñeca invisible silenciosa dicen que tiene la cualidad de cambiarlo todo y
enseñar el baile a los hombres.
Pasaron
los días y los animales de la mar empezaron a tener cambios en sus formas de
vida; la mayoría fueron más silenciosos; las ballenas, los delfines dejaron de
cantar y empezaron a nadar más fuerte por las noches; el polvo de estrellas
bañaba sus lomos, las focas y los pingüinos también eran un silencio en la mar
y se empezaron a escuchar los secretos del pasado, por las noches se podían
observar en imágenes de polvo de estrellas sobre las fogatas, imágenes únicas
como un libro; ilustraciones, dibujos mentales como fotografías instantáneas de
un celular, los lenguajes de antaño aparecían en imágenes de fuego sobre la
fogata y lentamente los secretos tienen una ambigüedad que se tiene que
entender en las multitudes humanas que lo puedan descifrar por medio de las
mujeres que bailan, conocidas por su belleza física e interna, ellas siempre
han estado en la tierra como flores floreando al mundo de las encantadoras
emociones.
Por
eso me ha tocado ver a muchos jóvenes tomando fotografías con sus celulares a
las fogatas y trasmitiendo las imágenes en las redes sociales para que todo
mundo las vea, eso de interpretar y ser un traductor de ideas con las
fotografías es interesante, no sabemos por qué cada persona tiene un don, el
cual se refleja en lo que hace y vive. Estos traductores son difíciles de
encontrar pero todos están en la humanidad, en cualquier cultura y son los que
van a lograr los cambios por las interpretaciones para la sanidad del mar, de
hecho el mar también se debe de limpiar debido a tanta basura que se ha
arrojado a las aguas de todos los mares del planeta.
Escandalosamente
la silenciosa muñeca invisible de Antonieta empezó a aparecer en todas las
imágenes de las fogatas del planeta, su misión era el mensaje del silencio y,
de silencio en silencio todos los que la veían en las brazas descubrieron un
silencio profundo. Hubo una imagen
grandiosa, exclusiva, que se veía con un encanto y belleza sublime era la
“Perla del Mar” lista al pensamiento.
Demasiadas
personas se han quedado paradas en la playa observando el mar durante muchas
horas en cualquier playa del mundo y, con el solo hecho de contemplar las aguas,
algo pasa en el pensamiento; uno puede ver con más claridad las cosas que uno
está viviendo o los acontecimientos que puedan suceder en poco tiempo o aún más,
ver muy adelante, al futuro. Estos son temas de cuidado para muchos
pensamientos y debe uno de pensar en silencio para no afectar con una simple
idea a otras personas y crear un medio de miedo, eso se debe hacer con
demasiada cautela.
El
mar es una obra maestra de poesía en movimiento, sus aguas tranquilas son
amorosas, cuando están en medio movimiento, son advertencias de poesía directa
y cuando están las aguas peligrosas, es la poesía de la verdad, de la
contundencia de estar en un lugar y después estar en otro, todo cambia en un
segundo, más, detrás de todo están las aguas amorosas del silencio, son las
aguas tranquilas del equilibrio.
“Una
lágrima es agua del sentimiento, nuestro cuerpo en su mayoría es agua pensante
y de sentimiento, el agua cae del cielo, el agua habita en las venas ríos de la
tierra, el agua es dulce o salada, el agua es mar por los siglos de los siglos
a la mar, el agua siempre está ahí, con nosotros a todas horas y en silencio.
Todo un lenguaje de vida.”
La
escuela estaba lista, los alumnos tenían en mente las cuartillas y los apuntes
de los estudios realizados para la obra del mar llamada “El Mar de Antonieta”.
