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JAVIER VÁZQUEZ BONILLA.
Entrevista hecha por: Juan Cervera Sanchís.
Del libro inédito Ajedrez: Pasión y Misterio.
Javier Vázquez Bonilla rinde culto a dos grandes pasiones: el ajedrez y la música. Nada más iniciar la plática nos dice:
-El ajedrez no debe jugarse siempre bien: así como en la vida no hacemos siempre las cosas bien. Lo más importante es vivir y jugar, tener es disfrute de las cosas. En ese punto estamos la mayoría de los que practicamos este juego. Esto es algo que comprendí después de un proceso muy largo.
-En 1972, fecha muy importante para cuantos hoy jugamos ajedrez, tomé conocimiento de lo que nosotros llamamos en el medio ajedrecístico el match del siglo. El Gran Maestro de Estados Unidos Robert Fischer enfrenta al heredero y Gran Maestro de la escuela soviética, Boris Spassky, para los medios de comunicación fue el enfrentamiento del Este y el Oeste. De pronto y en medio de esta agitación para todos los muchachos de entonces llegó un nuevo amigo a casa: el tablero de sesenta y cuatro casillas que se convirtió en su mundo. Ahora podríamos llevar nuestras lecturas al campo de la experiencia propia. Todas las tardes después de aquella hecatombe nos sentábamos frente al tablero para cruzar sin tregua nuestras espadas de madera.
-¿Cómo sientes y piensas el ajedrez en este México del siglo XXI?
-No lo puedo apartar de la cibernética, ¡pero acaso se puede intimar con un amigo en cinco minutos? Por esta razón los campeones y/o los ganadores de torneos de ajedrez cambian muy rápido a una lucha feroz, quien no está al tanto de la última novedad mundial en tal o cual variante ajedrecística está en clara desventaja en la selva de los torneos.
-Perdón, tras escucharlo se me viene a la memoria una larga entrevista que le hice en la década de los sesenta al poeta León Felipe en donde me dijo: “si la poesía no sirve para hacer mejor al hombre no vale para nada.” ¿Vale para hacer mejor al hombre el ajedrez o, por el contrario, lo convierte en una mente fría y lúcida, pero inhumana cruel?
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Felipe Camino Galicia de la Rosa, conocido como León Felipe (Tábara, Zamora, 11 de abril de 1884 - Ciudad de México, 18 de septiembre de 1968), fue un poeta español. Formó parte de la generación del 27. Nacido en una familia acomodada, su padre fue notario. Tras licenciarse como farmacéutico, León Felipe inició una vida llena de peripecias, empezando por la regencia de varias farmacias en pueblos de España y recorriendo a la vez el país como cómico de una compañía de teatro.Permaneció tres años en la cárcel, convicto de desfalco y contrajo un matrimonio fracasado con la peruana Irene Lambarri, residiendo con ella en Barcelona. Su vida bohemia le sumió en una situación económicamente complicada hacia 1919, cuando iniciaba su obra poética en Madrid.
León Felipe me dijo: “si la poesía no sirve para hacer mejor al hombre no vale para nada.”
-Te hablaba antes de de las mayorías que practicamos el ajedrez. Mi amigo sigue estando ahí. Me invita aún a su casa de sesenta y cuatro casillas. Tomamos una taza de café y platicamos de aquellos grandes maestros, de aquellas grandes partidas que aún sigo jugando. El ajedrez permanece con su fiel amistad, que otros sigan destrozándose en los torneos es otra realidad, yo sigo esperando dar mi mejor partida, quizás esta noche enfrente de una taza de café.
-Muy bien, pero contesta a mi pregunta.
-Aún no termino. El ajedrez, como la música, la poesía y la matemática, por supuesto que sirve para hacer mejor al hombre, ya que es una síntesis del hombre.
-Sabemos de su amor por la música. ¿Qué paralelismo encuentra entre el ajedrez y la música?
-El ajedrez se puede enfocar desde el punto de vista científico, artístico y estético y este punto de vista s aplica, como queda claro para todos, al estudio de la música. Así pues podremos vernos inmersos en las obras de los cásicos y de los románticos, tanto de la música como del ajedrez.
-¿Qué similitud encuentras, digamos, entre Beethoven y Capablanca?
-La perfección de la técnica. La infinita emoción de los finales de las partidas de Capablanca son comparables con el éxtasis de los movimientos en las geniales sinfonías de Beethoven.
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De WIKIPEDIA. Ludwig van Beethoven[nota 1] (Bonn, Sacro Imperio Romano Germánico, 16 de diciembre de 1770[nota 2] – Viena, Imperio austríaco, 26 de marzo de 1827) fue un compositor, director de orquesta y pianista alemán. Su legado musical abarca, cronológicamente, desde el período clásico hasta inicios del romanticismo musical. Considerado el último gran representante del clasicismo vienés (después de Christoph Willibald Gluck, Joseph Haydn y Wolfgang Amadeus Mozart), Beethoven consiguió hacer trascender la música del romanticismo, influyendo en diversidad de obras musicales del siglo XIX. Su arte se expresó en numerosos géneros y aunque las sinfonías fueron la fuente principal de su popularidad internacional, su impacto resultó ser principalmente significativo en sus obras para piano y música de cámara.
José Raúl Capablanca y Graupera (La Habana, 19 de noviembre de 1888 - Nueva York, 8 de marzo de 1942) fue un ajedrecista cubano, campeón mundial de ajedrez de 1921 a 1927. Por su genio precoz, fue apodado "el Mozart del ajedrez"; por el aura de invencibilidad en su época dorada se le llamó "la máquina del ajedrez".
La analogía entre las prodigiosas partidas de Paul Morphy (1837-1884), llenas de creación y dotadas de un algo de divinidad, y la pasmosa creación universal de los sonidos celestiales de Mozart, nos maravillan por igual.
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De WIKIPEDIA. Paul Charles Morphy (Nueva Orleans, Luisiana, el 22 de junio de 1837 – 10 de julio de 1884) fue un jugador de ajedrez estadounidense, y es considerado el jugador más importante de su tiempo, y a la vez campeón mundial, aunque ese título no existía en su época. Algunos grandes maestros consideran que Morphy ha sido el más grande jugador que ha existido. Además fue el primer jugador de ajedrez estadounidense que se convirtió en una gran figura del ajedrez internacional.
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De WIKIPEDIA. Wolfgang Amadeus Mozart, cuyo nombre completo era Johannes Chrysostomus Wolfgangus Theophilus Mozart,[1] (Salzburgo, Austria; 27 de enero de 1756 – Viena, Austria; 5 de diciembre de 1791), fue un compositor y pianista austriaco, maestro del Clasicismo, considerado como uno de los músicos más influyentes y destacados de la historia. La obra mozartiana abarca todos los géneros musicales de su época y alcanza más de seiscientas creaciones, en su mayoría reconocidas como obras maestras de la música sinfónica, concertante, de cámara, para piano, operística y coral, logrando una popularidad y difusión universales.
-¿Qué tipo de jugador de ajedrez es Javier Vázquez Bonilla?
-Soy jugador de la categoría que anteriormente se conocía de segunda fuerza y en la actualidad se le conoce como categoría de expertos.
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