FOTOGRAFÍA TOMADA DEL BUSCADOR DE Google…
GLORIA FUNTANET MANGE.
Autor: Fernando Emilio Saavedra Palma.
Para: GLORIA FUNTANET MANGE una HUELLA
que dejan huellas en el Paseo de las Luminarias.
LA HUELLA…
La huella se queda
con el tiempo
en lo profundo que se haga...
Hay de huellas a huellas...
Sus huellas en la arena
las huellas de la humanidad
las huellas de los muertos...
Marcas, señales huellas de miles de años
o de un segundo cuando el alma suspira
y viaja al infinito…
Huellas digitales
Huellas en la nieve, en la tierra, en el iris de los ojos
¡Oh! las huellas de las civilizaciones pasadas
Por eso están las huellas de los cráteres
en la Luna
con la forma de un conejo.
Como las huellas de nuestros
continentes
a los ojos del Universo...
Como nuestro planeta
que deja huella
en la órbita del Sol...
Como la huella
invisible de su geometría magnética
que gira en muchas existencias...
Como la huella
femenina de su mirar
a las neuronas de los garrobos.
Señales, marcas
divinas que dan rumbo
a seguir su paso.
Claro
los olores
siempre dejan huella...
Las huellas de todos
quedan guardadas
en las neuronas de todos...
Huellas de mujeres...
Huellas de hombres...
Algunas son profundas
otras son superficiales...
…a saber
abstracción, subjetividad
dialéctica, retórica, chismografía…
Más la huella de la humanidad
por su paso en la Tierra
será lo profundo con que se mire el futuro...
Mirando su huella con el alma
atisbo
que de niña, hizo huellas sobre la arena
en sus travesuras en silencio
en las nubes
es su imaginación...
Luego
en la familia
en la soledad de su llanto
en el cemento
en el bronce
y en el corazón de muchas personas...
Al mirar la bóveda celeste
por la noche hay señales
marcas
huellas…
Luego
miro mis pies en la espuma
sobre la arena y el mar...
Y al retirarme observo
mis huellas que se van
suaves, lentas sin más ni más…
Pero en lo profundo en la soledad
única de los espíritus silvestres
en el alma siempre se lleva
una huella invisible pura y maravillosa…
Verano 2004
México, D.F.
Col. Nápoles.
F e r n a n d o E m i l i o .
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