Los chicos de sexto de primaria eran los que tenían más actores en la obra. La
graduación estaba próxima, además deseaban hacer perfectamente la
representación en el carro alegórico que pasaría por el malecón para ser visto
por todo el pueblo. Los maestros de los seis grados de primaria estaban
encomendados a elaborar el carro distintivo de la escuela con muchos colores
brillantes de luz para deslumbrar a todos en la tarde noche, ya estaban por
terminar solo faltaba pintar el pelo anaranjado de Antonieta; ella iría al
frente del carro alegórico abrazada de una sirena, una estrella gigante de mar
y una anemona pequeñita. Era increíble ver el entusiasmo de los maestros todos
en un orden supremo, transpiraban felicidad por hablar de los habitantes del mar
en los salones de clase, de hecho la mayoría eran mujeres mayores pero parecían
jovencitas por la forma de convivir con sus alumnos; se disfrazaban de pez
payaso, pez espada, pez vela, delfines, tiburones, pingüinos, ballenas, orcas y
la increíble mantarraya gigante, todo un espectáculo por el disfraz. Fue un
deleite verlos interactuar entre ellos, son ejemplares para la escuela, tienen
una pasión por enseñar con las artes; piden dibujos, pequeñas esculturas con
papel mache, hacen preguntas todo el tiempo de la cultura del mar y por
supuesto, mandan a los alumnos a las playas más cercanas del pueblo, a tan solo
quince kilómetros y lo más interesante es elaborar un pequeño cuento,
encantadores maestros que siempre recordaremos. De hecho todos ellos inventan a
cada rato porras relacionadas con el mar y nos van guiando para que nosotros
hagamos lo mismo, y en eso nada, toda la escuela, es una fiesta ¡Viva nuestra
escuela!
¡Vivan
nuestros maestros! ¡Vivan todos los alumnos!
El
director de la escuela y la sub-directora después de dar la bienvenida a todos
los alumnos, cantar el himno nacional, hacer honores a la bandera y esperar el
paso de nuestra hermosa escolta (con los compañeros que tienen mejor promedio),
al terminar todo el protocolo escolar del día lunes, inicio de la semana
escolar, ellos, la máxima autoridad de la escuela hicieron lectura de la obra
de teatro del mar; todos estuvieron atentos y se sentía un ambiente maravilloso
de emociones de todos los grupos escolares, al final para animarse se
escucharon algunas porras, todas muy variadas.
Las
autoridades de la escuela hicieron un pequeño concurso interno de porras para
saber quien lo ganaría. Cada grado puso el máximo entusiasmo en creatividad e inventiva
para las porras, lo mejor de todo era que cada grupo tenía que hacerlo solo,
los maestros solo los guiaban y los niños y niñas de cada grupo tenían que
organizarse para dar lo mejor de sí, en las porras escolares para el mar.
Antonieta
estaba en un silencio total pero no podía estar todo el tiempo en ese mundo, un
mundo muy particular, el de sus sueños y todas las porras la hicieron volver a
la realidad e integrarse al grupo con gritos estratosféricos de todos sus compañeros.
De pronto en su imaginación empezó a ver a la muñeca del silencio bailando al
ritmo de las porras y ella supo que tenía que inventar una, no importaba si
salía ganadora o no pero había que hacerla. La pequeña pelirroja puso manos a
la obra primero en su pensamiento para después apuntarla en una hoja en blanco
hasta que terminara con ella. Antonieta no sabía por dónde empezar, tenía un
mar de ideas, eran tantas que no las tenía organizadas en su cabeza.
“CONCURSO DE PORRAS DE LA ESCUELA
EL MAR DE LA VIDA”
Clave 2020-FMECSVPV60-74 ante la
Secretaria Educativa Parcial- SEP.
Los
alumnos de primer grado fueron los únicos que recibieron ayuda de su profesor
por ser los más pequeños para inventar una porra, pero cantaban formidable y
sus caritas estaban llenas de alegría. Gracias a todos ellos.
Primero
de primaria grupo “A”:
“Viva,
viva el agua, el agua del mar es salada”
“Viva,
viva el agua, el agua del mar es amada”
Los
alumnos de segundo grado también tuvieron ayuda pero se distinguió una pequeña
que dijo la primera línea de la porra, gracias a todos ellos y a la pequeña
Pamela.
Segundo
de primaria grupo “B”
“A la bio a la bao a la bin bon va viva, viva,
viva la pureza del mar”
“Ala
bio a la bao a la bin bon va viva, viva, viva la pureza del mar”
Tres
de los alumnos de tercer grado eran todo un mar de creatividad y se paraban de
sus pupitres a cada rato para llevarle al maestro su porra y estuvieron esforzándose
durante toda la clase para terminar pronto. Gracias a todo el grupo, a Nicolás,
Laura y Pedrito.
Tercero
de primaria grupo “C”
“A
ganar a ganar todos vamos con el mar” “A ganar a ganar todos vamos con el mar”
Los
alumnos de cuarto grado se dividieron entre mujeres y hombres y entre línea y
línea escrita para la porra la hicieron sencilla. Gracias a todo el grupo.
