FERNANDO EMILIO SAAVEDRA PALMA ENCUENTRO CON
ESCRITORES XXX.
JUAN CERVERA SANCHÍS POETA.
Autor: Fernando
Emilio Saavedra Palma.
Para: Juan Cervera Sanchís.
Desde
niño leí y escribí mucho, de adolescente aún más, como hombre hice lecturas digamos
más selectivas de mi interés en particular. Con diez años de edad me dediqué a
enseñar ajedrez a quien se me acercaba en la primaria. Con los años terminé
estudiando Ingeniería Civil en la Universidad Nacional Autónoma de México ya
que mi padre Don Fernando y mi hermano Guillermo (el Willy), estudiaron ingeniería,
una tradición en la familia. Sin embargo mi madre Guillermina Palma Baca (La
Mona), fue la que me influenció al cien por ciento a escribir. Desafortunadamente
ella falleció el 28 de noviembre de 1968 de un derrame cerebral, me dejó de
ocho años cumplidos. A sus cuatro hijos nos legó los escritos que tenía guardados
en una petaquita azul que recuerdo perfecto porque yo los leía a cada rato. Mi
hermana la Nanis se sentaba con nuestra madre y las dos hacían lectura de sus
textos, se escuchaban leer madre e hija, desde entonces sus escritos enriquecieron
inconscientemente el mundo literario que siempre estuvo latente en mi vida.
Llegué
al torneo de ajedrez a saludar a los amigos y a ver a quien me encontraba
jugando; son un mundo de compañeros, todos estaban serios buscándose en las listas de pareo,
repentinamente me encuentro con el M.F. Guillermo Ruíz ex-presidente de la
Federación Nacional Mexicana de Ajedrez. Nos saludamos y me comentó que estaba escribiendo
en el periódico el OVACIONES sobre ajedrez, lo felicité y me entregó un texto
escrito sobre el poemario de mi autoría “Combinaciones” editado en 1996, por ediciones
Ferrol en la Ciudad de México. Por esos años el poemario favoreció para que me
otorgaran el cargo como el primer Director Cultural de la Federación Nacional Mexicana
de Ajedrez de 1996 a 1999. Guillermo y yo nos despedimos afectuosamente deseándole
lo mejor para sus niños inscritos al torne, todo esto sucedía a finales de los
noventa.
Juan
Cervera Sanchís escribió sobre el poemario exclusivo de ajedrez llamado “Combinaciones”
y dice así:
“Combinaciones”, de Fernando Emilio Saavedra Palma. Ajedrez y poesía
Por: Juan Cervera Sanchís.
Recibimos el raro y bello libro “Combinaciones”, de Fernando
Emilio de Palma y Saavedra. Nada más abrirlo se nos advierte que se trata de
las combinaciones de “un hombre que ha vivido con el ajedrez y la
literatura.” Líneas abajo nos encontramos con la primera combinación. El autor
comienza con su nombre así: Fernando Emilio Saavedra Palma, y para los que lo
ignoran, aclara: Seudónimo de El Peón Aislado, que decide filosofar,
inmediatamente, en torno al arte y misterio poético. Afirma El Peón Aislado:
“La poesía es el alma de la especie humana”. Es de esta manera que imagina su
primer diseño y de paso su primera partida de ajedrez o poema ajedrecístico.
Canta y juega El Peón Aislado, en su infinitesimal, toda una paradoja en do
mayor, comunicándonos: “Los escaques en los aciertos y los errores, me llevan a
un estilo único…” Y añade: “que también me ha dado la edad”. Adivinamos la
unicidad del estilo en el espacio y el tiempo, aunados, en el nudo que es ala y
vuelo, en la poética, mágica y lucida geografía celeste del ajedrez, que siendo
lógica matemática es, en su esencia, pasión, emoción y poesía pura. De Palma y
Saavedra o Saavedra Palma, recogerá después opiniones al azar sobre los caminos
entrecruzados y las curvas, que son líneas rectas, del ajedrez hecho poesía, y
la visión del mismo que nos dan las inteligencias más diversas. Para una señora
ama de casa el ajedrez será como una familia; para una secretaria no pasara de
ser un pasatiempo; para un político un mundo de celadas; para un ajedrecista
toda la vida; para un poeta la totalidad del Universo. Finalmente no sabremos
nada del ajedrez y sabremos todo cuanto es para cada quien, desde el cada cómo
y cada cuando de su parcial punto de vista.
