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lunes, 11 de febrero de 2013

Ilustración por: Fernando Emilio Saavedra Palma, del libro inédito Ajedrez Urbano 100% Mexicano. ENRIQUE ORTEGA LÓPEZ. Autor: Juan Cervera Sanchís.


ILUSTRACION ELABORADA POR: Fernando Emilio Saavedra Palma.
Ilustración por: Fernando Emilio Saavedra Palma, del libro inédito Ajedrez Urbano 100% Mexicano.
ENRIQUE ORTEGA LÓPEZ.
Autor: Juan Cervera Sanchís.
 
PROPUESTA EDITORIAL PARA EL GOBIERNO DEL DISTRITO FEDERAL EN LA JEFATURA DE MIGUEL ANGEL MANCERA.

5.- ENRIQUE ORTEGA LÓPEZ
 
-Mi padre, nos dice Enrique Ortega López, era un buen ajedrecista. ÉL desde niño despertó en mí la pasión por el ajedrez y por los idiomas, así como por la enseñanza y el amor por el Centro Histórico de México, donde nací el 9 de julio de 1963. ÉL murió muy joven.
 
-¿Es cierto que los ajedrecistas tienen un ego muy desarrollado?
-Sí, pero es un ego falso. La verdad es que todos los egos son falsos y negativos, pues proceden de una raíz perversa.
-¿A qué cree usted que se deba el que las mujeres, por lo común, no jueguen ajedrez, siendo como son tan inteligentes o más que los hombres?
-Porque su ego es más refinado. El ajedrez es una lucha cavernícola como lo son todos los deportes.
-¿Cuál ha sido su peor experiencia como ajedrecista derrotado?
-Debo decirle que en el ajedrez, a mí en lo particular, no me interesa ni la derrota ni la victoria.
-¿Qué entonces es lo que a usted le interesa del ajedrez?
-El aspecto estético, creativo, intelectual y recreativo.
-Hay quienes piensan que en general los ajedrecistas son enfermos mentales que toman el ajedrez como si éste fuese una medicina, ¿qué opina usted sobre esto?
-Sí, así es, y lo toman más bien como un remedio o paliativo.
-¿Es el ajedrez una especie de supermariguana?
-Se asemeja a las drogas, pero no es mejor ni peor. Es distinto, porque no causa daño físico.
-Háblenos usted de su labor como promotor de ajedrez.
-Desde muy joven empecé jugando muy bien, pero en México no se puede vivir de ser jugador profesional. Tuve que resignarme a desempeñar una actividad secundaria en mi interés, como es la de dar clases y organizar torneos. Soy un promotor del ajedrez.
-¿Dónde da usted clases?
-Regularmente doy clases en “Mente Abierta”, tienda de ajedrez que se encuentra en el Centro Histórico.
-Hay quienes dicen que el ajedrez es el único juego que juega Dios, ¡usted qué dice a esto?
-Yo digo que el ajedrez podría ser tomado como juego estratégico y combinatorio. El Universo es así: táctica, estrategia, lucha de sistemas, estrellas y galaxias. Podría ser el juego preferido de Dios ¡por qué no!
-¿Qué nos dice usted de su experiencia como maestro de ajedrez en los reclusorios? ¿Qué aprendió de los reclusos?
-Los reclusos en su mayoría son personas desequilibradas, por lo tanto, una actividad violenta controlada como el ajedrez, les encanta. Aunque no todos podrían jugar.
-¿Quiénes resultaron, en su experiencia, los más dotados para el ajedrez de cuantos conoció en su actividad de maestro en las cárceles?
-Durante esa etapa de mi vida descubrí que lo homicidas no podían jugar, pues son demasiado violentos y estúpidos. Les llamaba la atención pero eran incapaces de jugar bien.
-¿Qué tal resultaron como jugadores los ladrones?
-Ellos juegan bastante mejor. Los verdaderos dotados para el juego del ajedrez, según descubrí, son los narcotraficantes, personas violentas, muy duras, pero la mayoría de ellas poseen un alto sentido del autocontrol, y hasta de buen humor. Son inteligentes y agresivos. Me refiero a los que están ahí no por “mulitas”, sino a los administrativos y jefes del narco. A ellos les fascina ejercer el poder sobre los otros. Digamos que proyectan eso en el tablero.
-¿A qué cree usted que obedezca el que los homicidas estén negados para el ajedrez?
-Son muy bestias. Todo lo contrario de los ladrones que son tácticamente muy hábiles y pueden ver la oportunidad de un doblete o un robo ocasional. Volviendo a la gente del narco le confieso que me sorprendieron por su capacidad y habilidad estratégica y su pasión por el poder, es decir, ganar, dar jaque mate al rival sin perderse en mediaciones.
-¿Cree usted que el ajedrez sea una visión ciento por ciento masculina del mundo?
-Sí, totalmente. Es una visión masculina, misógina, pues a la mayoría de las mujeres les da lo mismo ganar que perder un juego, ya que ellas son mucho más espirituales y están por encima de las batallas tribales.
-¿Cree usted que el ajedrez, aunque es un juego inteligente, es al mismo tiempo un juego extremadamente brutal y devastador?
-En sus raíces psicológicas es un juego brutal, sádico y violento aunque está sublimado por la lógica, la estética y la estrategia, pero lo cierto es que el gran atractivo del ajedrez radica en su aspecto de lucha por el poder y acabar asesinando al otro. Tras el jaque mate la carcajada del troglodita lo dice todo.
-¿Por qué promueve usted el ajedrez? ¿Por qué juega?
 