Cuarto
de primaria grupo “D”
“Lluvia,
peces y focas, el mar se lleva la victoria”
“Lluvia,
peces y focas, el mar se lleva la victoria”
Los
alumnos de quinto grado estuvieron unidos, preocupados por tanta basura que se
tira en el mar. Felicidades a todos por tantas propuestas de limpieza.
Quinto
de primaria grupo “E”
“Hermanos
del mar vamos todos con fuerza a apoyar” limpiar la basura ya.
“Hermanos
del mar vamos todos con fuerza a apoyar” limpiar la basura ya.
Los
alumnos de sexto grado todos participaron en extremo y fue la porra más
elaborada y más larga. Felicidades a todos.
Sexto
de primaria grupo “F”
“Arriba,
arriba y nada abajo el mar está limpio
por nuestro trabajo”
“Arriba,
arriba y nada abajo el mar está listo para navegarlo”
“Arriba,
arriba y nada abajo el mar nos abraza a diario”
“Arriba,
arriba el mar es todo un encanto”.
Todo
quedó listo para la hermosa fiesta, esa magna obra teatral tan ansiada. Los
preparativos estaban listos, todos al cien; el director, los maestros, las secretarias,
la intendencia, los alumnos y hasta la mascota; un perro de calle adoptado, guardián
de la escuela cuando todos se van, desde luego sin olvidar a muchos padres de
familia, el enorme equipo escolar con cada uno de sus participantes ya tenían
fecha para la presentación de todo el evento del gran festival. Un día antes de
celebrar la fiesta, acordaron todos reunirse para degustar tortas, refrescos y comer
bombones quemados a la luz de la fogata con la agradable compañía de la luna, también
disfrutar con las familias y todos los maestros de la “Escuela el mar de la vida”.
Llegó
el gran día de convivencia familiar y al estar todos alrededor de la fogata
platicando con sus familiares, repentinamente pasó algo interesante; tres
alumnas se quedaron viendo muy concentradas el fuego, como si nadie las
observara, sus caras habían cambiado,
eran caras de comprensión de no sé qué, pero había ese algo que solamente la
intuición lo puede definir. Una se paró lentamente a bailar, le siguió otra y
finalmente la última, no supimos que decirles pero mientras más ardía la fogata,
ellas marcaban otros pasos, pasos exquisitos, únicos que nunca habíamos visto;
era una coreografía divina que se interpretaba con figuras corporales
representando al universo marino, la ballena enorme y fina en sus movimientos, sardinas
con una velocidad no cuantificada, pasos pequeños de pargos, la ondulación de
la liza, la elegancia de la doncella, la admiración al rey, o el suspiro de una
vaquita marina muriendo. Bailaron y bailaron incansablemente por dos horas,
sudaron a más no poder, cuando salieron de la catarsis del baile, las tres se
sentaron en silencio absoluto y cada una se comió un bombón y decidieron irse a
sus casas.
El
día fue perfecto, todo salió de maravilla, ganaron con el carro alegórico y se
llevaron un premio monetario para la escuela. Era increíble tanta felicidad, no
lo podían creer y al preguntarle a algunos compañeros, respondían con mucha
seguridad que era normal el triunfo, todos lo habían hecho con muchas ganas, solo
era el resultado de los esfuerzos, no podría ser de mejor forma, sin embargo Antonieta
pensaba, “fue increíble y ganamos”.
El
premio mayor fue para la porra de primer año esa que dice:
“Viva, viva el agua, el agua del mar es salada”
“Viva,
viva el agua, el agua del mar es amada”
Y
los pequeños ganaron por echarle muchas ganas, sus distintivos disfraces y sus
pequeñas gargantas al unísono diciendo la porra, fue todo un éxito.
Todos
los maestros estaban contentísimos y mandaron sus fotografías al facebook
particular de cada uno de ellos, pero también al facebook de la escuela donde
quedaron registrados a los ojos de todos, la belleza de una sonrisa grupal de
la escuela; al maestro más querido, a la compañera que todo el día se reía de
los disfraces, sobre todo había una cantidad de imágenes hermosas de sonrisas
en ese festival inolvidable de nuestra querida
“Escuela el mar de la vida”.
