FERNANDO EMILIO SAAVEDRA PALMA ENCUENTRO CON
ESCRITORES XXXIV.
GUTIERRE TIBÓN In Memoriam.
Autor: Fernando
Emilio Saavedra Palma.
Para: Gutierre Tibón.
Mi
padre Don Fernando fue y sigue siendo único en nuestro vivir, nos enseñó a
trabajar. Fue un enorme empresario en su tiempo y todos sus hijos varones
aprendimos de su mano, guía dura y blanda cuando era necesario. Nos enseñó a
trabajar en el mundo de la empresa, el ramo: la construcción.
Mi
hermano mayor el Willy es quien más logró este objetivo por su desarrollo en la
constructora, fue admirable porque sus dos hijos varones Willy II y Cristo siguen el camino, luego
Emilio (como él me decía), mejor conocido en la familia como el Prieto, el Poeta.
Después los hermanos menores La y Temo
que por supuesto aprendieron de Don Fernando, todos estudiamos ingeniería.
Mi
caso con él fue en gran medida acercamiento, en esa etapa de nuestra vida siempre
que estábamos juntos yo le manejaba; en la ciudad o en carretera, solos siempre
trabajando. Aprendí de él a leer los periódicos,
revistas, libros y lo más importante comentar los artículos periodísticos donde conocí a muchos articulistas. De cajón teníamos
siempre el periódico Excélsior o el
Universal mismos que yo le solía comprar; nunca faltaron ya que diariamente se
compraban y estaban a la mano en la oficina, esto ocurrió por los años de 1973
a 1983, en ese lapso Don Fernando tuvo cinco choferes los cuales siempre le tenían
sus periódicos listos para ser leídos por su mente ingenieril e inquisidora en
la noticia. Ahí conocí a muchos personajes y descubrí entre ellos a Gutierre
Tibón como articulista, luego lo escuché en la radio, lo vi en la televisión y siempre sentí gran
respeto por Gutierre Tibón debido a su trabajo viajando por el México de campo,
el país de la naturaleza a su paso, lo mismo con huaraches que con zapatos, nunca
lo traté personalmente pero los escritores tienen el don de comunicarse con
cualquier persona que los sienta a la distancia.
Mis
primeras lecturas de Gutierre Tibón fueron por los años setentas.
Pasaron
muchos años y a finales de los ochenta hice un viaje a Veracruz a un pueblito
encantador llamado Espinal. Me fui con mi amigo, ex-socio y hermano el
Ingeniero Oscar Pascual Lammoglia Lemini. Ahí vivían sus padres a quienes tuve
el gusto de conocer y disfrutar pasando unos días muy agradables. Dos semanas conviví
con su papá Don Pascual Lammoglia Miseferi (q.e.p.d.), quien tenía una tienda donde se podía comprar desde un simple clavo
hasta una silla de montar para caballo fino. Era impresionante ver que tenía
setenta compadres de la región. “Don Pascua” como le decían me platicó la siguiente anécdota:
-Negrito
(apodo con el que me conocen en esa familia), fíjate que un día me encontraba trabajando
como siempre y llegó un paisano aquí conmigo, todo mal vestido, bajado de la
sierra, polveado lleno de tierra, con huaraches maltratados de duras jornadas
por varios días de trabajos en el campo, sin bañarse y sin rasurar y no me agradó
que un paisano anduviera así.
Inmediatamente
le llamé y le dije: ¿Oye paisano como es que andas así?
Hombre
mira yo te doy todo para un cambio de ropa y puse manos a la obra cambiándolo
totalmente. -Por el dinero no te preocupes aquí tienes lo necesario. Así pasó unos días con nosotros con casa,
vestido y sustento.
Nos
despedimos fraternalmente quedando de corresponderme en su momento.
Realmente
me olvidé del asunto. Un día me llegó el
correo con un paquete, lo abrí y era ese paisano mío, era una carta escrita con
un lenguaje demasiado refinado y con muchos reconocimientos de diferentes
partes del mundo, a la firma decía, paisano gracias por todo Gutierre Tibón.
EL OMBLIGO COMO CENTRO ERÓTICO GUTIERRE TIBÓN
Autor: Fernando Emilio Saavedra Palma.
Para: Gutierre Tibón in memoriam.
Hombres
estudiosos y escritores como:
Cristóbal
Colón
Gutierre
Tibón
Hernán
Cortes
Bernal
Díaz del Castillo
o
Miguel de Cervantes Saavedra el Manco de Lepanto.
Son
escritores que ya no existen en el planeta con ese método
sembrar
labrar cosechar para escribir sobre lo que se vive en el mundo
Gutierre
Tibón escribe sobre “El Ombligo como Centro Erótico”
y
nos deja un sello con su inquietante cerebro.
“La
Hermes Baby” máquina de escribir portátil la diseñó y patentó
el
modelo le deja regalías por siempre para vivir con cierto desahogo
su
mente de investigación renacentista lo hace un hombre único en México
caminando
el país con otros ojos iluminándolo todo con otros ojos en su ojo.
Un
escritor propone y propone en el ojo humano
lo
cuida o lo descompone para el interés divino
su
talento lo muestra con aroma fino finísimo
derramando
un vino celular del intelecto.
Gutierre
Tibón nacido en Milán o Lombardía es figura sin tiempo
por
el camino andado a paso cotidiano el es un gran italiano
que
decidió vivir y terminar como italo-mexicano siempre investigando
lo
que escribió está a la vista de todos en un elegante camino de lo vivido.
Gutierre
Tibón es mágico
es
Europa América aventuras en México
hombre
de ciudad o campo
escritor
de ritos mágicos es y fue un Diccionario.
Información de wikipedia
Gutierre Tibón
(Milán, Italia, 16 de julio de 1905 - Cuernavaca, Morelos, 15 de mayo de 1999) fue un escritoritalomexicano. Escribió extensamente sobre temas de identidad cultural, mezclando las ideas de la antropología, la lingüística, la psicología, la filosofía, la etnología, la sociología y la ciencia política.
Qué bueno que existen los sabios no académicos como Gutierre Tibón, Ernesto de la Peña, Arrigo Coen Anitúa y José E. Iturriaga, entre otros, que pueden o no dar clases, diplomados, conferencias o dedicarse libre y tranquilamente a investigar sin rendir informes a las autoridades [...], que les tienen sin cuidado el Sistema Nacional de Investigadores y el informe de fin de año. Su sabiduría está en sus libros, en sus comunicaciones verbales o escritas y sus lectores y escuchas así lo reconocen y premian. [...] Feliz Gutierre Tibón que podía escribir tranquilamente sobre el ombligo y decir cosas interesantísimas sobre los significados atribuidos al considerado centro corporal. Sólo un gran erudito con mente libre podía hacerlo y debemos agradecérselo.
Álvaro Matute
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