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martes, 25 de marzo de 2014

INSTITUTO CENTRO UNIÓN GUIÓN CINEMATOGRÁFICO DE 1973 A 1979. TEXTO elaborado para el cine mexicano. Autor: Fernando Emilio Saavedra Palma. Para: Nuestro gran maestro Luis Guillermo Topete Altamirano

ILUSTRACION ELABORADA POR: Fernando Emilio Saavedra Palma.
INSTITUTO CENTRO UNIÓN



“EL I.C.U.”
1973-1979.

 GUIÓN CINEMATOGRÁFICO
Por
Fernando Emilio Saavedra Palma.

C  I  N  E
Basado en la vida real.




No es un guión, son imágenes del guión
Preparando (diciembre del 2013),  el guión cinematográfico y dejando a  la vista  algunas imágenes del Instituto Centro Unión, testimonio de la juventud de esos años mi generación.
En su momento prepararé el guión técnico y definitivo para la realización de una película que nos marca con toda una generación del cambio en silencio.
Fernando Emilio Saavedra Palma.


A Luis Guillermo Topete Altamirano; quien logró cultivar a tantas generaciones de alumnos del Instituto Centro Unión  “gracias”.

A mis compañeros “el Vivís” y “el Tony” los cuales tuvieron una vida muy corta. Sin embargo tuvimos la oportunidad de vivir muy rápido los momentos de la adolescencia que marcan la vida definitiva del hombre que soy yo (el negro), que aspiro hoy como artista de la palabra en plasmar lo más fiel posible esos momentos del pasado, hoy presente cinematográfico.

Por supuesto nuevamente a mi perro Luis Jacobo.

Y a todos esos únicos profesores del I.C.U. que nos apoyaron por siempre en nuestro crecimiento con sus sabios consejos.



INTRODUCCIÓN


IMÁGENES DE GUIÓN
DEL INSTITUTO CENTRO UNIÓN.
Autor: Fernando Emilio Saavedra Palma.
Trabajo cinematográfico  de alto contenido juvenil.
Para: El Profesor Guillermo Topete Altamirano (q.e.p.d.)

El nivel educativo fue suficiente cuando estudié de 1973 a 1979,  fueron años increíbles y de mucha tradición en el Distrito Federal en la encantadora zona de Coyoacán barrio de intelectuales, políticos, deportistas, y artistas del cine.
En los años 60´s el maestro Luis Guillermo Topete Altamirano  o “papi Topete” como se le conocía en el Latino Mexicano que se encontraba en la calle de Nicolás San Juan frente al club Italiano, hoy (2013) está el colegio Suizo y la tienda de Soriana en eje 5 Eugenia en la colonia del valle.  El maestro Topete decide formar su propia escuela y crea el Instituto  Centro Unión. La institución recibía a muchos alumnos de  diferentes escuelas como el Centro Universitario México (CUM), Franco Español, Franco Ingles, Escuela Mexicana Americana, Instituto Canadiense de México y de varias escuelas más de  la zona sur de la ciudad de México.   Entre los alumnos me encontraba yo, en ese ambiente tan especial de la institución. Había maestros muy especializados en este sector de estudiantes difíciles, la mayoría de estos docentes son recordados por cada uno de nosotros como amigos que nos dieron mucha terapia con sus opiniones y hasta consejos para mejorar cotidianamente con nuestras actividades escolares y fuera de la escuela. La mayoría de los alumnos éramos problemáticos con alto nivel de hiperactividad y con tendencia al bullying.
En el famoso callejón del aguacate (dónde siempre había madriza segura), muchos personajes golpeadores del  ICU y de las escuelas aledañas nos reuníamos a la salida de la escuela para arreglar cuentas.
Las madrizas más espectaculares eran  las de los que no sabían pelear, porque tardaban bastante tiempo en tomar valor para tirar el primer golpe, pero se engallaban y todos los presentes nos encargábamos de sacarles el coraje. No así los madreadores efectivos con experiencia que de unos cuantos golpes terminaban el combate. 
La escuela estaba ubicada en Presidente Carranza # 164 en Coyoacán. Frente a ella una plaza perfecta con bancas a los cuatro costados; todas dentro de una pequeña jardinera en la cual todos los alumnos a la hora de salida esperábamos la llegada de los padres de los niños fresas, o llegaban los automóviles de los gandallas o fedayines de esos días que eran hijos de políticos,  niños millonarios o uno que otro colado de otros colegios que iba a ver el coloquio femenino del I.C.U.
La hermandad se daba en todos los niveles de secundaria y preparatoria. Y ya se calificaban los tipos de golpeadores: dicharacheros, mensos, dejados, maricones o de los que no se hablaba.