Es
impresionante como la tecnología lo cambia todo, las fotografías familiares de
antes, ahora las tienen en segundos en tu teléfono celular y, uno en las redes
sociales se vuelve familia de otra familia, compartiendo el mismo evento de
nuestra querida primaria, un recuerdo que estará por siempre guardado en
nuestro corazón.
Tito
era un niño guapísimo, demasiado inquieto y todos los días su inquietud se
llamaba Antonieta, de quien era amigo. Pero ese día en especial estaba
preocupado por ella, llevaba una hora sin verla por la escuela y decidió poner manos
a la obra para encontrarla. Antes de recorrer todo el laberinto escolar pensó
donde podría estar, cuál sería el lugar preferido de su querida amiga, entonces
se acordó de la biblioteca; ella era una asidua lectora de cuentos, así que no
dudó y se encaminó hacia allá. Cuando Tito entró a la biblioteca todo estaba en
silencio y la bibliotecaria quien ya lo conocía le suplicó en voz baja que
guardara respeto y la compostura, le dijo que la biblioteca era un recinto
sagrado, Tito se limitó a asentir con la cabeza pero sus ojos ya bailaban de un
lado a otro recorriendo las mesas que tenía cerca. Primero se sorprendió de no ver a su amiga en
las mesas del frente, entonces recordó que Antonieta le platicó del nuevo
estante de cuentos que estaba al final de los anaqueles de libros. Era el recreo
y en ese tiempo casi nadie visita ese espacio, él sabía que estaba cerca de
encontrarla, fue entonces que encaminó sus pasos al final de la biblioteca y
descubrió la hermosa cabellera de rizos pelirrojos que caían sobre la mesa y
varios libros abiertos. Antonieta estaba dormida recargada sobre sus brazos,
Tito no la quiso despertar y acercó un pequeño banquito para estar a su lado y contemplarla.
Estaba maravillado observando los caireles rojos que cuidadosamente tocaba con
su dedo índice mientras ella soñaba. Él también soñaba con los enormes ojos de
ella, lo que más deseaba era un beso en la mejilla; soñaba con eso desde el
primer día en que la vio, pero por el momento solo deseaba con ansias que rápido
abriera los ojos. Tito no sabía cómo explicarse a su corta edad porque dejaba a
un lado toda la energía que lo caracterizaba cuando estaba cerca de Antonieta.
Él sabía que era una niña muy linda y lo estaba ayudando a concentrarse a la
hora de leer. Sin saberlo Tito le había tomado un gran cariño a los libros,
entonces quiso ver de qué se trataba el libro sobre el que dormía Antonieta,
pero descubrió algo hermoso; los parpados y pestañas, el perfil de la nariz con
pequeñas pecas y un lunar pequeño en la comisura de los labios. Nunca había
visto tanto tiempo y tan cerca a Antonieta, estaba extasiado mirándola, pasaron
varios minutos antes de que ella despertara, cuando lo hizo se miraron
fijamente y la niña discreta con cabello de tormenta “anaranjado” simplemente
dijo:
“¡Tito,
Tito, todo fue un sueño!” ¡Fue tan real qué! -la interrumpió Tito: “recuerda
que estamos en la biblioteca y estás hablando muy fuerte”. La cara de Antonieta
fue de sorpresa, se llevó la mano a la boca y se prolongó el silencio con una
pequeña mueca de sonrisa y un abrazo.
La
bella niña pelirroja con bucles almidonados de alegría, había soñado con el
famoso mar, sí, “El mar de Antonieta”.
Repentinamente
sonó el celular de Antonieta que guardaba en su pequeña bolsa de color rosa; ella
pensaba que todo era un sueño, acababa de abrir los ojos y no tenía conciencia
de la realidad, se dejó llevar por lo que sucedía. Tito la contemplaba con una
mirada de admiración a la belleza, de
amor en silencio, ella observaba el celular como si fuera la mar, rápidamente
las ideas se fueron aclarando y empezó a ver una cantidad de imágenes fotográficas
que mostraban fogatas que quedaban registradas y recordó que ella tenía que
interpretarlas a su manera en un lenguaje, en un código del silencio.
Porque
no dejarlas en un Facebook, Instagram, Twitter, o en el hashtag #elmardeantonieta,
la tecnología es un mar gigantesco de la información y dejar ese sueño para los
demás sería una misión sencilla; que cada quien vea lo que quiera ver y diga lo
que diga en las imágenes de fuego. Mientras Antonieta seguía enfrascada con sus
ideas, Tito había ido a la cooperativa a comprarle unos chilaquiles con crema y
de postre unos pingüinos de chocolate, que increíblemente eran la perdición de
Antonieta, claro, él sabía cómo atender a su hermosa amiga pelirroja.
