RELATOS EN LA COLONIA DEL VALLE (7) MÉXICO, D.F.
TAEKWONDO ESCUELA QUE LOGRÓ EL RESPETADO DAI WON MOON
Y ALGUNAS CALLES DEL RECUERDO EN LA CIUDAD DE MÉXICO.
Autor: Fernando
Emilio Saavedra Palma.
Para: El
maestro Dai Won Moon.
La
Colonia del Valle es un enjambre de crecimiento; de 1960 al 2013 me tocó conocer
muchas historias que permanecen en la memoria de algunos vecinos y, el tiempo
en su marcha, va olvidándolo todo. Sin embargo estos recuerdos quedan, también
en estos relatos con diferentes tiempos en el tiempo y hoy en el tiempo de tu
lectura.
En
ese tramo que forman la avenida Coyoacán, División del Norte, Luz Saviñón, Mier
y Pesado, ahí las calles confluyen a la realidad y a mis recuerdos. La cantina “La
Curva” donde atendía “Fidel” aquel a quien Alex Lora le hizo su canción
dejándolo en el repertorio musical del TRI de México. En contra esquina de la Curva, a unos pasos
Dai Won Moon puso una de sus primeras escuelas de Taekwondo en el país, la
conocí por un amigo de la infancia; hoy maestro Francisco Rodríguez Garza,
hermano de Álvaro, Laura, Marco Antonio, Gustavo, Claudia, y Benito, ahora
todos ellos con diferentes profesiones vivían en Ángel Urraza, entre Aniceto
Ortega y Gabriel Mancera. Éramos amigos de la infancia, de jugar futbol soccer en la cerrada o el juego
de temporada “tochito”, base bol, canicas, carreterita, tamaladas, el burro dieciséis y demás juegos que se jugaban por esos años. Pancho
o Pancholín, como le decíamos me hablaba del Taekwondo: “Emilio o mi Prieto es
una técnica donde se usan mucho las piernas para el combate, es maravilloso”,
yo aún niño jamás olvidé el nombre del maestro coreano “Dai Won Moon”, verlo una sola vez me dejó un buen recuerdo,
apreciación qué con los años me hizo respetarlo aún más por todos los logros
que hizo con su enseñanza en toda la República Mexicana; tantas escuelas que
formó, al igual que a varios mexicanos como campeones del mundo o por lo menos
estar en los primeros lugares. Nunca me inscribí al Taekwondo, pero recuerdo
que a media cuadra me atravesaba a comprar pollos rostizados o me dirigía al
mercado a comer tacos de carnitas, o a los “Mariscos del Paisa” un viejito que
con los años desapareció y que después extrañamos mucho Rubén Casillas Arvizú
(compañero del Centro Unión), y yo porque disfrutábamos los mariscos
(cualquiera de los dos los invitaba), y la compañía de ese señor. También
recuerdo la fondita “Chelo” donde se comían tacos dorados de carne, pollo, papa, queso o frijol bañados
con crema, salsa roja o verde picosa con cebolla en cuadritos y acompañados de
un buen refresco o una cerveza. Después de muchos años se colocaron en esa
misma esquina la venta de quesadillas, pozole, y Chocolate con churros. Muy
temprano las famosas tortas de tamal con atole, todos esos personajes del arte
culinario del maíz y del trigo madrugan a trabajar, a vender y a las diez de la
mañana desparecen de la ciudad hasta el siguiente día. En ese tiempo la escuela de Taekwondo era conocida
como “Moo Duk Kwan” y empiezan a viajar
por toda la capital y el interior de la república logrando después fama. Hoy
sobre la misma Avenida Coyoacán colocaron un Gimnasio de pesas, aeróbics con
servicio de jugos, comida dietética y otra cultura específica del deporte. La
colonia ha evolucionado adaptándose a una gran cantidad de deportes matutinos, vespertinos
y nocturnos con servicio a todo público. Tengo entendido que actualmente
existen 350 escuelas de Taekwondo en todo el país, logrando 130 campeones
mundiales en esta disciplina para México.
Cuando tenía 22 años y entré a la UNAM (Universidad Nacional Autónoma de
México), a la Facultad de Ingeniería
presentando rigurosamente el examen de admisión en el Estadio Azteca, acompañé
a mi primo Juan Arturo Saavedra (también estudiaba en la UNAM la carrea de
abogado), a entrenar porque él iba a competir
en un campeonato de Taekwondo de pesos pesados en la Alberca Olímpica de división
del Norte y Rio Churubusco, yo simplemente por el hecho de ejercitarme y unirme
al entrenamiento aeróbico en el fabuloso Desierto de los Leones, fue algo
inolvidable, los dos siempre nos dimos tiempo para hacer ejercicio en
diferentes lugares y también era agradable verlo entrenar en el gimnasio de su
casa, ver esas increíbles y famosas patadas de giros acrobáticos, era todo un
aprendizaje y gusto verlo. Juan Arturo se esforzó y logró un segundo lugar en
pesos pesados, ver a esos monstruos de más de 85 kilos tirar patadas,
levantando las piernas como sin nada, ¡es todo un espectáculo! Recordaba la
imagen del maestro Dai Won Moon y sentía más respeto por él. Con los años he
viajado por toda la República Mexicana y me he encontrado con niños practicando
el Taekwondo, aún en mis clases de ajedrez muchos de ellos me dicen: “maestro
también practico el Taekwondo”, les sonrió y les pido que me muestren sus
patadas de giros y lo hacen… callado en silencio me acuerdo de ese coreano que
tanto ha hecho por este deporte hoy mundial, que actualmente está tomado en
cuenta por las olimpiadas. Abro un periódico, escucho un programa de radio o
veo un canal de televisión y mi memoria me recuerda a diferentes grandes
competidores del Taekwondo como a Oscar Mendiola Cruz, Edna Díaz, Víctor
Estrada, María del Rosario Espinoza y tantos más que es un gran triunfo. Ahí en
mi recuerdo está discreto y en silencio el disciplinado maestro “Dai Won Moon”
tradición histórica del arte coreano del Taekwondo, aquel personaje que conocí
en escasos minutos en una de sus primeras escuelas en la Colonia del Valle.
La
Colonia del Valle es un manjar de gastronomía, de mundos deportivos y relatos,
recuerdo en los años que la habité, sus calles son laberintos que hay que recorrer
y disfrutar a cada paso. Poco a poco iré publicando mucho de ese mundo que me
tocó vivir de 1960 al 2013.
lahistoriadeltaekwondo.blogspot.com
DAI WON MOON
Un amigo suyo le inició en la práctica del Tang Soo Do en la escuela del Sabomnim Chun Yong Ha. A los 16 años obtuvo la cinta negra. En 1962, viajó a los Estados Unidos para estudiar la carrera de arquitectura.
A la edad de 20 años comenzó a dictar clases de Taekwondo a sus compañeros de la Universidad. Al poco tiempo, participó con sus alumnos avanzados en los torneos más importantes de artes marciales en los Estados Unidos con un enorme éxito; durante tres años consecutivos fue campeón nacional, logro que hasta la fecha no ha sido superado.
En 1969, fue invitado a México, país donde inició la escuela de Tae Kwon Do: Moo Duk Kwan con el objetivo de "Hacer del taekwondo mexicano uno de los más poderosos del mundo", disciplina no explorada en ese país hasta entonces. En 1975 se naturalizó mexicano y tiene 4 hijos nacidos en México.
No hay comentarios:
Publicar un comentario