-Porque esa visión de lucha del ajedrez no es la única. Existe la visión oriental del Tao, donde el otro es uno mismo, aunque no hay otro ni uno. La lucha se convierte en un diálogo, en una danza con el otro que es uno mismo. Juego al ajedrez porque no tiene que ser un juego en que uno gana y el otro pierde, porque los dos pueden ganar. El que es derrotado también gana, porque ha contribuido a una bella partida. El ajedrez está muy lejos de ser un juego convencional. Lo veo así. El otro como el coautor de la obra, de la bella partida, está presente. Reconozco que esta visión es muy poco aceptada en el medio ajedrecístico y en el mundo en general, ya que el que gana es el héroe y el que pierde es el malo, el humillado, el que no merece más que la derrota. Yo no creo en el derrotado, sino en el coautor, visión que en toda mi vida de jugador sólo una vez he visto comprendida. Fue en un campeonato nacional en que le gané a un jugador de Yucatán. Al término de la partida me dijo: “Valió la pena el viaje desde mi tierra hasta aquí para jugar esta bella partida. Lo felicito” y me felicito de todo corazón.
 
-Sublime. Al igual que aquel yucateco pienso que valió la pena habernos encontrado para hablar de ajedrez. Ojalá piensen lo mismo nuestros lectores.
apolorama.com
The Palacio de Bellas Artes
(Palace of Fine Arts) is the most important cultural center in Mexico City as well as the rest of the country of Mexico.[1] It is located on the west side of the historic center of Mexico City next to the Alameda Central park.
The first National Theater of Mexico was built in the late 19th century, but it was soon decided to tear this down in favor of a more opulent building in time for Centennial of the Mexican War of Independence in 1910. The initial design and construction was undertaken by Italian architect Adamo Boari in 1904, but complications arising from the soft subsoil and the political problem both before and during the Mexican Revolution, hindered then stopped construction completely by 1913. Construction began again in 1932 under Mexican architect Federico Mariscal and was completed in 1934. The exterior of the building is primarily Neoclassical and Art Nouveau and the interior is primarily Art Deco. The building is best known for its murals by Diego Rivera, Siqueiros and others, as well as the many exhibitions and theatrical performances its hosts, including the Ballet Folklorico de Mexico.[2]
 
 
 
 
 
 

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