ILUSTRACIÓN POR: Fernando Emilio Saavedra Palma.
AJEDREZ MARIO JAIME ALARID.
Autor: Fernando Emilio Saavedra Palma.
Para: Mario Jaime Alarid “IN MEMORIAM”.
El chapulín Jaime González fue entrenador
en el Colegio Militar en el área del baloncesto; él y el ingeniero Mario Jaime
Alarid se conocieron y ambos compartían el gusto por este deporte. El chapulín
jugaba con nosotros baloncesto en el parque de las arboledas en la Colonia del
Valle con la comunidad que habitábamos las canchas por los años 80´s y hasta principios de los 90´s
jugaban: Esquivel, Federico, Luí, Armando, Pedro, Guillermo y Pancho vite, el
negro 1, el negro 2, la Cotorra, el Kalimán, Homero, Héctor Torres, Horacio y
varias generaciones más nuevas que llegaron después, las mujeres, y entre ellas mi comadre Pily.
En el parque de las arboledas el
ajedrez era selectivo y yo pertenecía a ese club tan íntimo llamado “La
Cabaña”.
El ingeniero Mario Jaime Alarid y
yo tuvimos trato en diferentes lugares, diferentes torneos, de hecho el entrenó
y organizó torneos en el Colegio Militar, jugó en el club “Mercenarios”, jugué
con él en la cafetería de la librería Gandhi. Se molestaba con el mismo por
perder en los blitz por tiempo, y esto fue motivo de jugar partidas clásicas
amistosas de café sin tiempo, conmigo se
sentía más a gusto jugando esta modalidad. En la FENAMAC (Federación Nacional
Mexicana de Ajedrez, A.C.), nos tocó vernos en la oficina del maestro Hermes Maya, saludar a Jorge Vega
Fernández actual presidente de la
Confederación de Ajedrez para América y José Martínez (Pepe), árbitro Internacional, ahí conocieron mi
poemario de “Combinaciones” o “La micro-agenda del ajedrecista”. Recuerdo el
libro “Ajedrez para todos” elaborado por los hermanos Rodolfo y Mario Jaime
Alarid editado por Chess Editores y prologado por el presidente de esos años
Hermes Maya. Le agradecí su obsequio. Tuve mucho éxito con la edición de la Micro-agenda
del Ajedrecista 1998, el dueño de la librería Gandhi Mauricio Achar me compró ejemplares para dos de sus sucursales, la
noticia corrió como pólvora entre los ajedrecistas que hasta me compró el
maestro Jimenitos ayudante del MN Alfonso Ferriz Carrasquedo.
Me platicó el maestro Mario que
fue a pedir trabajo al Instituto Latino de México y habló con mi amigo el
Ingeniero Pascual Lammoglia para dar clases de matemáticas, no se quedó en la
escuela y le comenté que ya llevaba años
trabajando el ajedrez en esa institución. Me invitó a dar una charla con sus
alumnos y a dar algunas clases en el Colegio Dos Naciones Unidas en Patricio Sanz
en la Colonia del Valle. Varias veces tomamos café muy cerca del parque de
Tlacoquemecatl charlando simplemente con el tema de ajedrez.
Lo invité a una entrevista del
juego milenario con mi amigo el poeta y escritor Juan Cervera Sanchís, por
aquellos años las entrevistas eran publicadas en la agencia de noticias
Notimex.
Entre tantas pláticas que se
desecharon y se quedaron en el baúl del recuerdo, concluimos que la mejor idea
era impulsar a las mujeres mexicanas para que jueguen más ajedrez y así lo difundan
con sus familias.
Hoy le escribo estas líneas y le
hago una ilustración-caricatura con el único afán de rendirle un pequeño
homenaje a este gran difusor del ajedrez, que en paz descanse.
TE RECUERDO INOLVIDABLE MARIO
Autor: Fernando Emilio Saavedra Palma.
Jugar ajedrez bien es tener
bastante conocimiento
la concentración se desarrolla en
el juego milenario
disfrutar de los trebejos es un
mundo adrenalínico
difundir el juego entre los niños
es algo dinámico
Ahí vivió Mario Jaime Alarid un
instructor inquieto
con su ser competitivo enseñando a
cada alumno
nunca dejó de difundir el
maravilloso juego
siempre buscó el camino lento pero indicado
Organizándo con demasiado cuidado
y bien disciplinado
cada paso dado era perfectamente
detallado y planeado
al igual que buscaba la variante
correcta en el tablero
Mario Jaime estaba seguro que el
ajedrez era educativo
Un día me dijo: ¡Hey Emilio!
llegará mi jubilación y deseo
enseñar siempre el juego
ambos sabíamos que aún de viejos
podríamos enseñarlo
el tiempo voló todo cambió y yo
sigo trabajando
Te recuerdo inolvidable
Mario.
No hay comentarios:
Publicar un comentario