El aspecto psicológico por parte de los prefectos y toda la institución era determinante para tener contacto con el nivel escolar de los alumnos.  Las charlas con los padres de familia eran constantes, de esa manera los maestros tenían cierto control junto con los padres. (Todos grandes psicólogos con sentido común) 
En mi caso, como vivía con mis tres hermanos no tenía la supervisión por parte de un tutor con la seriedad adecuada para tener la dedicación a mi nivel académico. Mi nivel intelectual fue definitivo gracias a la lectura. Fui lector en consultorios médicos, con abogados, peluquerías, de librerías como el Sótano, Gandhi, la Casa del Libro, Ciudad Universitaria, afuera del metro Copilco, en el botadero de un coche viejo dónde hacía intercambio o le vendía libros al Sr. Montaño  y en Sanborns.
Sin darme cuenta me convertí en un lector voraz desde los 9 años y entre la gran cantidad de libros (de todo tipo), artículos, revistas, cuentos y todo lo que caía en mis manos, mi  lectura favorita era “la poesía”, que no había en mi escuela. Pero al escribirles y obsequiarles a mis compañeras y compañeros pequeños poemas de mi autoría, para luego engañarlos y decirles  que el texto era de Pablo Neruda,  de Jaime Sabines,  Antonio y Manuel Machado o Carlos Pellicer; mis compañeros me pedían constantemente  que les hiciera lectura de dichos poetas y yo en mis travesuras me reía a carcajadas abiertas de que me pidieran esos poemas que no eran de los poetas famosos, sino míos. Todos mis compañeros aprendieron el nombre de poetas verdaderos por esos años y evidentemente no el mío que desde entonces buscaba su camino.



MUJER

Hoy desperté pensando en ti
seguro mañana no me pasará
                                     lo mismo.

Pasarán los días y los años
y habrá un mañana, en el cual
despierte pensando en ti.


1974

Simplemente será
cuando menos lo esperé,
pero mí consiente
lo tiene presente.

La poesía entre la ignorancia de la juventud es un mar de diversión con mi grupo la triada. Ninguno leía, ni sentía ningún interés por las letras en ninguna manifestación, lo mismo es para ellos Machado que  Sabines. La poesía es un verdadero descubrimiento no tiene nombre hacia el futuro, hacia el universo, hacia los oídos de una mujer cuando es amada.
          
LOS FUTUROS TOREROS.

Voy a la escuela en el camión que se va por toda la avenida Coyoacán y pasa por los viveros. El sol aún no sale y muy pocos deportistas llegan al vergel de la ciudad. Cuando entre sombras miro al torero maestro semi-viejo que llega solo, muy solitario a su paso a entrenar a la juventud, escuela de la vida por el mundo. Bajo al camino lo saludo a señas de lejos y me le emparejo a su paso. Ambos nos vamos al ruedo imaginario de madrugada cuando el sol nos alcanza un día más en el entrenamiento. Llegan a su paso cada uno de ellos, todos los días asistían una gran cantidad de jóvenes, ex-toreros y futuros novilleros que dejan la sangre de la pasión en golpes de adrenalina con elegancia en cada paso al muletazo cotidiano. El arte del toro entre carretillas con pitones o sencillas carretillas con los brazos, las espadas, muletas, capotes, alforjas con sus desayunos o comidas sencillas y un alma gigantesca que peca con la existencia forma del vivir con los sueños del torero en llegar a tomar la alternativa y escuchar el aplauso mil veces en las plazas del planeta España, Portugal, Francia, Colombia, Venezuela otras más por el planeta y la nuestra “la México” Implorando en silencio, un silencio enorme, enorme a la emperatriz de América que se llegue al éxito o a la muerte.
Es la familia del torero vivo que se la juega por el universo adrenalinico que vive por la sangre de su cuerpo.  De todos ellos “NO” llegarán muchos pero queda una hermandad entre todos para toda la vida. Sucedía este evento de vida del torero por el año de 1974 y éramos tres estudiantes del ICU quienes practicábamos algunos días este arte nunca más olvidado.