Lo
que no comprendía Tito era en qué mundo vivía Antonieta, pero lo más importante
para Tito era estar al lado de ella y disfrutar de su compañía. Él degustaba la
forma tan alegre en que comía los chilaquiles, al terminarlos Tito le abrió los
pingüinos y le dijo:
Antonieta
¿te imaginas si los pingüinos tuvieran celulares? Ella mordía el pastelillo de
chocolate y le sonreía a Tito.
Todo
fue rápido, fue una ráfaga de sabiduría que del silencio brotó y brotó a
borbotones en fracción de segundos, mas nadó y nadó a ritmo pingüinesco, así nació el manifiesto
del pingüino en la mar. Hay peces de
agua fría, de agua caliente y el mar está gobernado por la luz del sol quien
nos brinda diferentes temperaturas en todas las latitudes del planeta, por eso
le llaman el Trópico de Cáncer; lugar de aguas templadas o calientes, o los famosos
polo Norte y polo Sur, lugar de aguas frías. En esas distancias tan lejanas
habita una gran fauna marina opuestas totalmente, siendo toda muy diferente y cada
una con su propia genética, es admirable como en el mismo planeta pueda haber
tanta diferencia entre las especies.
Creo
que la teoría inventada por el pingüino sería interesantísima, donde todas las
especies pudieran tener el mismo lenguaje, ese lenguaje que unificara la
supervivencia de todos en armonía. O ¿ustedes creen que cada ser del planeta
debe de imponer su lenguaje propio sin tener igualdad con los demás? Esa
actitud es viejísima, arcaica, no funciona para estos tiempos, sabemos que todo
cambia, es evolución continua, el comportamiento de los animales de la tierra
es diferente a los animales de la mar, y todos estamos en el mismo planeta ¡Rayos,
el silencio! Nos comunica o nos nulifica, si no nos entendemos, estamos
perdidos, todas las especies se entienden en la constante supervivencia diaria
de la vida cotidiana en su propia soledad y con el silencio que no está demás.
El
pingüino nos dice: con la teoría del lenguaje pingüinesco el silencio es
comunicación total del mar con la tierra al infinito y en silencio se dará, con
los años se dará biológicamente en las especies. Cuando el planeta entre en
crisis por sí mismo o por causa de la constante insistencia de los humanos a
desarrollar barbaridades anti-naturales, son la especie más fuerte en apariencia
en la superficie de la tierra. Los océanos se están contaminando con grandes
cantidades de desperdicios causados por las grandes ciudades habitadas por los seres
humanos. Actualmente la ciencia humana le va dando soluciones a los mismos
problemas que ellos van causando, pero nosotros los seres del mar tenemos
nuestros propios códigos de supervivencia y de organización, no podemos hacer
nada contra toda esa contaminación pero esos códigos formidables del
caleidoscopio fantástico del silencio van hacer el cambio evolutivo en todas
las especies incluyendo la especie
humana. La extinción llegará con algunas especies y hasta entonces los humanos
se pondrán a pensar en cómo solucionar los problemas que no fueron atendidos en
su momento. Los pingüinos desde hace algunos años sufrimos por los cambios
lentos de temperatura en las corrientes marinas, estos fueron acelerados por mil
factores y el tránsito de los grandes barcos humanos cambiando las rutas de
nado de las familias de los pingüinos, algunos buques han derramado líquidos
tóxicos en el mar causando daño en grandes extensiones sobre la superficie del
mar donde no pueden nadar diferentes especies.
Antonieta
se dio cuenta que estaba preocupada desde hace mucho tiempo y no se había dado
cuenta que su preocupación lo era todo; se preocupaba por cualquier cosa, desde
la ropa que iba a usar a diario, por su familia, por el jardín de la casa, por
los trastes de la cocina, por si sus amigas se peleaban, por el disfraz para el festival de la escuela
y no había día que no se levantara de la cama preocupándose por todo, pero esto
llamado el mar de Antonieta era otra cosa, era una preocupación mayor, era una
caja de pandora, un cuento formidable, era un cambio de vida para el planeta,
pero todo estaba en su cabeza, giraba y giraba con mil ideas al día, las ideas
eran incontrolables, incluso pensó que podía estar enferma de los nervios. Antonieta cerró nuevamente los ojos, apretó
los puños, se pellizcó el brazo y supo que estaba despierta, se dijo a sí misma:
“Antonieta tienes que cambiar, dale solución a las cosas y no te preocupes más”.
