ILUSTRACION ELABORADA POR:
Fernando Emilio Saavedra Palma.
AJEDREZ “GEN” GENÉTICO CIENCIA
FICCIÓN…
CUENTO CORTO.
Autor: Fernando Emilio Saavedra Palma.
Para: Howard Phillips Lovecraft.
DERRAMANDO el ajedrez por el destino
la hiper-ciencia lo incluye como “Gen”en su camino…
CORAZONES-CEREBROS y nodos neuronales al punto
lo aclaman al tablero en su juego único…
El KLAN-CLON “Gen”
genético
pertenece al mundo…
Y en arborescencias fractales en lo químico
nos lleva firme y lógico a lo analítico…
Juego excepcional del hombre lúdico
agua vital del conocimiento puro…
DIAMANTE depurado luz iridiscente gigantísimo
y claro muy transparente y cuántico…
DINAMICO de conciencia proyección a lo matemático
introspección de una partida a lo jugado…
Ajedrez “Gen” genético
galaxia nebulosa telecomunicación de nodo a nodo…
Ajedrez invento
del tiempo en múltiples tiempos en su tiempo…
Preciso elemento pragmático
adentro del tablero y en tu CEREBRO…
El Ajedrez “Gen” genético
es un A.D.N.
de tu pensamiento en un momento…
DIAGNOSTICO radiografía en la geometría de tu cuerpo
aliento perfecto de un suspiro en equilibrio
enamorado…
TODOS los niños del mundo
los que han pasado (grandes maestros de la historia)
los niños prodigio…
Susan-Sofia y Judit Polgar las DAMAS del TABLERO…
Magnus Carlsen un ajedrecista prodigio…
Todos ellos tendrán al Ajedrez como
un “Gen” genético…
ESPIRAL cuántica invisible del juego milenario
se abre al mundo humano
en un gen solar energético flexible y DINAMICO…
Ajedrez tradicional sin tiempo
ajedrez activo y selectivo
ajedrez masivo y de entretenimiento
ajedrez firma de un juego iluminado
en un conglomerado de un banco
de material humano…
El ajedrez es 100 % puro y genético…
Fernando Emilio Saavedra Palma.
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Howard Phillips Lovecraft
(Providence, Estados
Unidos, 20 de agosto de 1890 – ibídem, 15 de marzo
de 1937) fue un
escritor estadounidense, autor de novelas y relatos de terror y ciencia
ficción. Se le considera un gran innovador del cuento
de terror, al que aportó una mitología propia (los mitos
de Cthulhu), desarrollada en colaboración con otros autores y aún vigente.
Su obra constituye un clásico del terror cósmico materialista, una
corriente que se aparta de la temática tradicional del terror sobrenatural (satanismo, fantasmas),
incorporando elementos de ciencia ficción (razas alienígenas, viajes en el tiempo,
existencia de otras dimensiones). Lovecraft cultivó asimismo la poesía, el ensayo y la literatura
epistolar.
El erudito
lovecraftiano Rafael Llopis escribió sobre el autor: «Educado en un
santo temor al género humano (exceptuando de éste a las "buenas
familias" de origen anglosajón), creía que nadie es capaz de comprender ni
de amar a nadie y se sentía un extranjero en su patria. Para él "el
pensamiento humano (...) es quizá el espectáculo más divertido y más desalentador
del globo terráqueo"».[1]
En su
estudio Danza macabra, el escritor de horror Stephen
King afirma que Lovecraft es «el príncipe oscuro y barroco de la historia
del horror del siglo XX».[2]
Además, por contraposición al mal interno o psicológico, «el concepto de mal
externo tiene más alcance, es más impresionante. Lovecraft así lo entendió, y
es lo que hace a sus historias de extraordinaria, ciclópea maldad, tan
efectivas cuando son buenas. [sus mejores cuentos] nos hacen sentir el peso del
universo suspendido sobre nuestras cabezas, sugieren fuerzas sombrías capaces
de destruirnos a todos solo con gruñir en sueños».[3]
Para su
biógrafo S.
T. Joshi, Lovecraft «no era un "extraño en este siglo", como
afirma de sí mismo el protagonista de su cuento "El extraño". Si se
estudian detenidamente sus historias se observará en ellas algo más que los
sueños escapistas de un anticuario caduco: enseguida encontramos datos como el
descubrimiento de Plutón, citado en "El que susurra en la oscuridad"
(1930), o la entonces todavía controvertida teoría de la deriva continental, en
la novela En las montañas de la locura (1931). Y ahondando más, en la
ficción más tardía, nos topamos repetida y significativamente con Einstein,
Planck y Heisenberg, y también las metáforas sobre el futuro desarrollo
estético, político y económico de la humanidad, que se transparentan en las
civilizaciones alienígenas que aparecen en "La tumba" (1929-30), En
las montañas de la locura y "La sombra más allá del tiempo"».[4]
Según la
destacada escritora estadounidense Joyce
Carol Oates, «la mística identificación de Lovecraft con sus escenarios del
Massachusetts rural y las antiguas colonias de Salem, Marblehead y Providence,
sugiere un Trascendentalismo paródico en el que el "espíritu" reside
en todas partes excepto, posiblemente, en los seres humanos». Lovecraft, en
suma, como ocurre con Edgar Allan Poe desde el siglo XIX,
ha ejercido «una influencia incalculable sobre sucesivas generaciones de
escritores de ficción terrorífica».[5]
Por su
parte, el novelista francés Michel Houellebecq declaró: «Yo descubrí a HPL a
los dieciséis años gracias a un "amigo". Como impacto, fue de los
fuertes. No sabía que la literatura podía hacer eso. Y, además, todavía no
estoy seguro de que pueda. Hay algo en Lovecraft que no es del todo
literario».[6
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