AJEDREZ
PRIMARIA J. NATIVIDAD TOLEDO.
“CUENTOS
DE AJEDREZ EN ESCUINAPA”
CUENTO
CORTO “LA SONRISA DE MARCELA”.
Autor: Fernando Emilio Saavedra Palma.
Para: Rosario Lam y Marcela.
Mi encantadora pelirroja compañera de vida, alguna
vez me platicó en nuestra casa en la Ciudad de México, de su escuela primaria,
la escuela
J. Natividad Toledo en Escuinapa Sinaloa México.
Al paso de once años de nuestras vidas, nunca
imaginé estar en esa primaria en donde ella estudió, y entró a primer año
condicionada porque tenía cinco años de edad, pero en fin, entró en el año de
1980 y concluyó toda su primaria como muchos escuinapenses. Vivimos en el 2019
y nuestra familia es cien por ciento ajedrecista, somos instructores; mi
maravillosa pelirroja y nuestra pequeña Regina “Pestañas ajedrecísticas”. Mis
dos damas y yo, trabajamos fuertemente el ajedrez en Escuinapa desde hace tres
años, siempre con el apoyo de los papás de nuestros alumnos, debido al
resultado que les hemos dado por el cuidado de cada uno de ellos.
Llegamos a la primaria J. Natividad Toledo y
propusimos el ajedrez en dirección,
teniendo la aceptación para trabajar todos los lunes por la tarde, empezamos con un grupo pequeño difundiendo el
juego milenario.
En Escuinapa nos hemos encontrado con padres de
familia que apoyan totalmente a sus hijos y como el ajedrez no es común, no
entienden del juego, pero los llevan a su clase. Cuando van descubriendo que
sus hijos empiezan a concentrarse mejor en todas sus actividades y pueden
empezar a estar frente a un tablero jugando una partida completa con reloj o
sin él, pero bien concentrados y jugando, se sorprenden. Esa gran herramienta
que el juego enseña a los niños divirtiéndose, es una forma de ayudar a los
pequeños que practican el juego y cada día que lo hacen van aumentando el nivel
de concentración. ¿Para qué sirve? Los niños amplían la concentración en lo que
hacen, les favorece para mejorar las lecturas escolares, también para realizar
la letra lo mejor posible al escribir, debido que tienen mayor tolerancia y no
se desesperan porque la concentración creció en ellos sin darse cuenta.
En fin, esto se practica actualmente en muchas
escuelas del planeta por las tantas bondades que tiene el ajedrez como ciencia,
deporte y cultura, siendo una herramienta para la educación en general.
“Un niño ajedrecista tiene mayor probabilidad de
sacar mejores calificaciones en todas sus materia escolares”.
AJEDREZ EL JUEGO MILENARIO
CUENTO CORTO “LA
SONRISA DE MARCELA”
Había una vez, una mamá muy trabajadora, Rosario quien se
subía a la moto y recorría toda “La Perla Camaronera”, ella, estaba muy
interesada en la educación de su hija Marcela. Un día madre e hija, siempre
compañeras recorriendo juntas de la mano las calles del poblado, se
sorprendieron con un letrero que estaba pegado en la escuela, y decía: “Clases
de Ajedrez, aprende divirtiéndote”. No esperaron un segundo más y se dirigieron
con el imán de la inteligencia, a ver de qué se trataba. Descubrieron el
encantador taller de ajedrez, un paraíso para entrenar la inteligencia.
Marcela aprendió rápido a colocar las piezas, ya que es muy
inquieta e inteligente, no le paraba la boquita al hablar. Pasaba de un tema a
otro con mucha facilidad y era normal discutir con algún compañerito. Siempre
Marcela era “muy Marcela”, cada sábado era sorprendente verla con tanta energía.
Poco a poco Regina y Marcela se hicieron amigas; Regina le leía cuentos en la
biblioteca, después de haber jugado una o dos partidas de ajedrez. Más adelante
Marcela empezó a recorrer jugando el tablero gigante con todas las actividades
que la tenían en constante movimiento sudando y disfrutando el juego. Pero
Marcela, siempre que terminaba cualquier actividad tenía el ceño fruncido como
si algo le preocupara, incluso cuando invitaba a su querido primo Aarón
Enrique, era lo mismo, discutía con él o con quien se le pusiera enfrente.
Marcela es una niña de carácter y el ajedrez poco a poco le fue desarrollando
la concentración hasta que ella empezó a leerle cuentos a Regina en la
biblioteca.
Un día, bajó el Peón
del paraíso ajedrecístico y le preguntó a Marcela ¿Por qué estas tan seria y
con esa mirada? Ojalá pudieras mirarme
con lo dulce de tu mirada, como cuando
te comes tus Chetos enchilosos, aparte eres una niña muy inteligente.
-Marcela dijo: “así
soy” bla bla bla bla… (El Peón la escuchó un buen rato).
-Entonces el Peón contestó: Oye Marcelita ¿No te gustaría sonreír más?
Marcela no dijo nada y
seguía hablando de otras cosas.
Entonces el valiente Peón se dispuso a hablar sin rodeos, le
dijo:
-“Marcela te voy a pedir un favor, cada vez que me veas
regálame una sonrisa.”
El Peón hizo su labor con la niña inteligente y cada que la
veía le decía: “Marce, Marce” y ella volteaba y sonreía. Así pasó el tiempo sin tiempo con la sonrisa
de Marcela.
Marcela era increíble, reía y reía, y luego volvía a sonreír,
llegó el punto en que todos reían con Marcela y se creó un escándalo de risas y
sonrisas.
Hoy el ajedrez de Escuinapa, México, América, y el mundo cuenta
con la sonrisa de Marcela.
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