Nuestra amistad también nos llevó a ser cuatro junto con el “Tore nariz de Corazón” quien le había regalado una fotografía toreando a nuestro prefecto Paco, toreando a una becerra en el cortijo en una hacienda ganadera.  
Al paso del tiempo un día caminando con mis  50 años, recorría la Colonia del Valle cuando apareció un chamaco pidiendo dinero para a completar para su traje de torero me enseñó su cartel ya impreso con su nombre. Lo miré fijamente a los ojos, hice unos movimientos de arte taurino, él me miro y continúo con los suyos, nos dimos un abrazo de hermandad y el siguió por su camino.    



ILUSTRACION ELABORADA POR: Fernando Emilio Saavedra Palma.
PLAZA UNIVERSIDAD

Era el espacio de preferencia para todas las escuelas aledañas al centro comercial. Donde todos los alumnos (hombres y mujeres), iban a tratarse y a conocerse para luego saber en dónde iba a ser la fiesta del fin de semana, y en este espacio se juntaban todos los intereses juveniles. Adolescentes en excelsos carros que llegaban con damas y se bajaban a tomar café o a pasear por la plaza. Se confrontaban los uniformes de las escuelas y las damitas se metían en los baños públicos para cambiarse y salir bien arregladas con sus bocas pintadas y muchas de ellas, las más atrevidas hasta fumaban. Todas ellas no importando del colegio que fueran se relacionaban ya sin uniformes y se podían ver en las fiestas a las que acometíamos los varones listos a seguir la farra. En cambio los hombres de las mismas escuelas usábamos el uniforme cómo estandarte, y por el motivo más simple ó  mínimo siempre llegábamos a los golpes. El I.C.U. era conocido por la variedad de varones que eran buenos peleadores y recordando les cuento:

“La triada” estaba compuesta por “el Vivís”: blanco, pelo ondulado, muy fornido, galán. “Tony”: apiñonado, pelo ondulado y galán, por último “el Negro”: pelo ondulado, moreno y bailador. Los tres excelentes con los puños, todos del Centro Unión, greñudos con los sweaters amarrados a la cintura, los libros en morrales, con pulseras y collares hipiosos.  Una mañana caminando la triada por los pasillos de Plaza Universidad nos topamos de frente con tres cadetes del H.C.M. perfectamente arreglados y con las normas de la honorable institución. Nos encontramos, nadie cedió el paso, nos miramos fijamente y nadie se hizo a un lado, no se abrieron y tampoco nosotros. Brinca uno de ellos y brinca uno de nosotros. Se miran con rotundo reto y se dan los golpes de inmediato entre el negro de 1.66 de altura, contra el 1.80 del cadete. La golpiza es fenomenal y el pasillo de estar solo, vacío sin un alma se llena de una gran cantidad de mirones que echan porras al chaparro, greñudo y bailarín. Mientras tanto el Vivís y el Tony contienen a los otros dos cadetes diciendo que es un tiro derecho, que no se metan si no, se la verían con ellos. Era espectacular ver como el cadete arrastraba de las greñas  al Negro. De una manera impensable éste iba a donde iban sus brazos y parecía un baile no parecía un pleito. El público coreaba la pelea como si fueran las luchas comerciales de la arena México. Como todo era un gran show llegaron al punto máximo en donde entraron a una tienda de ropa exclusiva de vestidos de novias y continuaba la pelea de tal forma que caían los vestidos, los maniquíes y las dependientas salían espantadas gritando y pidiendo ayuda a la policía. Repentinamente el Negro da un giro, logra zafarse de las manos del uniformado y conecta varios golpes que noquean al cadete. Éste cae entre los vestidos de novia y el Negro lo envuelve quedando el militar vestido de blanco. Los otros dos cadetes estuvieron a punto de sacar sus sables para ayudar a su compañero, pero el  Vivís y el Tony no lo permitieron con sus miradas e impulsos inmediatos para responderles a los madrazos. Con tanto público viendo fue imposible separar a los peleadores o que intervinieran en el pleito. La triada se apresuró saliendo rapidísimo,  ya que en esos momentos llegaba la policía. La pelea fue un rotundo recuerdo de carcajadas cuando la recordaban los varones del I.C.U. fuera de la escuela en la cotidianidad.           


