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jueves, 6 de diciembre de 2018

“FÓSFORO-MECHA-EL FUEGO MATEMÁTICO Y BABY BOCADO” NOVELA POLÍTICO POLICIACA. XIII “El Baby” y “Fito” Autor: Fernando Emilio Saavedra Palma.

       ILUSTRACIÓN POR: Fernando Emilio Saavedra Palma.
“FÓSFORO-MECHA-EL FUEGO MATEMÁTICO Y BABY BOCADO” NOVELA POLÍTICO POLICIACA. XIII 
“El Baby” y “Fito”
Autor: Fernando Emilio Saavedra Palma.

Amanecer es un suspiro divino, poder caminar por mis calles, por este barrio cuna del vivir, por esta ciudad gigantesca, tal vez una de las más grandes del planeta: el D.F., México, Chilangolandia, la Capirucha que te hace estar bien trucha, pues sí, vivir en ella ¡Es la neta!
Llegué a ser comandante muy joven por la ruleta de la vida, esa vida que me sumerge a la familia de la policía, todo un mundo aventurado en donde yo, embono como corcho de sidra para el nuevo y feliz año de 1970. 
Durante tres meses me arreglé como estudiante universitario para entrar de oyente a clases de matemáticas en la U.N.A.M. (Universidad Nacional Autónoma de México), y así aprender algo de esta ciencia tan necesaria, pero me fue imposible entender nada, tendría que tomar un curso básico con alguien para entender este lenguaje que es otro mundo y no me apena ser tan ignorante, claro eso a mis adentros y en silencio. Regresé al barrio y por suerte me enteré que en la Alameda un chavo llamado “el Fósforo-Mecha-el Fuego matemático” daba clases gratis a varios estudiantes de nivel secundaria, inmediatamente llegué al lugar y lo vi en acción. Empecé a asistir sin comentarle nada, simplemente me dedicaba a escucharlo y paso a paso la comprensión de todo ese mundo fue entrando a mi cabeza. Después de seis meses me acerqué a platicar con él y a invitarle un helado, no lo aceptó, me dijo que mejor me invitaba  una cerveza, reí por dentro y le dije: ¡Ándale! Vamos amigo.  

BB: Oye ¿Cómo te llamas?  
FÓSFORO: “Alex Simeón Washington”.
BB: No juegues carnalito, no me hagas enojar, en serio ¿Cómo te llamas?
FÓSFORO: Dime “Fósforo-Mecha-El Fuego Matemático”, “El Colorado”
BB: Mira mi Colorado a mi me llaman en el barrio “Baby Bocado” y quiero que me des un curso básico de matemáticas, ya que la Guadalupana y yo sabemos que esto me va a servir más adelante.    
FÓSFORO: Haber como le hacemos ¿Que me propones?
BB: Te puedo pagar con mercancía o baro, tú dime ¿Cómo le hacemos?
FÓSFORO: Déjame pensarlo, vamos a conocernos más ¿Qué te parece?
BB: Oki doqui mi Colorado, pregunta en el barrio quien es tu servidor, y luego échate ese trompo a la uña. Por cierto, quien te ayudó a dar clases en la Alameda fue mi suegro, claro con su hija dure una semana y nada más, el es el famoso  “Pepillo”.
FÓSFORO: Oye, oye, no te vayas, entonces ¿Tu conociste bien a la Mago?

Le chiflé suave al oído al Colorado la canción que andaba de moda por todas las rocolas del Centro Histórico de la Ciudad de México y luego suavemente se la canté:

“Tiburón, tiburón, tiburón, tiburón, tiburón a la vista bañista
un tiburón quiere agarrar carnita buena para almorzar
vente a la playa mujer vente a la arena a jugar que un tiburón te puede alcanzar”…     

Baby Bocado le dio una palmada al Colorado en el hombro suave y se retiró caminando silbando la canción.

No todo se puede en la vida aunque uno lo quiera, es tan difícil, que muchas personas sufren, yo nomas voy carburando mi cabeza haber hasta donde llega y creo que como me dice el eco del barrio: “la piedra si me gira y me gira bien”, pero no voy a poder con todo, hay que saber colocar las piezas del ajedrez bien y luego saber moverlas, ahí Dios dirá y la señora dama Emperatriz de América. Creo que todas las personas que saben algo y me lo han enseñado son mis maestros, en su momento se los pagaré y sin decirles nada, calladito como soy. Sin embargo hay temas que ¡Cuidado! son de mucho cuidado, tengo poco tiempo para prepárame y mis posibilidades en muchas actividades son restringidas pero los libros serán mis verdaderos maestros, en los botaderos o librerías de viejo encuentro lo que quiero, “el Principito” de Antoine de Saint-Exupéry, “el Príncipe” de Nicolás Maquiavelo, “el Retorno de los Brujos” Jacques Bergier y Louis Pauwels, y los de poesía que son mi fuerte, los más queridos aunque yo no soy poeta, soy lector de poetas que es muy diferente. Nunca imaginé que ser “Baby Bocado” sería una responsabilidad que el barrio me asignaría, la comunidad de los viejos del centro es grandísima y todavía viven muchos, entre ellos están muchos ex-pachucos que ahora se visten como señores normales (decentes) pero eso sí, usan cantidades enormes de vaselina para el pelo, incluso anda por ahí un gallo muy jugado llamado “el Glostora” o “el Glostorita” teniendo este apodo por la marca de una goma fijadora de pelo. Muchos de ellos me han dicho que el barrio ya me puso el dedo y eso no me lo va a quitar nadie, todo esto ocurría en el año de 1970.
La escuela nunca me ha gustado, sobre todo los maestros, nunca me han querido y yo soy muy activo desesperante y ansioso para los profesores, eso fue lo fundamental para dejar la escuela a corta edad y dedicarme a los menesteres del barrio, luego me hicieron madrina y luego policía, así nace un policía mexicano 100% chilango y amante de los treinta y dos estados de la república con la experiencia suficiente para traspasar el tiempo en los años de mi corta vida.  

