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miércoles, 19 de enero de 2011

ÓSCAR ROEMER BUCHWALD

     FOTOGRAFÍA TOMADA DEL BUSCADOR Google.
ÓSCAR ROEMER BUCHWALD
Entrevista hecha por: Juan Cervera Sanchís
Del libro inédito Ajedrez: Pasión y Misterio.

El arquitecto Óscar Roemer Buchwald, quién se presenta rápidamente a aclararnos que su segundo apellido significa en alemán, bosque de libros, es un austríaco-alemán- mexicano, nacido el 16 de agosto de 1933 a orillas del Danubio, concretamente en Viena. Desembarcó en el puerto de Veracruz siendo un niño de 4 años de edad. Nos cuenta:
        -Nos recibió Diego Rivera, que hablaba perfectamente el alemán y conocía muy bien la trayectoria musical como director de orquesta de mi padre: Ernesto Roemer. Él lo recomendó a don Emilio Azcarrága Vidaurreta, por lo que a la semana de estar en México comenzó a trabajar en la XEW en el único programa de música en vivo que ha habido en la radio en México. Habló del año de 1938.
        -Arquitecto, íbamos a hablar de ajedrez, una des us grandes pasiones, y ya casi nos olvidamos de él.
        -Nada de eso. Le diré que Diego Rivera jugaba muy bien ajedrez. Para entrar en el tema.
        -¿Acaso él fue quién lo inició en el juego?
        -No. Quién me inicio en el juego fue André Simone, quién vivía en México por aquellos entonces.
        -¿Cree usted que la vida tenga algún parecido con el ajedrez?
        -La vida es muy similar al ajedrez. El ajedrez es una copia de la vida. Estrategia, táctica…Y ya sabemos que un error táctico es el fin de la vida y del ajedrez.
        -¿Qué más le dice o ve en el ajedrez?
        -Le recomiendo el libro de Ruben Fine, psicólogo freudiano, que se titula La psicología del jugador del ajedrez, para que sacie parte de su curiosidad. Desde el enfoque freudiano, en pocas palabras, el padre es atacado y el juego se acaba antes de su muerte.
         -Tenemos entendido que además de su pasión por el ajedrez se apasiona también por el tango. ¿Qué hay de cierto?
        -Cierto, doy clases de baile argentino, de tango.
        -¿Qué puede haber de parecido entre Carlos Gardel y José Raúl Capablanca?
        -Lo parecido es que el tango es el ajedrez de los bailes populares, pues requiere inteligencia, razonamiento y preparación recia. O sea: no se puede jugar ajedrez sin conocerlo, es decir, sin una preparación.
        -¿Qué case de jugador de ajedrez es usted?
        -Uno muy obsesivo.
       

        -Sirven de algo la obsesión y el ajedrez en este mundo tan perfecto al imperfecto ser humano?
        -Sí, el ajedrez, además de ser un entretenimiento sano que requiere de una concentración absoluta, es al mismo tiempo y fundamentalmente, una terapia curativa que sustituye al psicoanálisis. Todos los que jugamos ajedrez tenemos problemas y utilizamos el juego como terapia. Por su parte la obsesión se debe a que durante el juego se producen en el jugador cambios químicos internos y una mayor producción de serotonina y eso es lo mismo que producen drogas como la cocaína y no el opio: el opio te duerme, la cocaína te acelera.
Esto viene a cuento porque el ajedrez es una suerte de anfetamina, por lo cual los ajedrecistas somos en cierto modo adictos a esta droga del ajedrez. Fuera de eso no tiene explicación el que dos individuos se sienten frente a frente para mover maderas si no es que estuviese resuelto el juego como una necesidad física y psíquica.
        -¿Qué santuarios, para llamarlos con exactitud, hay en México, no para los profesionales o sacerdotes del ajedrez, sino para la multitud de aficionados que lo sufren y gozan?
       -El más importante santuario que hay en el D.F. es la librería Gandhi cuyo dueño es don Mauricio Achar (q.d.e.p.). Hay que decir que Achar es un espíritu artístico que ha realizado el más grande y vanguardista negocio de librerías en México.
       -¿Acaso don Mauricio hace también un gran negocio con el ajedrez?
        -No, no, nada de eso. Gana únicamente, lo que es mucho, el placer de tener su local abarrotado de la más versátil fauna de neuróticos que juegan ajedrez y se reúnen diariamente en su ya histórica cafetería.
        -Envidiable la labor de don Mauricio, ¿juegan también, en Gandhi los Maestros Internacionales o nada mas los locos del ajedrez?
        -¡Ja,ja,ja…me está usted llamando loco! Mire, por la librería Gandhi han pasado desde los aprendices a los grandes ajedrecistas mexicanos. En realidad Gandhi es la casa de los ajedrecistas de México, con la ventaja de que no están dando lata con los familiares. Créame cuando le digo que la librería Gandhi es ciertamente el santuario sagrado, el templo de los místicos del ajedrez.
        -¿Qué hay de cierto, arquitecto Roemer, de que el juego del ajedrez es similar a un orgasmo?
        -Totalmente cierto, y en esta lucha sexual sobre el tablero el jaque mate produce un orgasmo al que lo da y al que lo recibe.
       -¿Es el ajedrez en contrapartida puro humor negro?
        -El ajedrez no tiene nada de humorístico, es maniaco depresivo. Lo primero para el que gana, lo segundo para el que pierde.
       
        -¿Por qué no lo ponen como juego obligatorio en los nosocomios y de paso en las secretarias de Estado?
        -Existen hospitales donde se juega al ajedrez como elemento terapéutico y podemos mencionar aquí que entre los políticos que lo practicaron obsesivamente está Napoleón Bonaparte.
        -Arquitecto, aquí terminamos , que los demonios de ajedrez lo protejan.
        -Mejor los ángeles. Ellos también practican el juego del ajedrez y siempre han sido extraordinarios y victoriosos jugadores.
        -Así sea.
       -Sea.

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