“La triada”
Adolfo Méndez Quijano 1.70 blanco de complexión fuerte alias el “Vivis” estudio en la primaria del Latino Mexicano, en la Colonia del Valle en la calle de Nicolás San Juan. Origen en la docencia del maestro Guillermo Topete Altamirano. En este espacio educativo recuerdo los encuentros del futbolito BIMBO (1967)  que se televisaban, era una época pasada maravillosa en los múltiples juegos de los niños. El “Vivis” era todo un deportista, joven y muy fuerte que llegó a representar al equipo de futbol americano de las Águilas que entrenaban por esos años (1978 frente al restaurante el Mamucas)  frente al parque de los Viveros en Coyoacán, en donde a mediados de los 60´s se proyectó e instaló el Instituto Centro Unión. Hoy ya no existe ni la escuela ni el restauran.

Antonio Milán Sifuentes (q.e.p.d.) “Tony” apiñonado de 1.75 blanco de complexión fuerte estudio en el Centro Universitario México y jugo futbol americano para el equipo Gamos de esa institución educativa. Él murió muy joven cuando la triada era inseparable y murió porque él así lo decidió. Un día recibe la noticia que en una pierna tiene cáncer y lo tienen que operar o sea que se la tienen que cortar, el nos dijo un día, no muchachos prefiero morirme a que me quiten mi pierna y así fue no dejo que se la amputaran y murió a la edad de 17 años.

Fernando Emilio Saavedra Palma “El Negro” de 1.66 moreno de complexión fuerte estudio en el Instituto Canadiense de México y jugo futbol americano para el equipo de Águilas. Su hermano mayor “El Willy”  estudio en el Latino Mexicano en 1963 y fue quien lo llevo al Instituto Centro Unión con papi Topete como le decían sus alumnos de esa generación. Y fue el único que estudio los tres años de secundaria y los tres años de preparatoria. El “Negro” es quien le da vida a este mundo de la literatura como poeta, escritor e ilustrador. Recordándolos con todo respeto a estos dos ex compañeros.

QUEMADOS.

Adentro de la escuela todos veíamos nuestra alberca que había dado vida a muchas películas en los años 60´s en donde se podía ver a Enrique Guzmán, Iran Eory, Viruta y Capulina o los guiones del genio Roberto Gómez Bolaños.

La alberca cuando estaba llena era ocupada por algunos  estudiantes, era una  minoría. Teníamos un pequeño vestidor de tres por tres, a unos cinco metros de distancia de la alberca en donde los hombres se cambiaban para nadar a lo mucho veinte minutos tiempo del recreo. Normalmente la alberca estaba con el agua fría muy limpia y lista para usarse en los días de primavera. Pocas, muy pocas mujeres nadaban en ella. La demás temporada del año  se mantenía vacía y era formidable porque dentro de ella  se jugaba a los quemados. El juego de los quemados se jugaba con una pelota de goma de tlapalería de moda en  esos años y, usábamos la más grande que dolía bastante cuando te pegaban y el enorme moretón al día siguiente te lo recordaba. La triada era invencible.  En una ocasión jugaba la triada que  estaba compuesta por dos compañeros de primero y uno de segundo de secundaria contra los tres de tercero. Muy disparejo a la vista, pero el día llegó, se traían ganas y había durado todo el primer recreo. Para el segundo descanso todos estaban engallados la única forma de sacarlos era con un buen golpetazo acertado con la pelota. De esta forma la triada acordó sacarlos y así fue el primer pelotazo, se le dio al más grande en la cara, inmediatamente al segundo y al tercer pelotazo ya no quiso seguir jugando. De esta forma los de primero eran los ganadores de los quemados en el Centro Unión.


LA PELEA EN LOS VESTIDORES.