La
pelirroja ya más tranquila, recordó el comentario de Tito ¿si todos los
pingüinos tuvieran un teléfono? El mundo
de todos los pingüinos seria tener celulares, ella logró imaginar cómo sería
ese mundo, el pingüino nada rapidísimo, pero una llamada telefónica era más
rápida que el nadar del pingüino, pero cada pingüino podría hacer algo por otro
pingüino por medio del teléfono, o sea que esto sería un llamar pingüinesco
todos contra todos.
Ah,
se le olvidaba, si los pingüinos jugarían los famosos videojuegos, verían los
partidos deportivos, o tantos tutoriales como les gusten a las aves marinas no
voladoras. Las ideas se pueden repetir pero no funcionan, lo mismo para un
grupo marino que para otro grupo marino y así es la historia en todo el planeta
tierra.
Antonieta
dio un suspiro enorme, como si algo adentro de ella cambiara, como si un gran
peso de encima desapareciera, no era ningún sueño ni nada irreal, ella se
sentía fuerte, empoderada en silencio. Se paró de su pupitre, de ese lugar en
donde todo lo había visto o soñado y sus ojos se conectaron inmediatamente con
Tito; él la miraba con singular alegría, estaba feliz simplemente por verla y
Antonieta no lo sabía. Pocos minutos pasarían para darse cuenta en donde estaba
el secreto del silencio.
“Oye
Tito me siento diferente no sé si fueron los chilaquiles con crema o los
deliciosos pingüinos de chocolate los que me hicieron sentir mejor” –dijo
Antonieta, y haciendo una pausa prosiguió: “yo no sabía que un suspiro que sale
sin previo aviso pueda darte tanta tranquilidad”. Tito no dijo nada, la tomó
del brazo, el llevaba la mochila de ella al hombro y sigilosamente salieron de
la biblioteca para dirigirse a la salida de la escuela. Ya era tarde y había pocos
alumnos, se encaminaron a la salida de la escuela donde los padres recogen a
sus hijos, se sentaron a esperar. La madre de Antonieta apareció en su camioneta
y tocó el claxon. Tito y Antonieta se miraron unos segundos sintiendo cada uno
una maraca en el corazón, ninguno pudo decir nada pero sus ojos hablaban por
ellos; había un código que les hacía sentir que no querían alejarse uno del
otro, ella le tocó la mano, le dio las gracias por estar con ella y cuidarla.
Tito le entregó la mochila y Antonieta se fue con su madre, él se fue caminando
a su casa y parecía flotar, su corazón seguía latiendo y no comprendía porque
estaba tan feliz.
Por
la tarde Tito estaba en el parque frente a la casa de la encantadora pelirroja,
presentía que algo importante sucedería, estaba muy pendiente de la puerta y
ventanas de la casa de ella. Antonieta estaba sobre su cama leyendo un cuento
sobre el mar y las sirenas, de pronto se levantó de la cama como si algo o
alguien le ordenara que fuera a la ventana. Recorrió las cortinas y lo primero
que vio hizo sentir en su corazón ese golpeteo que ya era conocido; ahí estaba
Tito en el parque, lo miró y le sonrió, estaba confundida y lo saludó de lejos,
pensó en salir a estar un momento con él. El corazón de Antonieta seguía
latiendo muy rápido, tomó una pequeña almohada que estaba sobre su cama y la
colocó justo en el pecho, cómo queriendo silenciar el escándalo que sentía.
