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sábado, 20 de octubre de 2018

AJEDREZ PRIMARIA EL JUEGO MILENARIO. “CUENTOS DE AJEDREZ EN ESCUINAPA” CUENTO CORTO RODOLFO FURIÓ TORRES. Autor: Fernando Emilio Saavedra Palma. Para: Elena Ortega.

  ILUSTRACIÓN POR: Fernando Emilio Saavedra Palma.
 AJEDREZ PRIMARIA  EL JUEGO MILENARIO.
“CUENTOS DE AJEDREZ EN ESCUINAPA”
CUENTO CORTO RODOLFO FURIÓ TORRES.
Autor: Fernando Emilio Saavedra Palma.
Para: Elena Ortega.

Escuinapa acalorada por siempre, está en el sur de Sinaloa, tiene mucha vida gastronómica de la región; camarones, Tiztihuil, tamales barbones, mangos o  el postre con la exquisita ciruela negra, sin olvidar sus aguas de todos los sabores habidos y tal vez por haber,  o los helados refrescantes por las tardes con la familia. En este paraíso del calor (casi todo el año), con su gente que es demasiado comunicativa, ahí damos clases de ajedrez pedagógico a los infantes de dos instituciones educativas: el Colegio el Molino y el Colegio la Paz, nuestros alumnos en su mayoría son encantadores y con características totalmente diferentes entre todos ellos.  Esta formación cultural escuinpense logra hacer de los alumnos tanto niñas, como niños, seres comunicativos y felices en sus juegos en el patio de la escuela, con demasiado calor y corriendo tras la pelota de futbol o de baloncesto. En ese mar educativo llegó a nuestro taller de ajedrez Rodolfo Furió Torres, un niño serio, con una sonrisa elegante cuando ríe y por supuesto no de todo ríe, como todos los niños aprendió como se colocan la piezas y como se mueven, lo elemental del ajedrez. Sin embargo su pequeña personalidad muestra atención al juego, normalmente llega con algunos juguetes de plástico, “el hombre araña”, “el Capitán América”, “Batman”, “Pantera Negra”, “Hulk”, “Iro Man”, algún dinosaurio Rex, una nave espacial, un avión y demás. Él, los deja al lado del tablero de ajedrez mientras juega dos partidas de blitz de un minuto y luego juega una partida en la modalidad clásica. Posteriormente juegan en el tablero gigante para aprender el lenguaje algebraico o patean un balón de futbol, o usan uno de basquetbol para sacar energía un ratito y luego llegar otra vez a practicar al tablero de ajedrez. Muchos de estos pequeños lo tienen que hacer, por ejemplo en el grupo de Rodolfo lo hacen Franco, Emmanuel, Scarleth, Marcelita y Diego, pequeños inquietos o hiper-activos depende el caso. Rodolfo desde un principio puede estar quieto jugando ajedrez en un tablero normal. En ocasiones los compañeritos llevan otros juguetes que ellos quieren compartir en el taller de ajedrez y otro pequeñito lleva palillos chinos, dominó, jenga, y hasta algún pequeño rompecabezas,  diferentes juegos de mesa. Más el ajedrez es el rey de los juegos, es el único que no permite el azar, sin embargo a esa edad en donde están aprendiendo a jugarlo se cometen muchos errores que con los años de práctica los van perfeccionando. Lo preciso del juego es que a todos los infantes, el ajedrez les desarrolla la concentración cada vez que lo practican, habilidad que los ayuda primero a controlar las emociones, aumentan la seguridad y confianza en sí mismos, con la guía de un maestro especializado en el taller y así con mayor facilidad desarrollar las cualidades del niño.     

 AJEDREZ EL JUEGO MILENARIO.
“CUENTO CORTO DE RODOLFO FURIÓ TORRES”.

Había una vez un Colegio llamado “el Molino” en Escuinapa Sinaloa México, donde un niño llamado Rodolfo llegó al taller sabatino encontrando un paraíso ajedrecístico. Le gusta colocar todos los tableros del taller antes de que lleguen todos sus compañeros. Los deja bien ordenados como son para él, las caricaturas de los superhéroes, con esa constancia aprendió rápidamente a colocar las piezas del ajedrez. Rodolfo siempre llega primero y le da tiempo de platicar conmigo o con las instructoras María Concepción Véjar y Regina.

Su imaginación es enorme, logra una gran empatía con todos nosotros, mira a los peones del tablero como si fueran niños y en más de una ocasión  presenta a sus juguetes con la reina o el rey del tablero de ajedrez.

-¿Hola alfil cómo estás?
-“Te presento al hombre araña”.

Rodolfo hace el recorrido con los movimientos de las piezas; “Superman” aprende a moverse como torre, “Hulk” como el rey, la “Mujer Maravilla” se mueve como la reina, así va presentando el juego milenario a todos los héroes, uno a uno. ¡Es genial Rodolfo! Se vuelve un instructor básico dando clases, él toma a las damas con delicadeza colocándolas en su casilla, en el color indicado la dama blanca casilla d1 y la dama negra en la casilla d8, si algún compañerito nuevo no sabe cómo colocar las piezas, él le explica con su propio método, con su lenguaje infantil, es todo un caballero, bien educado, puede ganar una partida y te lo dice en un tono tranquilo: “maestro ya gané”, el juego para él es concentración total y lo disfruta. Es un cuento del cuento infantil con su mente creativa y real en el taller de ajedrez.

Aprendiendo ajedrez clásico con Rodolfo (sin reloj):

-Se mueve e4 y “Jurasik Park” es definitivo con “Blue”.
-Le contestan e5
-Mueve el alfil y dice que tiene la fuerza de “Hulk”
-Le contestan con el movimiento de peón.
-“Los aviones y los soldados” están listos, mueve el caballo…

Rodolfo cierra los ojos y coloca la cabeza en sus brazos al terminar la partida.
¿Qué pasó Rodolfo?
“Estoy soñando que comí espagueti y al terminar de postre me como un helado de chocolate riquísimo”.

Rodolfo es increíble, le va al Barcelona y al mimo tiempo al Real Madrid, dice que duerme poco. Le gusta el video juegos Fifa 18 y el mar de las playas, también caminar por la Plazuela Corona en Escuinapa. Le gusta usar tenis y también el base bol y le va a los Venados, pero le fascina el juego de los quemados.

Rodolfo es serio, encantadoramente serio.
“Me gustan las matemáticas, leer el Gato con Botas, aprender ajedrez en el tablero gigante jugando con Franco o Mario y no hacer las cosas mal. De mi salón mi mejor amigo es Alex y mi amiga es Scarleth”.

Rodolfo disfruta la vida, estudia, le gusta jugar mucho y cada día hace un cuento en su imaginación, nunca dejando de ser un pequeño serio y todo lo enfrenta a su estilo: “como un peón sin dar un paso atrás” y, por supuesto está jugando también al ajedrez. Un cuento que podrá jugar toda su vida.  Y colorín colorado, este cuento no se ha acabado.






    

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