El ajedrez como la poesía se da a muy pocos. El encuentro con lo
fundamental en cualquier vida va mucho más allá de la simple apertura o del
rotundo jaque mate. “El Peón Aislado” se encontró inesperadamente a la edad de
ocho años con los poderes del ajedrez en él, para él, prohibido rincón de una
cantina de un pueblo del Estado de Hidalgo, ¿Cómo fue que un niño pudo entrar
hasta allí y ser fascinado por dos venerables ancianos que jugaban al ajedrez?
La fuerza del destino no sabe de obstáculos. Esto es algo que no pone en duda
Fernando Emilio de Palma y Saavedra.
Mucho menos “El Peón Aislado” y, si le consultáramos, menos aún Mijaíl
Tal, el genial ajedrecista ruso, uno de los escasos iluminados por la diosa
Caissa, a la que se evoca y convoca en este libro, solicitándole olvidos y
memorias, para llenar las infinitudes abismales de los mareantes vacíos y otras
hambres cósmicas. El libro de De Palma y Saavedra es una especie de sueño
velado en la hiperlucidez. Es un libro para poetas, profetas, ajedrecistas y
trapecistas de la imaginación, capaces de jugar al ajedrez sentados en una nube
y sin dejarse impresionar por el huracán. “El Peón Aislado” sin cesar de viajar
por el tablero, entra en el espíritu de la lluvia galopando en zigzag, a lomos
de los caballos, y geometrizando la luz, con la ilusión de los alfiles, sobre
las sombras de las torres. ¿Dónde la realidad ultima de la jugada maestra y el
poema perfecto e irrepetible? “El Peón Aislado”, contra el viento del azar,
pone su fe en lo concreto aritmético, donde el dos más dos alcanzan el cuatro y
la soberbia humana, de súbito se queda sin sospechar el cinco con su vocación
definitiva de diez. Cae en sus propias trampas y soberbias “El Peón Aislado”,
inevitablemente hombre y poeta. Se atreve a decir que “el ajedrez es el hombre
y el hombre es el ajedrez”. Hace siglos se afirmó: “El hombre es la medida de
todas las cosas”. ¿Son todas las cosas la medida del hombre? Poesía y ajedrez,
ajedrez y poesía. Locura y cordura unidas en el mismo punto dramático e
indefinible, el de la vida, aquel punto entre dos eternidades al que la muerte
le da, sin remedio, finalmente su dimensión exacta, es decir, su inmisericorde
jaque mate.
Un libro de partidas y torneos, un libro desde el ajedrez, los relojes,
las mujeres y los hombres, el ser y el no ser, el grito y el silencio, el error
y el acierto, que nos invita a múltiples lecturas y relecturas, pues la poesía
y el ajedrez, que son, sin serlo, la pasión misma, no tienen fin,
“Combinaciones” se podría definir como un juego donde la razón de la locura y
la locura de la razón se matrimonian sin ninguna posibilidad de divorcio. El ajedrez
y la poesía, aunque lo nieguen ajedrecistas y poetas, siempre van caminando
juntos por los matemáticos y maravillosos senderos de la creación.
Así
pasaron los días y todo un año hasta que le marqué al poeta Juan Cervera al periódico
el Ovaciones donde colaboraba.
Operadora-
Sí, ¿con quien desea hablar?
FESP.
– Perdón el señor Juan Cervera.
Operadora-
un momento.
Ring,
ring- “bueno” si.
FESP
– hola, Juan Cervera
JCS-
Si, ¿quién habla?
FESP-
Soy aquel ajedrecista que usted le escribió sobre “Combinaciones”
JCS-
Si, ¡el Peón Solitario! hombre que tal ¿como estas?
FESP-
Bien señor, me gustaría agradecerle personalmente.
JCS-
Si, nos vemos mañana en el centro “el Café de Paris”, está en Antonio Caso.
FESP-Perfecto
por la tarde a las 4 ¿está bien?
JCS-
Muy bien.