Los quemados habían terminado y el Negro se sentó en el fondo de la alberca a descansar; el Vivís y Tony salieron a la cooperativa por los refrescos. Un compañero de tercero se acercó y desde la parte de arriba de la alberca le tiró un escupitajo que todos vieron como le cayó en la cabeza al Negro. Nadie rio, hubo un silencio absoluto, todos estaban a la expectativa. En menos de un minuto el peso del gargajo se hizo sentir en el pelo del Negro y en el cuero cabelludo. Éste se rasco y descubrió que lo habían escupido. Tranquilamente se incorporó y les preguntó a todos los de arriba ¿qué quién se había osado a escupirlo? Flanqueado por dos personajes de la escuela con fama de golpeadores y calambres estaba al centro un hijo de un político que siempre llegaba con guaruras armados en sobaqueras  y automóviles de primer mundo. Por supuesto el dinero y el poder no eran su preocupación.  Era fuerte, dicen que estudió Karate o box de tal forma que tenía todo a su favor para amedrentar a uno de los ganadores de los quemados.
“Yo fui y que pedo cabrón”-contestó- jugaba entre sus manos con una pequeña navaja que se la enseñaba al Negro, ¿Quieres que te rompa la madre? le dijo.
Todos con las acciones en silencio se enteraban excepto el Vivís y el Tony que estaban comprando los refrescos para calmar la sed.  ¡Claro! respondió el negro con calma, “mañana nos damos un tiro en los vestidores” (lugar muy pequeñito). Todos los gallos finos de pelea estaban listos para el gran espectáculo y los más cabrones eran los únicos invitados. De un día para el otro se corrió la voz y el día era esperado. El Negro con su triada eran los invitados y, muchos de ellos ya habían sido cacheteados por estos tres personajes de los golpes escolares, así que era un pleito entre dos gallos finos y todos hacían sus apuestas ¿quién ganara?...
El día llegó, todos en el primer descanso se fueron a los vestidores (un cuartito de tres por tres) en donde estaba lleno de cabrones, toda la plana mayor. Los más cabrones de la secundaria, de hecho se saco a algunos chismosos que seguramente irían a decirle al maestro Topete. Era un enfrentamiento cuerpo a cuerpo, el Negro se quitó la camisa y empezó el pleito. Cayeron ambos y se revolcaron durante cinco minutos sin ganancia para ningún bando, hasta que el Negro empezó a golpear la cabeza del rival con el puño cerrado sin nudillos a la cara para no sangrarlo. Tales golpes funcionaron quedó descontado a largo plazo. Todos vieron el pleito sin gritar y en gran silencio reconocieron el triunfo del estudiante de segundo contra el de tercero. No hubo sangre, ni la dirección se enteró, todo quedo en la hermandad del Centro Unión.
El Vivís y el Tony que eran de primero de secundaría reían como siempre, y decían: el Negro es un cabrón da unos putazotes que no te sacan sangre pero como te apendejan.


EL CORAZON DE FERNANDO.

No es lo mismo “peleonero” que “madreador” o ejecutor. Eso no se comprendía en la secundaría de los años 70´s en el Instituto Centro Unión.
Decían nuestros  mayores: “has fama y échate a dormir”, realmente eso de la fama a mí nunca me ha gustado siempre he guardado silencio. Todo lo vivido y lo pensado pero este pensamiento es muy cierto, las voces del silencio corren por los hechos que uno ha hecho, fui muy bueno para las trompadas.  Y en la adolescencia la triada en donde “uno hace la mano y el otro hace la tras” juego muy aventurero y temerario en la tercia de cabrones que éramos en esa niñez de adolescencia que fue genial e inolvidable.

Me encontraba en la tienda de la esquina solo, como siempre degustando un cigarro y listo a tomar un refresco, cuando llega Fernando y me comenta: “oye tocayito fíjate que te quiero platicar algo pero no sé por dónde empezar”. Yo como soy algo guasón intenté que me lo platicara rápido, pero Fernando con sus trece años no lo hacía y le costaba trabajo comentarme su problema. En segundos Fernando se abrió la camisa y me dejó ver su pecho con una cicatriz de 15 cm. realmente me quedé sorprendido. Había sido  operado del corazón. “No le tengo miedo a ninguno de esos malandrines, pero tocayito no me puedo pelear  tu comprendes”. -¡Claro! tocayito no te preocupes yo me encargo de ellos pero dime quienes son-. Los tocayos arreglaron todo en silencio, en silencio de varones. Para mí fue una acción muy valiente por parte de Fernando por el simple hecho de querer enfrentarlos y no poder por su operación, al igual que pedir mi apoyo.
Al tercer día nos encontramos en el mismo lugar en la tiendita: “hola tocayito” ¿como estas?, bien tocayo ya platiqué con ellos y no te van a volver a molestar, te lo aseguro y confía en mi palabra. Y así fue mi tocayo nunca más fue molestado.
Fernando por siempre me hizo pensar en lo que es un hombre valiente e inteligente como él.