Platicando con el Glostorita me suelta todo un sermón de barrio:
Carnal, carnalito tú no sabes mucho del barrio viejo pero anda malito; los viejos van pa´l inframundo y el nahualismo se esfuma como pluma, ahora los chantes los mueven las jóvenes viejas, las viejas brujas ya se acabaron y los mocosos piden baro en la calle, todo ya se nos fue de las manos, la calle es la casa de todos está creciendo el restorán, grábate esto “hoy tienes muchos padres gatos y cada uno te enseñará algo diferente”. No más no jotees, búscate sacar una placa de cuico con patrulla pa que realmente seas el rey del barrio. Ponte ojón de paloma pa toda la bola y dame unos fierros pal pulmón mi BB.

Mira mi Glostora-Glostorita o mi padre gato relamido, que ondón con el “Colorado ese mandarrecio” que se siente el divo de la Alameda, que pues, el Pepillo le dio candela con la Mago o que ondón Ramón.

Es puro pájaro nalgón ha de ser algún soplón,  hijo mío del relamido Glostora o sea yo tu padre de la calle, mira mi Baby Bocado ya hablas como niño Nalgas Miadas, vas bien aprende el verbo de todos y nadie te va avanzar carnal. Y niguas con la putería, ya sabrás de que te hablo. Machin como gallo con aire en el palenque. Traes rostro clarita de huevo con ojitos azules de princesa ¡ADELANTE! Mijo a conquistar las calles, no las viejas, ELLAS luego se te darán solas.

Salí del Café la Habana después de tomar mi riguroso café, que me da energía para la vida cotidiana y pasé por el Centro de Estudios Científicos del I.P.N. (Instituto Politécnico Nacional), decidí entrar a pajarear con la idea de aprender bastantes matemáticas, cuál sería mi sorpresa que en un salón vi al Colorado dando clase a un puñado de veinte adolescentes, me quedé escuchando la clase bien escondido sin que él pudiera notar mi presencia.

El Colorado:
Haber mis muchachitos la humanidad es un numero, todos los seres humanos cabemos en una cantidad y somos números ante el universo, pero dentro de este mundo de abstracciones también encontramos otras ciencias que se encargan de desencadenar paralelismos para descubrir otras aéreas que se aplican al conocimiento, como: El Algebra, Trigonometría, Calculo Diferencial, Ecuaciones, Matemática Superior, apoyando a la Física Newtoniana o Física Cuántica, también está la Química y demás disciplinas que logran que la humanidad entienda todo lo que nos rodea. Por eso tienen que estudiar matemáticas básicas para encontrar luego su camino. Por ejemplo el presidente Benito Juárez nació en 1806-1872, nace un numero muere otro número, hoy en nuestra Ciudad de México hay muchas calles con este nombre incluso Colonias y Delegación al igual que en toda la República Mexicana hay bustos, esculturas o estatuas y todo ello se puede contar, Benito Juárez aprendió a contar con borreguitos. También existe de hecho una ciencia llamada numerología pero eso es otra cosa. Los números están en todos lados, son una familia que se debe conocer. Aquí en el centro de la ciudad estoy tomando clases de ajedrez con un maestro callejero que me dicen, él sabe aplicar los números a este juego milenario, espero aprender algo de él y si así sucede luego les platicaré. Por hoy fue todo y nos vemos el próximo mes.

Corrí rápidamente a esconderme entre los autos de la calle para esperar a la salida al Colorado, después de treinta minutos apareció el Colorado y se dirigió a la Ciudadela a paso lento, ahí lo intercepté y nos saludamos, el efusivamente me invitó una cerveza, le comenté que iba a jugar una partida de ajedrez con un señor muy rico que tenía una hija hermosísima llamada Samanta y que era mi ilusión. El Colorado me dijo no seas ingrato platícame de Magda y te doy clases gratis de matemáticas. Mi rostro era hermético no podía demostrarle que reía por dentro y me guardé todas las carcajadas en el alma tenía un dolor inexplicable de guardarme tanta risa y repentinamente me dio un ataque de hipo, estuve unos minutos con el sonido constante del hipo hasta que me calmé y llegamos a un acuerdo. Mi objetivo de estudiar matemáticas estaba a punto de ser una realidad.            


  


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