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jueves, 1 de octubre de 2020

AJEDREZ MARIO JAIME ALARID. Autor: Fernando Emilio Saavedra Palma. Para: Mario Jaime Alarid “IN MEMORIAM”.

      ILUSTRACIÓN POR: Fernando Emilio Saavedra Palma. 

AJEDREZ MARIO JAIME ALARID.

Autor: Fernando Emilio Saavedra Palma.

Para: Mario Jaime Alarid “IN MEMORIAM”.


El chapulín Jaime González fue entrenador en el Colegio Militar en el área del baloncesto; él y el ingeniero Mario Jaime Alarid se conocieron y ambos compartían el gusto por este deporte. El chapulín jugaba con nosotros baloncesto en el parque de las arboledas en la Colonia del Valle con la comunidad que habitábamos las canchas por  los años 80´s y hasta principios de los 90´s jugaban: Esquivel, Federico, Luí, Armando, Pedro, Guillermo y Pancho vite, el negro 1, el negro 2, la Cotorra, el Kalimán, Homero, Héctor Torres, Horacio y varias generaciones más nuevas que llegaron después, las mujeres,  y entre ellas mi comadre Pily.

En el parque de las arboledas el ajedrez era selectivo y yo pertenecía a ese club tan íntimo llamado “La Cabaña”.

El ingeniero Mario Jaime Alarid y yo tuvimos trato en diferentes lugares, diferentes torneos, de hecho el entrenó y organizó torneos en el Colegio Militar, jugó en el club “Mercenarios”, jugué con él en la cafetería de la librería Gandhi. Se molestaba con el mismo por perder en los blitz por tiempo, y esto fue motivo de jugar partidas clásicas amistosas de café sin tiempo,  conmigo se sentía más a gusto jugando esta modalidad. En la FENAMAC (Federación Nacional Mexicana de Ajedrez, A.C.), nos tocó vernos en la oficina  del maestro Hermes Maya, saludar a Jorge Vega Fernández actual presidente  de la Confederación de Ajedrez para América y José Martínez (Pepe),  árbitro Internacional, ahí conocieron mi poemario de “Combinaciones” o “La micro-agenda del ajedrecista”. Recuerdo el libro “Ajedrez para todos” elaborado por los hermanos Rodolfo y Mario Jaime Alarid editado por Chess Editores y prologado por el presidente de esos años Hermes Maya. Le agradecí su obsequio. Tuve mucho éxito con la edición de la Micro-agenda del Ajedrecista 1998, el dueño de la librería Gandhi Mauricio Achar me compró  ejemplares para dos de sus sucursales, la noticia corrió como pólvora entre los ajedrecistas que hasta me compró el maestro Jimenitos ayudante del MN Alfonso Ferriz Carrasquedo.

Me platicó el maestro Mario que fue a pedir trabajo al Instituto Latino de México y habló con mi amigo el Ingeniero Pascual Lammoglia para dar clases de matemáticas, no se quedó en la escuela y le comenté que ya llevaba  años trabajando el ajedrez en esa institución. Me invitó a dar una charla con sus alumnos y a dar algunas clases en el Colegio Dos Naciones Unidas en Patricio Sanz en la Colonia del Valle. Varias veces tomamos café muy cerca del parque de Tlacoquemecatl charlando simplemente con el tema de ajedrez.

Lo invité a una entrevista del juego milenario con mi amigo el poeta y escritor Juan Cervera Sanchís, por aquellos años las entrevistas eran publicadas en la agencia de noticias Notimex.

Entre tantas pláticas que se desecharon y se quedaron en el baúl del recuerdo, concluimos que la mejor idea era impulsar a las mujeres mexicanas para que jueguen más ajedrez y así lo difundan con sus familias.

Hoy le escribo estas líneas y le hago una ilustración-caricatura con el único afán de rendirle un pequeño homenaje a este gran difusor del ajedrez, que en paz descanse.

 

TE RECUERDO INOLVIDABLE MARIO

Autor: Fernando Emilio Saavedra Palma.


Jugar ajedrez bien es tener bastante conocimiento

la concentración se desarrolla en el juego milenario

disfrutar de los trebejos es un mundo adrenalínico

difundir el juego entre los niños es algo dinámico

 

Ahí vivió Mario Jaime Alarid un instructor inquieto

con su ser competitivo enseñando a cada alumno

nunca dejó de difundir el maravilloso juego

siempre buscó el camino lento pero indicado

 

Organizándo con demasiado cuidado y bien disciplinado

cada paso dado era perfectamente detallado y planeado

al igual que buscaba la variante correcta en el tablero

Mario Jaime estaba seguro que el ajedrez era educativo

 

Un día me dijo: ¡Hey Emilio!

llegará mi jubilación y deseo enseñar siempre el juego

ambos sabíamos que aún de viejos podríamos enseñarlo

el tiempo voló todo cambió y yo sigo trabajando

 

Te recuerdo inolvidable Mario. 

 




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