Treinta años después salía de una importante compañía de seguros en Polanco en la Ciudad de México, cuando escuche un grito desde el otro lado del elevador: “tocayo”, “tocayito” ¡hola! ¡Aquí!  ¿Como estas? -era Fernando la máxima autoridad en el ramo de seguros de vida de la compañía-
Sonreímos a ritmo de un solo corazón, cuando nos dimos un abrazo le comentó a uno de sus compañeros de trabajo, “él me defendía en la secundaría de los golpeadores del colegio”.      



LAS MEJORES PELEAS LAS QUE MAS NOS ENSEÑARON.

A diario se organizaban las peleas entre los compañeros afuera de la escuela. Era un argot cotidiano por la hiperactividad de todos los estudiantes inquietos de esa generación por esos tiempos. Adentro en la escuela siempre había mal entendidos entre los estudiantes como siempre  y se retaban para verse a la salida en diferentes lugares o en el tan conocido callejón del aguacate. A veces apostábamos en la triada un peso a ver quien ganaría la pelea y los que no sabían pelear eran los que nos daban las mejores lecciones de coraje precisamente por no conocerse y entrenar para pelear. Sacaban el coraje algunos compañeros, los aventaban por la espalda para que se animaran a darse algunos puñetazos, tanto a uno  como al otro. Les ponían la mano atravesada a ver quien escupía primero, en el momento que se escupía se quitaba la mano y le caía el escupitajo a la cara de uno de ellos dándole motivo a que se iniciara la pelea. Lo importante de estas peleas es que ellos los novatos aprendían a pelearse entre ellos a su nivel nunca pasándose de vivos con ellos en golpizas que los dañaran de verdad. Sacaban la hombría y por supuesto también existían los que no podían pelear porque se hacían pipi. Las verdaderas peleas de los que metían las manos no duraban ni un minuto y estas peleas no estaban a la vista de todos los escolapios.                       


EL MIRA-NUBES

Todos los alumnos que llegábamos al ICU éramos de un altísimo porcentaje difíciles. Pero “el mira-nubes” era único, todo un personaje. En mi caso, yo tenía una buena amistad con él y en ocasiones lo defendía por sus peticiones cuando eran muchos sus rivales. Los demás compañeros lo molestaban pero él con su gran personalidad los enfrentaba a todos siempre iba muy echado  para adelante. Se le decía “el mira-nubes” por solo  ver hacia el cielo, el cuello lo tenía en un ángulo de cuarenta y cinco grados mirando hacia las nubes  y sus ojos los fijaba hacia abajo. Andaba por toda la escuela en esa posición siempre hiperactivo brincando de un lado para otro y llevándose con todos muy pesado, muchos compañeros le hacían bullyng y el respondía hasta los golpes, no era raro verlo pelear a diario o enfrentando a varios latosos y traviesos compañeros a la vez. En una ocasión si no me encuentro presenciando la acción de lo que acontecía pudo darse una tragedia.  Habían salido todos de la escuela y estaban unos cuantos compañeros y el mira-nubes, jugando yo  pienso que a “Zovek” un personaje escapista de los años 70´s que el mira-nubes lo emulaba. Lo metieron a un casillero y lo echaron a la alberca, ésta estaba casi vacía pero lo suficiente para ahogarlo. Pienso que al aventarlo a la alberca ellos creyeron que no pasaría nada. Yo me regrese al salón a recoger un libro y al ver tremenda estupidez les grité a todos, pero ya era muy tarde lo habían arrojado a la alberca el mira-nubes caía a toda velocidad.
El casillero cayó  con la puerta hacia abajo y el agua rápidamente lo cubrió,  seguramente se habría ahogado. En ese instante me arrojé a la alberca y traté de levantar el casillero pero no podía, el agua rápidamente se metió y el peso me  ganaba. Al verme angustiado les grité a todos y los amenacé al grado que se aventaron cuatro de ellos para ayudarme. Los demás veían. Con gran esfuerzo paramos y sacamos el casillero, salía agua por todos lados. Abrimos la puerta y salió “el mira-nubes” brincando con una gran sonrisa, y felicidad corriendo por toda la escuela. Todos los compañeros me vieron sonrieron y los volví amenazar en silencio. “El mira-nubes” se incorporó a la mayoría de los alumnos del Centro Unión mientras estudió los años que le correspondieron. Después de muchos años me encontré al “mira-nubes” por la calle, ya como todo un señor abogado.           




