Fotografía tomada por: Fernando Emilio
Saavedra Palma.
“GLADIADOR”
revista del ejercito y para el ejercito.
General Joaquín Amaro.
Carlos Torre dando simultaneas en 1926.
Investigo: Fernando Emilio Saavedra
Palma.
S E C C I O N D E
A J E D R E Z
Por: Moiséglikoff
La brillante exhibición de
simultáneas en la Secretaría de Guerra.
El
miércoles 9 del actual se verificó en el gimnasio de la Secretaría de Guerra y
Marina una excelente exhibición de simultáneas de ajedrez, en la que el célebre
maestro yucateco Carlos Torre tuvo que luchar contra cuarenta oponentes, todos
miembros del Ejército Nacional. Los organizadores de esta brillante exhibición,
que no tiene precedente en el país, fueron los CC. Generales Joaquín Amaro y
Manuel Mendoza, habiéndola dedicado el Secretario de Guerra y Marina al C.
Presidente de la Republica, General Plutarco Elías Calles, quien,
desgraciadamente no pueden presenciar el bello e interesante espectáculo, no
obstante su gran deseo de saludar al joven compatriota que, más de una vez, ha
hecho sobresalir el nombre de México en el extranjero.
Torre
fue acogido por los aficionados que debían oponérsele con gran entusiasmo y
después de un hermoso discurso, en que el maestro hizo interesantes
comparaciones entre las luchas sobre el tablero y la del campo de batalla dio principio
el combate a la 20 horas, consiguiendo obtener ventajas en casi todos los tableros
después de reducido número de jugadas, ventajas que supo aprovechar asegurando
el triunfo.
En
medio de duras luchas, lograron entablar sus juegos con el maestro, 7 de sus
oponentes: el General de División Joaquín Amaro, Gral. De Brigada don Manuel Mendoza,
Capitán de Navío Armando Azcorve, Capitán seguando Armando M. Palacios,
Teniente Coronel Vida, Mayor Lerdo de Tejada y el General José M. Rodríguez.
Estos jefes, mereciendo principal atención los primeros dos, han demostrado que
el tablero es algo muy semejante al campo de batalla y que siendo buen general
del ejército se puede serlo también en el ajedrez.
En
esta exhibición no ha asombrado una vez más el joven de Mérida por la facilidad
de su triunfo, pues la lucha no duró más que cuatro horas y media, derrotando a
33 de sus adversarios y entablando con 7.
Fotografía tomada por: Fernando Emilio Saavedra Palma.
PORTADA DEL NUMERO 1 DE LA
REVISTA “GLADIADOR”
Revista
del ejército y para el ejército.
Semanario
ilustrado.
Aparece
los viernes.
Director Gerente:
Gral.
H.I. ALMADA.
Jefe de Redacción:
Cnel.
De Cab. FCO.J. AGUILAR.
Administrador:
AURELIO
M. AJA.
Oficinas:
Regina
88.
Fotografía tomada por: Fernando Emilio
Saavedra Palma.
Agradezco
a: Leonardo Tenorio el apoyo al mundo del ajedrez en esta investigación de la
revista “GLADIADOR”. Tenorio es investigador histórico y promotor ajedrecista.
Fernando Emilio Saavedra
Palma.
es.wikipedia.org
Joaquín Amaro Domínguez fue
un militar mexicano que
participó en la Revolución mexicana.
Nació
en Corrales de Abrego, municipio de Sombrerete,
Zacatecas,
el 16
de agosto de 1889.
Sus padres fueron Antonio Amaro y Ángela Domínguez, de ascendencia indígena. Su
padre luchó al lado de Luis Moya, primer Jefe Maderista en Zacatecas. En
febrero de 1911 se
incorporó a la lucha maderista en las fuerzas comandadas por Domingo Arrieta, operando en Durango;
posteriormente pasó a las filas del cuerpo de rurales de Gertrudis G. Sánchez. En 1912 fue enviado a
combatir a los zapatistas; por sus acciones fue ascendido a cabo primero de
rurales.
Carlos Torre Repetto
fue
un ajedrecista mexicano con el grado de Gran Maestro Internacional de ajedrez. Nacido
en Mérida, Yucatán, México, el 29
de noviembre de 1904,
murió el 19
de marzo de 1978.
A los seis años de edad, aprendió los
movimientos de las piezas. En 1915, su familia se mudó a Nueva
Orleans (Luisiana,
Estados
Unidos). Allí, se convirtió en discípulo de E. Z. Adams, un conocido
ajedrecista, entonces vicepresidente del New Orleans Chess, Checkers and Whist
Club. Durante los años 1925-1926, fue invitado a
participar en varios torneos internacionales: Baden-Baden,
1925 (décimo lugar); Marienbad, 1925 (tercer lugar); Moscú, 1925
(quinto lugar); y Chicago,
1926 (segundo lugar). Ese mismo año, gana el campeonato de México. En octubre
de 1926, padeció una crisis nerviosa, por lo que se vio obligado a retirarse
del ajedrez de por vida. La Federación Internacional de Ajedrez
(FIDE) le otorgó en 1977 el título de Gran Maestro Internacional un año antes
de su muerte.
Torre Repetto tuvo
una carrera ajedrecística muy corta: con tan solo 21 años de edad se retiró de
los torneos internacionales. Si se toma en cuenta que dejó el ajedrez a muy
temprana edad, es imposible saber adónde pudo haber llegado en circunstancias
normales. No es osado para muchos expertos pensar que habría podido aspirar al
cetro mundial.
En la época de
Carlos Torre, no existía un método fiable para medir el potencial de un jugador
de ajedrez. Ahora, se tiene el elo; aplicándoselo a Carlos Torre en su mejor época, se obtiene
un elo no actualizado ni "inflado" de 2560. Un elo similar al de
Spielmann y Tartakower, ligeramente superior al de Réti y Grünfeld y por debajo
de los tres campeones mundiales de la época: Emanuel
Lasker, José Raúl Capablanca y Alexander Alekhine.
Los resultados obtenidos
por Torre contra estos tres grandes fueron de un juego ganado y dos empates:
venció a Emanuel Lasker, obtuvo un rápido empate contra Alekhine y, tras una
difícil defensa en un final con inferior posibilidad, logró también el empate
con Capablanca. Su porcentaje frente a los maestros de fuerza similar a los
"tres grandes" fue de 63%. Esto era una característica de Torre:
obtenía sus mejores resultados cuanto más fuertes eran sus rivales y en
repetidas ocasiones decaía contra los más débiles. En toda partida, destacó
siempre su estilo de juego posicional, con gran habilidad táctica.
Carlos Torre
escribió la monografía llamada El desarrollo de la habilidad en ajedrez,
que se publicó por primera vez en idioma ruso. De allí se
obtiene una de sus frases más conocidas: «El desarrollo de nuestra habilidad no
consiste en que lleguemos a ser conocedores de las aperturas y diestros en los
finales, porque no hay desarrollo sin armonía... Debemos empeñarnos
principalmente en jugar todas las partes del juego igualmente bien; esto es,
jugar al ajedrez».
La figura
ajedrecística que más influyó en él fue la del maestro Emanuel Lasker. Al
referirse a Lasker, Capablanca y Alekhine, el maestro Torre mantenía gran
respeto y reconocimiento por todos ellos, aunque es perceptible la tendencia a
una admiración mayor por Lasker.
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