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PERCIVAL PARKER
VELASCO DE GORRA COLOCANDO EL RELOJ.
PERCIVAL PARKER, EL AJEDREZ
Por: Juan Cervera Sanchís
-El
ajedrez, nos dice Percival Parker Velasco, no es un juego para verlo, sino para
practicarlo. No es como el futbol, donde juegan veintidós y lo ven millones.
-¿Desde
cuándo juega usted ajedrez?
-Desde
los seis o siete años en que mi hermana Perla me enseño a mover las piezas.
Después seguí jugando en la secundaria y en la peluquería de Don Sebas, que
estaba en la calle de Florida, Col. Nápoles. Así hasta que llegué a la
Universidad donde comencé a participar en torneos.
-¿Su
nivel ajedrecístico?
-Gané
varios torneos como jugador de segunda fuerza. Ahora soy jugador de primera
fuerza, pero mi mayor interés radica en promover el juego de ajedrez entre la
gente.
-¿Cómo
promueve el juego, señor Parker?
-Soy
uno de los promotores de Plaza Solidaridad.
-Háblenos
de Plaza Solidaridad como activo escenario del ajedrez en la ciudad de México?
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ALAMEDA CENTRAL DE LA CIUDAD
DE MÉXICO
-Es
sin duda muy importante esta plaza, que se encuentra en el espacio que ocupó el
que fuera célebre Hotel Regis, a un costado de la Alameda Central, para
numerosos ajedrecistas que ahí tienen la oportunidad de poder practicar su
juego favorito, ya que, la verdad sea dicha, en nuestra gran ciudad de México
no existen los espacios públicos, que debería haber, para que la gente de la
calle pueda practicar este juego tan fundamental para mantener activo el
cerebro.
-¿Cómo
surgió la idea de crear este espacio ajedrecístico?
-Todo
comenzó en el corredor de la Casa Cultural José Martí. De ahí pasamos a Plaza
Solidaridad.
-¿Cómo
funciona?
-El
espacio Plaza Solidaridad lo ocupan cuatro clubes ajedrecísticos.
-¿Qué
clubes son esos?
-Escuela
de Ajedrez, que dirige Fernely Vallejo; El Caballo Negro, del que es director
Aníbal Navarro; Cuauhtémoc, bajó la dirección de Francisco Ramos, y La Academia
Solidaridad, que fundamos Israel Blanco y un servidor, que soy quien la dirige.
-¿Horarios?
_Se
juega de las nueve de la mañana a las nueve de la noche.
Puedo
decirle que a lo largo de ese horario siempre hay personas jugando. La afición
por el ajedrez en México es bastante considerable entre la gente de a pie,
Metro y camión.
-¿Han
tenido problemas para poder establecerse en un lugar público como es Plaza
Solidaridad?
-Sí,
hemos sostenido, y de alguna manera seguimos sosteniendo, una gran lucha para
poder estar en Plaza Solidaridad. No ha sido ni es fácil mantenernos en tan
apreciado espacio por todos nosotros.
-Cuéntenos.
-Se
nos considera ilegales en tanto no se modifiquen los reglamentos existentes.
Estamos en Plaza Solidaridad con permisos provisionales que duran cuatro meses.
Es algo así como tener siempre la espada de Damocles sobre nuestras cabezas. Es
decir: estamos constantemente intranquilos, pues sentimos que según el estado
de ánimo de la autoridad nos pueden desalojar intespectivamente.
-¿Y
ante eso?
-Pugnamos
por una ley que nos proteja y nos dé la seguridad necesaria para jugar
tranquilamente en esta y otras plazas públicas de la ciudad de México. Las
plazas son lugares ideales para jugar y promover el juego de ajedrez entre la
gente, pues estamos a la vista de todos. Esto no quita, y sería una estupenda
medida, que algunas hermosas casas deshabitadas del centro histórico de la
ciudad, se conviertan en clubes de ajedrez.
Pienso
que es importante tener clubes en domicilios establecidos, pero es básico
promover el juego disponer de espacios en las plazas públicas. El ajedrez no es
una industria contaminante, promueve una actividad deportiva e intelectual y al
mismo tiempo intensifica positivamente las relaciones fraternales. Donde se
juega ajedrez se hacen amigos y, en esta ciudad tan enemistada consigo misma,
crear atmósferas donde las personas encuentren espacios para la cordialidad, es
fundamental para el desarrollo social armónico. Además, nuestros clubes, dan
empleo a algunas personas, y algo muy importante: somos autosuficientes, no
recibimos subsidios oficiales de ningún tipo. Lo único que pedimos es que nos
dejen estar en paz. ¡Hombre!, si existe la Plaza del Folclor, es decir,
Garibaldi, donde nadie molesta a los mariachis, lo que nos parece muy bien, ¿por
qué no, de una vez por todas, admitir la existencia de la Plaza del Ajedrez,
una especie de isla, donde los ajedrecistas podamos jugar sin temor a ser expulsados?
-A
mí me parece, digamos que hasta bello, aparte de ideal y funcional. Ojalá a los que legislan, y hacen las leyes que
rigen la ciudad les parezca lo mismo, y por ley establecida, y sin que ya nadie
los moleste, puedan ustedes, los ajedrecistas, disponer de su plaza en paz de
Dios y, sobre todo, de las autoridades.
-Eso
es lo que deseamos.
-Finalmente,
señor Parker, ¿dónde nació usted?
-Aunque
me vea este perfil de inglés yo vine al mundo el 20 de diciembre de 1960 en
México D.F. y soy tan mexicano como lo pueda ser el Paseo de la Reforma, la
Alameda Central, Bucareli o la Torre latinoamericana.
-Correcto.
Salud, fortuna y ajedrez
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La Torre
Latinoamericana es un rascacielos
ubicado en la esquina que forman las calles de Madero y el Eje central Lázaro Cárdenas en el Centro Histórico de la Ciudad
de México. Su ubicación céntrica, su altura (188 metros, si se incluye la
antena, con 44 pisos) y su historia la han convertido en uno de los edificios
más emblemáticos de la Ciudad de México.
La torre Latinoamericana fue diseñada por el Arquitecto Mexicano, Augusto H. Álvarez, superó a la Torre
Anáhuac y al Torre Miguel E Abed en la Ciudad de México y
en Latinoamérica al Altino
Arantes en Brasil.
Fue también el edificio más alto de la ciudad desde su construcción en 1956 hasta 1972, año en que se
completó el Torre World Trade Center, (en ese momento
el Hotel de México). También obtuvo el record del rascacielos más alto del
mundo fuera de Estados Unidos y por lo tanto de Iberoamérica.
Fue el edificio más alto de Latinoamérica, hasta 1979 cuando fue superado por
la Torre Colpatria de Bogotá, Colombia.
Se inauguró como el primer y más grande edificio
en el mundo con fachada de cristal y aluminio. Además la torre fue el primer
rascacielos en construirse en una zona de alto riesgo sísmico, por lo cual
sirvió de experimento para la cimentación y construcción de futuros edificios
en el mundo. La Torre Latinoamericana es junto con el Taipei 101,
la Torre Ejecutiva Pemex, la Torre Mayor
, el U.S. Bank Tower y el Costanera
Center, una de las seis estructuras en estar en una zona de alto riesgo
sísmico.
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