Empuñó su mano derecha y dijo: “no puedo creer que algo tan pequeño dentro de
mi provoque tantas emociones”. Bajó con mucho cuidado las escaleras para no
hacer ruido, su madre no se percató del sonido de la puerta porque estaba
enfrascada en una receta de cocina preparando la comida pues tendrían
invitados. Antonieta estaba emocionada, su cabello estaba suelto y húmedo, recién
lavado. Tito la observó cruzar la calle y le parecía más hermosa que nunca. Cuando
llegó Antonieta se miraron fijamente; había comunicación entre ellos sin decir
una sola palabra, ella asintió al mirarlo, nunca había sentido algo así. Tito
también habló con los ojos que recorrieron la cabellera larga y pelirroja, eran
tan encantadores los bucles rojizos de Antonieta que simplemente se dedicó a
tocarlos con el dedo índice, entonces recordó que siempre le gustaba observar
el espiral que se formaba en la taza del café con leche. Tito la tomó de la
mano y sin decir palabra alguna caminaron alrededor del parque, al paso recogió
una pequeña flor rosa y se la colocó entre sus rizos, Antonieta sintió que sus
mejillas le quemaban. Caminaron hasta llegar a la misma banca en donde habían
iniciado, se miraron, se sentaron y ella recargó su cabeza en el hombro de
Tito, se quedaron contemplando las hojas de los arboles que se mecían con el
aire y todo lo que pasaba frente a ellos.
Antonieta
no respiraba normalmente, era un mar de suspiros constantes uno tras otro, se
sentía liberada de algo, en un estado de libertad casi perfecto porque ella
sabía que no había nada perfecto en teoría.
Dejó
de pensar en todo lo que le preocupaba, ese momento con Tito era diferente,
pasaba algo, era como olvidarse de todo, de pronto se escuchó el grito fuerte
de la madre de Antonieta: ¡Nena ya vente a casa, ya está servida la comida!
Ella se levantó rápidamente y salió corriendo, Tito estaba sorprendido, de
pronto algo la detuvo y regresó hacia él, no dijo nada, simplemente le dio un
beso en la mejilla a Tito y regresó corriendo a casa. Tito estaba sonrojado, su
cara parecía un tomate, no podía creerlo, “había recibido un beso”, tardó unos
segundo más y luego se fue a paso lento recordando ese beso hasta llegar a su
casa, todavía en los sueños no podía olvidar ese momento vivido. Durante toda
la primaria había estado junto a ella, y el sueño de Tito era recibir simplemente
un beso de su compañera Antonieta.
Tito
podía intuir algo de todo lo que vivía al lado de su amiga pelirroja, no podía
pensar en nada, simplemente ponía la atención en ella, sabía que deseaba estar
a su lado para sentirse mejor todos los días. Las damitas o las mujeres en
general no paran de soñar, platicar de estar todas juntas tratando de hacer
algo para jugar, el mundo de las niñas es completamente diferente al de los
niños y cada quien, y el cada cual debe de encontrar a su mejor amiga o mejor
amigo para ser feliz en la escuela, Tito lo sabía desde que la vio, pero no
sabía cómo atraer la atención de Antonieta. Tito estaba tan concentrado
pensando, que no se dio cuenta cuando tomó un lápiz y empezó a dibujar con
esplendida maestría en la hoja en blanco de su libreta, la imagen de una muñeca
que tomaba forma a cada trazo, pasaran los minutos y ahí estaba, bien dibujada,
una esplendida niña muñeca. Tito la miró y le preguntó desde sus adentros ¿Oye
muñeca que puedo hacer para que Antonieta se fije en mi? La mano empezó a
escribir sin control alguno, las letras se acomodaban sin parar, era formidable
la rapidez de todo lo escrito y no sentía dolor alguno en la mano. Estaba
pasando algo que nunca había sentido; cuando por fin soltó el lápiz, había
escrito diez hojas con mucha información sobre Antonieta, pero había una frase
que resaltaba por la forma de haberla escrito, la letra era diferente a toda la
demás, estaba inclinada y el contorno era más oscuro y decía lo siguiente:
“El
Mar de Antonieta” es el sueño de ella, y el sueño de Tito es ella, luego
entonces cuida al mar, a todas las especies y en silencio piensa mucho en ella
y lentamente se dará la atención hacia Tito.
Él,
en silencio empezó a dibujar cada imagen del mar, cuando había terminado se lo
mostró a ella, se dieron un abrazo profundo y Antonieta empezó a llorar de una
forma incontenible, todo había terminado y la realidad era una gran verdad
creativa; los dos habían hecho un libro sin darse cuenta; ella con sus ideas y
él con sus dibujos, el cuento infantil escrito por dos niños, “El Mar de
Antonieta”.
Tito
se dijo para sí: ¿Por qué no más adelante hago “El Mar de Tito” con dibujos de
amor elaborados por Antonieta?
El silencio apabulló
a Tito, el se quedó mirando al futuro silencioso de la imaginación.