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viernes, 18 de marzo de 2011

RAÚL SAMPERIO SÁNCHEZ

AJEDREZ EN EL METRO
FOTOGRAFÍAS TOMADAS DEL BUSCADOR DE Google.
RAÚL SAMPERIO SÁNCHEZ
Entrevista hecha por: Juan Cervera Sanchís.
Del libro Ajedrez: Pasión y Misterio.

Raúl Samperio Sánchez, vino al mundo en la colonia Narvarte, D.F., el 15 de abril de 1969. Según nos dice “el ajedrez y el Metro son su vida”. Suena extraño, pero es su verdad, Samperio Sánchez trabaja en el Sistema de Transporte Metropolitano:
        -Laboro en la Línea 3, que va y viene de Indios Verdes a Universidad, y viceversa.
Son nueve vagones los que están bajo mi responsabilidad. Durante las horas pico cada vagón llega a transportar más de 1 500 personas. ¿Sabes cuántas personas viajan diariamente en toda la red?


       -No, aunque yo soy uno de esos viajeros.
        -El Metro transporta a diario un promedio de cinco millones de personas.
        -Gracias por la información, Raúl Alberto, pero tú y yo estábamos aquí para hablar de ajedrez.
        -Llevas razón, pero hable bajo el síndrome del operador –nos aclara sonriente Samperio Sánchez-. Pregúntame lo que quieras sobre mi pasión por el ajedrez.
        -¿Cómo surge tu pasión por el ajedrez?
        -Mi papá, Raúl Samperio Otamendi, cuando yo apenas acababa de cumplir los 13 años de edad, me regaló un ajedrez de madera. Un tío me enseño los movimientos de las piezas. Recuerdo que no me enseño el movimiento del enroque y de peón al paso. Poco después mi papá me regaló un reglamento y aprendí un poco más.
        -¿Después?
        -Entre a la secundaria Miguel de Cervantes Saavedra, que se encuentra en las calles de Anaxágoras, Escuela Número 62, muy cerca de la estación del Metro Etiopía.
De ahí me mandaron un día a la Biblioteca de México, que está en Balderas, con el fin de hacer un trabajo. Allí, nada más entrar, descubrí el taller de ajedrez. Solicité información y comencé a asistir como alumno los fines de semana.
        -¿Qué aprendiste ahí?
Aprendí bastante. Los maestros son excelentes. Comencé a participar en torneos con mis compañeros y conocí a personas muy interesantes y amables. El ajedrez es una especie de llave universal que abre muchas puertas. Gracias al ajedrez conocí la Ludoteca de la Facultad de Economía y espacios consagrados al juego como la Librería Gandhi, la Casa de Lago, en Chapultepec y el Centro Cultural Martí.
        -¿Lecturas sobre aspectos del juego?
        -Muchas. Y sigo leyendo, es decir, estudiando. Sin dedicación y estudio nadie puede elevar su nivel de juego. El ajedrez es muy exigente.
        -¿Cómo le hace un operador del Metro para poder comprar libros de ajedrez, que no son baratos, y estudiarlos?
Ya  te puedes imaginar: con mucho sacrificio y robándole tiempo al tiempo y horas al sueño, pero gracias a ello mantengo mi mente muy ágil y mi voluntad muy firme. La disciplina, en todo, es fundamental.
        -¿Qué tal tu nivel de juego?
        -No voy a presumirte. En esto del ajedrez no hay manera de presumir verbalmente, sino ante el tablero y en orden al contundente e indiscutible jaque mate. Mi nivel de juego es variable, pero siempre me propongo dar batalla. El ajedrez, aunque los jugadores pueden optar por hacer tablas, es determinante. Está hecho para ganar o perder y, si ganar es un gozo, perder es una lección que uno debe aprovechar. Además sirve, por lo menos a mí, para relajarme y paliar presiones y problemas de otro tipo.
              -¿Es una evasión el ajedrez para el jugador medio?
        -Una evasión no, sí un descanso y, hasta cierto punto, un consuelo. También ayuda a solucionar, con la mente más firme y más clara, los problemas. El ajedrez agiliza las neuronas y, bueno, es una gran diversión. Aspiro a convertirme en un jugador fuerte. Es por eso que no dejo de estudiar.
        -¿Lecturas recientes?
      
Ricardo Reti
       -Acabo de releer con mucha calma y análisis a Richar Reti Master of the Chess Board, Maestros del tablero, así como las partidas de Capablanca y la leyenda de Sissá que todos conocemos. Yo asocio el ajedrez con personas de cierto refinamiento intelectual y cultural, aunque es un juego accesible a todo el mundo, al margen de su condición social e intelectual.
        -Hablando del Metro, ¿hay interés entre sus empleados por el ajedrez?
        -Sí hay interés entre algunos empleados. Hace poco organicé un torneo en los talleres en el que yo no participé como jugador, y aunque ahí el ambiente imperante es más bien rudo y el interés de la mayoría se inclina más bien por un torneo de box o futbol logré una buena participación. Primero que nada les di una charla respecto a lo importante que es para todo ser humano el ejercicio mental y el desarrollo de la inteligencia y lo efectivo que es el juego de ajedrez, con su gran carga lógica para ello. Espero continuar con esos torneos dentro del ámbito de los empleados del Sistema de Transporte Colectivo Metropolitano. En estos momentos los elementos de transportación participan en un torneo en las instalaciones de Indios Verdes. Desafortunadamente estos torneos de ajedrez no tienen mucha difusión, pero ahí están, aunque son jugadores de cuarta fuerza. Estoy, por otra parte, gestionando con el Sindicato la creación del Taller de Ajedrez del Metro y espero sacar nuestro campeón para enfrentarlo con los de otras instituciones, como el ISSSTE, Bancos, Comisión Federal de Electricidad, Petróleos…
        -Estupendo. Que tus proyectos se cumplan.     

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