ILUSTRACION ELABORADA POR: Fernando Emilio Saavedra Palma.
GAITAN EL REY DE COYOACAN
Autor: Fernando Emilio Saavedra  Palma.
Para: Gaitán.

Dormir dentro de un auto viejo
en la calle de Ayuntamiento

Decir discursos políticos en Av. Coyoacán
en la esquina de la empresa Pedro Domecq

Él se Informaba  en los puestos de periódicos
observando  cada periódico detenidamente

La audiencia: eran jóvenes de secundaria 
y preparatoria, del Instituto Centro Unión

Indigente documentado en la cultura del país
disonante, cantante en compañía de nuestras guitarras


Declamando con su voz potente día tras día,
 noche tras noche
Asistió al congal con nosotros pidiendo monedas y amor a las cortesanas

Destapando una y mil cañerías con risas inigualables…
Gaitán el Rey de Coyoacán negociante, financiero de éxitos pequeños

Socio económico de la calle con adolescentes ávidos de búsquedas imparables e impensables…Maestro del discurso atinado callejero

Gladiador  aplanacalles amigo de ratones, gatos y señuelos… Señores.

En 1974 vivía Gaitán el Rey de Coyoacán.

NOTA: Gaitán el rey de Coyoacán apareció en Televisa en el programa de Guillermo Ocho en audiencia nacional en una entrevista.


ILUSTRACION elaborada por: Fernando Emilio Saavedra Palma.

LAS BANQUETAS LAS CALLES…

Las banquetas las calles me llaman
las calles me gritan
el cemento y el asfalto me observa
me echan porras para andar.

Sus múltiples arcanos
me enseñan la lectura del conocimiento
pragmático, dogmatico de fuerza
entre el calor y el frío.

Entre el sol
entre la luna
recordando a Buñuel en los olvidados
y viviendo la evolución callejera.
Las calles de los 70´s
fueron alimento cotidiano
de conciencia en el vivir
de jóvenes adrenalínicos aventureros.

Las banquetas, las calles
nos aventaron a jugar un tiempo sin tiempo
en el urbano dolor de sobrevivir
un “Negro” solo aislado en su recuerdo.


ILUSTRACION ELABORADA POR: Fernando Emilio Saavedra Palma.
EL KING-KONG

Llego al centro nocturno King-Kong invitado por una dama madura para acompañarla a bailar. Al entrar hay mucha gente no se puede pasar, sin embargo en la adolescencia todo se nos hace fácil y entre tanta gente podemos entrar con nuestras amistades correspondientes. Este era un lugar en el Centro de la Ciudad de México al lado del Teatro Blanquita (finales de los 70´s principios de los 80´s)  en donde había música en vivo con orquestas, cantantes como: Celio González, artistas como Pilar Pellicer, o el personaje de la Corcho-lata (personaje de las ficheras del Cine Mexicano)  actuando en vivo  Doña Carmen Salinas. Ahí me encontraba a altas horas de la noche, cuando decidí ir al baño. Y a la entrada estaban arreglando un problema de sonido de equipo y alumbrado eléctrico cuando miro a uno de mis maestros del Instituto Centro Unión. Rápido el me miró y me increpó con voz fuerte: ¡¡Saavedra tu qué haces aquí!! En fracciones de segundos le contesté: ¡NO! ¡No! ¡no! ¡no! ¿Usted que hace aquí?…Reímos y soltamos una carcajada de complicidad. Soy el ingeniero responsable de este lugar en el sonido y la electricidad.    

