AJEDREZ GANDHI
Relatos en “El club de Ajedrez Librerías Gandhi”
Esteban Schmelz.
Autor: Fernando Emilio Saavedra Palma.
Para: Esteban Schmelz.
Desde que inició
librerías Gandhi, Mauricio Achar jugó y permitió que en su cafetería se jugara
ajedrez; llegando a ser el mejor club de ajedrez de toda la República Mexicana. Todo sin darse
cuenta, simplemente por el placer de jugar y por la atención de los meseros a
sus clientes (formula club Gandhi). Esto fue hasta el año de 2004 cuando
fallece y alejan a los ajedrecistas por las nuevas políticas de mercadotecnia
de la nueva dirección de Gandhi.
FORMULA GANDHI inventada por Mauricio Achar un Rey Midas.
Los meseros después de las 3:00 de la tarde podían prestar equipo
de ajedrez y cobrar 20 pesos a cada jugador que ocupara una mesa en la
cafetería; evidentemente consumiendo por lo menos un café y jugar hasta cerrar
el lugar. Diariamente de lunes a domingo asistían todos los personajes
inimaginables a este “Club de Ajedrez”, aproximadamente eran de 20 a 30
jugadores diarios.
En este espacio
paradisiaco para los ajedrecistas conocí a Esteban Schmelz; quien siempre
llegaba con su reloj de ajedrez en la mano, de traje en diferentes tonos
oscuros elegantes y su corbata. Observaba a cada jugador antes del juego y
sobretodo en la partida viva en la retadora. Después de un rato se apuntaba en
la lista para jugar en el momento que le tocara. Entre sus amistades y grupo de
ajedrez uno lo veía sonreír constantemente con Oscar Roemer (q.e.p.d.), Juanito
Blejer, Armando Mena, Jorgito Soto, el Dr. Alba, Jaime, el maestrito Jaimito,
el psicólogo y Bruno Schwebel (q.e.p.d.).
En esta mesa no
jugué mucho, cuando lo hice fue por convivir con ellos, ya que mi juego
es muy rápido en el blitz. Jugaba en el grupo de a un minuto y, en este grupo
se jugaba el tradicional a 5 minutos por jugador. Los tiempos en el ajedrez son
importantes para que el jugador se sienta agusto en la modalidad que escoja.
Fueron pocas las veces que jugamos Esteban y yo sin testigos por coincidir en
la Gandhi solos. Siempre lo invité a jugar ya que todos los que conformaban su
grupo eran personajes con una agradable conversación.
Fernando Emilio:
-Vamos a jugar Esteban.
Esteban: -No
Emilio, eres muy rápido.
Fernando Emilio:-
No te preocupes, a 5 minutos y me tomo mi tiempo.
Esteban: -Esta
bien.
Nos acomodábamos
a jugar la partida en las mesas vacías de su grupo. Esteban al hablar tiene el
mismo freno en la lengua como mi hermano Guillermo el “Willy” y parece que su
fonética es francesa. También sus ojos
chiquitos de piquete (como les dicen), son como los del Willy. Su control con
el tiempo en el tablero es excelente, llega a buenas posiciones que tiene
ventaja y las puede perder cuando juega en su grupo por algún comentario de sus
compañeros. Me tocó verlo ganar con un buen Jaque mate (no con el tiempo), a
varios de sus compañeros del grupo. Siempre con una agradable sonrisa. Esteban
es medido en su juego, sabe esperar y cuando encuentra el plan o la combinación
de ataque no perdona, lo hace al ritmo de su mano con parsimonia elegante y
encuentra el jaque mate.
Esteban y yo nos
encontramos en otro club de ajedrez al sur de la Ciudad de México en San Ángel.
Tenía un reloj nuevo todo de madera; color claro, alemán, precioso, no recuerdo
la marca pero era una obra de arte de la relojería ajedrecística. Jugamos un
par de partidas y al oprimir el percutor fue por mi parte con enorme
delicadeza, fina por el reloj, finura extrema y por quien lo jugaba.
En otra ocasión
muchos años atrás a finales de los 90 me reuní con el Pedazo Javier Vázquez; un
ajedrecista de otro medio del Centro de la Ciudad de México, lo que fue un Club
de Ajedrez en República de Uruguay. Lo
invité a la presentación de un libro de Adela Fernández en su casa la Fortaleza
del Indio, en Coyoacán. Había una cantidad enorme de personas, donde uno
interactúa con todo el mundo; desde la niña cantante de música vernácula
(entretenimiento), como con los invitados de Adelita en la gran fiesta que se
hace alrededor de las presentaciones. Por ahí vi pasar a nuestro amigo
ajedrecista Esteban Schmelz acompañado de la primera actriz María Rojo; esa
encantadora Dama del Cine Mexicano Ventana al Mundo de nuestra Cultura.
Pensando con los años analicé
ajedrecísticamente la variante de la elegancia en mi mundo poético de peón de
las letras, en esas mesas inolvidables hoy olvidadas de la Librería Gandhi.
Pensando y
pensando me quedé:
Mauricio Achar
fue el Rey Midas que toca todo convirtiéndolo en oro.
Esteban Schmelz
es el Rey de tocar todo con finura en un blitz de 5 minutos.
ESTILOS EN EL BLITZ
Autor: Fernando Emilio Saavedra Palma.
Para: Esteban Schmelz
Cuando uno escoge
un traje es todo un estilo
busca el toque
exacto del color al gusto de uno
cuando uno juega
un blitz escoge cada movimiento
y oprime el reloj
con elegancia o simplemente rápido.
Cuando uno
escribe un poema-novela o cuento
uno encuentra
emociones a seguir a lo divino
puede ser el
sentimiento de una mujer en el tablero
o un guión
perfecto cinematográfico.
Los estilos son
el saber jugar de todo a la medida o medido
las variante son
el plan a seguir en este mundo cosmogónico
irreverente en
ideas imperfectas que buscan lo perfecto
en cada estilo de
juego de cada jugador a lo fino y finito.
El tiempo
ilimitado al infinito
el juego limitado
a nuestro tiempo
el reloj
esperando a tu rival de juego
librería Gandhi
tomando café y pensando.
Los estilos en el
blitz son muchos los que juega cada humano
…uno aprieta
rapidísimo…
…otro pierde por
tiempo por jugar lento…
…otro
sencillamente lo aprieta con estilo…
Más hay de estilo
a estilo
jugando a lo
estilizado
en un juego
moderado
jugando lo
ofensivo o defensivo.
… jugamos un
blitz a 5 minutos Emilio
claro
no importa el
estilo
solo el
pensamiento en el tablero…
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