ILUSTRACION ELABORADA POR: Fernando Emilio Saavedra
Palma.
AJEDREZ Y LOS MILITARES EN MEXICO…
Autor:
Fernando Emilio Saavedra Palma.
Para: El
General Guillermo Palma Moreno IN
MEMORIAM.
Más bien bajo
de espalda y cuerpo ancho.
El General Palma apaga el
fuego y su fuego…
Fue pailero y conocía el
mundo ferrocarrilero
Su padre el “Yori” fue
muerto y se incorpora al movimiento revolucionario
y por méritos propios le
dieron reconocimientos en el ejercito.
Así viajo por todo ese
México de antaño.
Los hermanos “Casasola” lo
fotografiaron y quedo en el recuero
acervo de su enciclopedia
de nuestro México.
Y en el libro de “Zapata” del connotado
historiador mexicano queda
también registrado
así como en documentos del
ejército mexicano.
Su nombre queda en una
calle y un paradero
El General Palma procrea a
seis hijos con sus talentos en talento.
Y empieza el gran árbol genealógico
dejando también el ajedrez
como elemento de juego.
Los militares del mundo
y de México juegan por
siempre el juego milenario.
Dejando una escuela en sus
familias en el cotidiano
y entre la competencia se
desarrolla el “gen” social de lo practicado.
Los militares en México
lo practican en los cafés
del Centro Histórico
y en cada estado de la Republica
Mexicana en cada pueblo
que va creciendo lento y
seguro en su desarrollo interno.
Jugar ajedrez al descanso
Jugar ajedrez en cada
guarnición en lo inhóspito
Jugar ajedrez en el portal
del pueblo maravilloso mexicano
Jugar ajedrez entre la
tropa el político y el religioso.
Ajedrez integrador de un
legado de lo humano
entre el mundo militar de
todos los tiempos en el tiempo.
Se sabe del mito si lo
jugo Aquiles o Ayax hombres de fuego
hasta Napoleón Bonaparte
en el mundo contemporáneo guerrero.
Ajedrez y los militares en
México
son el recuerdo de su
esfuerzo a cada paso
en el territorio mexicano.
Difundiendo el ajedrez místico
y guerrero en todo lo humano.
Y los militares por el
mundo
lo implementaron en sus
huestes por decreto propio del juego.
Así hoy viaja por el
ciberespacio
y sigue creciendo en
nuestro fuego interno.
FOTOGRAFIA DEL ALBUM FAMILIAR.
EL GENERAL GUILLERMO PALMA MORENO.
faculty-staff.ou.edu
Napoleón I Bonaparte
(Ajaccio, 15 de
agosto de 1769 –
Santa
Elena, 5
de mayo de 1821)
fue un militar
y gobernante
francés,
general republicano durante la Revolución y el Directorio, artífice del golpe
de Estado del 18 de Brumario que lo convirtió en Primer Cónsul (Premier
Consul) de la República el 11
de noviembre de 1799;
cónsul vitalicio desde el 2 de agosto de 1802 hasta su
proclamación como Emperador de los franceses (Empereur des
Français) 18 de mayo de 1804, siendo coronado el 2 de
diciembre; proclamado Rey de Italia el 18 de marzo
de 1805 y coronado
el 26 de
mayo, ostentó ambos títulos hasta el 11 de abril
de 1814 y,
nuevamente, desde el 20 de marzo hasta el 22 de junio
de 1815.
Durante un
periodo de poco más de una década, adquirió el control de casi toda Europa
Occidental y Central mediante una serie de conquistas y alianzas, y sólo tras
su derrota en la Batalla de las Naciones, cerca de Leipzig, en
octubre de 1813, se
vio obligado a abdicar unos meses más tarde. Regresó a Francia y al poder
durante el breve periodo llamado los Cien Días
y fue decisivamente derrotado en la Batalla de Waterloo en Bélgica, el 18 de junio
de 1815, siendo
desterrado por los británicos a la isla
de Santa Elena, donde falleció.
Napoleón es
considerado como uno de los mayores genios militares de la Historia, habiendo
comandado campañas bélicas muy exitosas, aunque con ciertas derrotas igualmente
estrepitosas. Sus agresivas guerras de conquista se convirtieron en las mayores
operaciones militares conocidas hasta ese momento en Europa,
involucrando a un número de soldados jamás visto en los ejércitos
de la época. Además de estas proezas bélicas, a Napoleón también se le conoce
por el establecimiento del Código Napoleónico y es considerado por algunos
un «monarca iluminado» debido a su extraordinario talento y capacidad de
trabajo. Otros, sin embargo, lo estiman un dictador tiránico cuyas guerras
causaron la muerte de millones de personas, así como uno de los personajes más
megalómanos y nefastos de todos los tiempos.[4]
Se le juzga
como el personaje clave que marcó el inicio del siglo XIX y
la posterior evolución de la Europa contemporánea.
Sus soldados
lo llamaban el Pequeño Cabo (le Petit Caporal), en tanto que los
ingleses se referían a él con el despectivo Boney y las monarquías
europeas como el tirano Bonaparte, el Ogro de Ajaccio o el Usurpador
Universal.[5
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