Fotografía del álbum de: Fernando Emilio Saavedra Palma.
LAS REINAS-DAMAS DEL I.C.U.
Mujeres siempre hermosas que dan vida a todas las actividades humanas con su belleza natural y ese alumbramiento en la adolescencia es magnífico.
Todas ellas eran de inolvidables recuerdos y entre la gama de personalidades femeninas estaban las muy hermosas, inteligentísimas, amigas inolvidables las asiduas a todas las fiestas de fines de semanas y las que por momentos nos invitaban a  hacer la tarea en sus casas.   En mi caso fui invitado a estudiar con muchas de ellas pero no lo hice sino hasta preparatoria, toda la secundaria la pasaba con la “Triada” aprendiendo de la vida y cuando me reunía a estudiar en secundaria era con Daniel que vivía en  Mixcoac  y con Eduardo que vivía en la colonia Cuauhtémoc  en México, D.F.  
Las mujeres adolescentes y preparatorianas del I.CU. eran inolvidables e invitadas por todos los personajes más raros de los colegios aledaños y ellas siempre sabían con quienes iban a salir el fin de semana. Las de secundaria se cambiaban el uniforme y se divertían con sus amigas de preparatoria. Las muy atrevidas fumaban y bailaban inolvidablemente. Hoy en el 2014  uno puede saber de ellas y son abogadas, artistas, arquitectas, doctoras y maravillosas madres de familia. Su adorable independencia en esta institución educativa las formó para ser de la generación de mujeres en nuestro país México que van transformándolo todo en silencio y, siempre con su encantadora belleza femenina sin olvidar su formación en el I.C.U. por aquellos años los 70´s, que se decretaba la música disco por todas las estaciones de radio en los automóviles y en las películas de moda.



DOS HOMBRES

Ilustración de mi esencia
inquieta y continuadora
desconocedora de sí misma.

Solo mi razón la aletarga
                cotidianamente

Ella desconoce todo
                lo pensado

Más da rienda suelta
y cuando hace acto
de presencia


Soy dos partes bien definidas
                    e incomprendidas
                            una de la otra.

Enfrentándose día a día
más en la confusión interna
                               entre ellas.

Surge la grandeza de eso
               llamado hombre.

México, D.F. 1979 Los Viveros de Coyoacán.
Instituto Centro Unión.

LAS LIBRERIAS

Las librerías en esta zona sur de la ciudad de México Distrito Federal son abundantes. Pasaba en ellas horas de pintas  solo muy solo en las lecturas constantes y en todas ellas  la preferida era la Librería de Cristal que estaba en avenida Universidad  y Coyoacán. Mi gusto por esa librería era porque tenía las mejores instalaciones para estacionar los autos, una pequeña área de cafetería y ninguna persona por la mañana que era cuando hacia mis lecturas entre todos los estantes de libros. Ahí leí mucha poesía sin recordar mucho a sus autores simplemente por el solo hecho de disfrutar esta rama literaria de la humanidad que hace latir el corazón. Estaba la librería Gandhi y el Sótano que estaban en Miguel Ángel de Quevedo, en ellas dos había mucho público a todas horas y yo prefería leer en una soledad total. Si me encaminaba a Ciudad Universitaria uno encontraba toda una gama de librerías y libreros de todo tipo, con los años vi su evolución, hasta llegar a los botaderos de libros por toda esta área de estudiantes y en Copílco el Señor Montaño que tenía un automóvil botadero librero todo un mundo de anécdotas.     


NOTA: Estas imágenes de guion son parte de varios escritos que en conjunto todos los interesados podrían contribuir en un libro de los recuerdos del Instituto Centro Unión. Todos aquellos que deseen aportar su contribución favor de mandar el material fotográfico o escrito al siguiente correo: peonaislado1@gmail.com
El guión se escribirá en su momento seleccionando el material requerido para proponerlo en el ambiente cinematográfico. Ya que las instalaciones del I.C.U. fueron de uso para varias películas mexicanas.

Estas imágenes de guion son pocas, a la gran cantidad de anécdotas que se podrían venir  en las reuniones venideras, si es que se organiza,  esta generación…Fernando Emilio Saavedra Palma.