De
ese encuentro surgieron las entrevistas de Ajedrez Pasión y Misterio, en donde
de la mano le llevé a cada entrevistado y don Juan hizo excelente su trabajo
para ser publicadas inmediatamente en la Agencia de Noticias NOTIMEX. Ese
proyecto hoy realidad ha quedado guardado por la lenta evolución del ajedrez en
México y en el mundo. Hoy seguimos esperando si la SEP (Secretaria de Educación
Pública), pone atención a todo este proyecto ajedrecístico mexicano en donde
Juan Cervera Sanchís y Fernando Emilio Saavedra Palma lo han proyectado por
muchos años.
En
mi vida he tratado con muchos escritores, poetas y personajes de la
cultura, dejándome claro que Juan
Cervera Sanchís es un poeta que nunca ha dejado de escribir, enorme vocación de
un grande entre los grandes.
EL POETA GRANDE ENTRE LOS GRANDES.
Autor: Fernando Emilio Saavedra Palma.
Para: Juan Cervera Sanchís el POETA.
…los poetas magos
de las palabras
son impredecibles
e infinitos planetas
son ideas finas
encantadas
que deambulan con
sus letras
son epidermis de
almas elaboradas
son música clásica
de la razón a los seres sensibles
son escalofríos constantes
mirados por tus ojos iris
son invisibles querubines
enamorados acorazados
son ajedrecistas
mentales de estructuras en sus ángelus…
El café abre la
luz en la Ciudad de México
su mesa está en
espera
la pluma está en su
tinta
la hoja en blanco
será un poema.
El café abre la
luz en España
su mesa está en
espera
la pluma está en
su tinta
la hoja en blanco
será un poema.
Juan Cervera Sanchís
70, 60, 50 años con la poesía juega, la ama
paso a paso por
las calles que pisa lo hace con fuerza
punto a punto lo
sella con su palabra
libro a libro es
una cualidad editada.
El planeta tierra
para su mano es poesía
espejo gota del
alma a tu mirada
lluvia armonía que
nos canta
tormenta que
renace a cada letra.
Juan Cervera
Sanchís es arena poética
que ilumina grano
a grano el día
es su poesía intemporal
viva
es granito en un
libro que te espera.
El café abre su
luz Ciudad sin Tiempo
su mesa está en
espera
la pluma esta en
su tinta
la hoja en blanco
será un poema.
Juan Cervera
Sanchís es poesía
Juan Cervera
Sanchís es un poema
Juan Cervera
Sanchís es poeta
Juan Cervera
Sanchís un mago de la palabra.
Enorme vocación de
un grande entre los grandes.
Ilustración por: Fernando Emilio Saavedra Palma.
Información de: Wikipedia la enciclopedia.
Juan Cervera Sanchís es un poeta y periodista de origen español, nacido el 24 de octubre de 1933 en Lora del Río, Sevilla e inmigrado a México. Es hijo de Juan Cervera Rueda y de Asunción Sanchís Jiménez. Ejerce el periodismo tanto en México como en España. Ha regresado a su pueblo natal en julio de 2013.
Desde joven manifestó su inclinación hacia la poesía. Ha escrito sonetos, décimas, liras entre otras formas de la poesía tradicional.
En España la colección Adonais editó su libro El Prisionero (1970). En Barcelona, 1982, obtuvo el premio Azor con el libro En las Nubes.
Su poesía se ha traducido al francés, inglés, italiano, portugués y al japonés.
Su obra es extensa teniendo más de cuarenta libros publicados desde 1960. Su primer libro, El muchacho que veía venir a la muerte (1960) apareció en la editorial AGEM de Madrid, España.
Cervera Sanchis ha cultivado también el relato y ejerce el periodismo. Entre sus libros en prosa destacan Los ojos de Ciro (relatos), editado por Katún, México (1984), El caos es maravilloso, Editorial Domes, México 1985 y un libro de entrevistas con pioneros de la industria del petróleo en México. Pemex: pasión y destino, editado por el Instituto Mexicano del Petróleo (2005).
En 2004 fue develado un busto suyo en su pueblo natal en Andalucía, obra del escultor Germán Pérez Vargas. Con anterioridad, el Ayuntamiento de Lora del Río había puesto su nombre a una calle del pueblo.
Fotografía del álbum de: Fernando Emilio Saavedra Palma.
Juan Cervera Sanchís y Fernando Emilio Saavedra Palma
tomando café en el Centro Histórico de la Ciudad de México
antes de su partida a España, Lora del Río.
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