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viernes, 3 de noviembre de 2017

RELATOS EN LA COLONIA DEL VALLE (3) MÉXICO, D.F. EX-GLORIETA DE MARISCAL SUCRE “EL QUIOSCO” (CIUDAD DE MÉXICO) Autor: Fernando Emilio Saavedra Palma. Para: Mis amigos scouts de la Colonia del Valle.

Ilustración por: Fernando Emilio Saavedra Palma.
RELATOS EN LA COLONIA DEL VALLE (3) MÉXICO, D.F.
EX-GLORIETA DE MARISCAL SUCRE “EL QUIOSCO”
(CIUDAD DE MÉXICO)
Autor: Fernando Emilio Saavedra Palma.
Para: Mis amigos scouts de la Colonia del Valle.

A mediados de los años 70, caminando, jugando por las calles en bicicleta, patines o simplemente con la pelota de plástico de futbol se recorría cuadra tras cuadra. Entre los amigos de siempre estaba Paco Ordiales que con sus pantalones cortos, tirantes, calcetines de rombos muy españolados, caminábamos buscando la diversión en cualquier calle. Desde entonces yo llegaba hasta la glorieta de Mariscal Sucre solo o acompañado a darle vueltas a la fuente o hasta llegar a insurgentes. En estos espacios ver las fuentes es formidable, se da uno un descanso simplemente viendo y escuchando el agua. Por ese tiempo andaba en los 10 años y me vestía normalmente con pantalón de mezclilla y cualquier camisa de color chillante; esos gustos eran de mi hermano el Willy, la Bola me compraba alguna camisa de vestir más serias tipo vaquero de cuadritos blancos con rojo o azules y, mi Nanis siempre me orientaba a usar pantalón de vestir tipo sastre y todo elegante. Yo tenía el gusto por las botas vaqueras y pantalones de mezclilla, así llegué a jugar futbol agitando la camisa por los aires anotando el gol y quedando con el torso desnudo para seguir buscando el gol. A esa edad nos sentíamos Pelé, Rivelino, Tostado y las siglas de los rusos se decían C.C.C.P.
Los infantes decíamos “cuidado camaradas con Pelé”, era la época  del mundial 1970 en México, de nuestro logotipo del Juanito, los maestros de la locución Don Fernando Marcos y el tan admirado Ángel Fernández. De hecho el Willy nos llevó a gritar en una euforia inolvidable al Ángel de la Independencia, todo esto un mar de energía en la juventud. Al regreso pasaba a la paletería de San José a comprar una exquisita paleta de vino con limón ¡únicas! también muchos se acordaran de ellas, o el restaurante “Los Ovnis” en la esquina de División del Norte y Nicolás San Juan a dos cuadras de ahí está el Centro Universitario México de tantos recuerdos. Aunque no estudié en esa institución tuve mucho acercamiento tanto con estudiantes, como con  maestros. Paco Ordiales estudió en el Instituto México en la calle de Amores primaria, la secundaria en la calle de Av. Popocatépetl, y la preparatoria en el Franco Español en Miguel Ángel de Quevedo.  Esta amistad me hizo asistir a muchas kermeses y fiestas de sus compañeros, yo por esos años estudiaba en el Instituto Canadiense de México.

La Glorieta de Mariscal Sucre a finales de los 70 reunía a grandes cantidades de muchachas que trabajaban en el servicio en las casas. Poco a poco fueron creciendo en cantidad hasta llegar a principios de los 80 y tener en ocasiones música para bailar los fines de semana. Yo lo recuerdo perfectamente ya que pasaba en carro y se escuchaba el sonido de la música.

Ese México era otro, el cambio con los ejes viales transformó la glorieta en una cantidad de puentes peatonales que se usan los fines de semana para caminar o correr actualmente. En el edificio alrededor de Mariscal Sucre vivía la mamá de mi amigo Agustín Ordoñana quien estudió en el Fray Juan de Zumarraga y vecino de la colonia de muchos años. En la calle de Luz Saviñón y Juan Sánchez Azcona vivió mi hermano el Willy un tiempo cuando se casó con Mary y, yo estuve viviendo con ellos un año. Ahí mismo sin saberlo vivía el Ing. Adolfo Hernández quien sería mi amigo de partidas ajedrecísticas, conociéndonos más adelante, a finales de los 80 en el “Club de Ajedrez La Cabaña”. Sobre División del Norte está la Estética Unisex “Paris” donde asistía desde pequeño y donde acude también un mundo de personalidades. Si uno sigue por la avenida encuentra otra peluquería que en los años 60  se vendían programas del Hipódromo de las Américas. En Gabriel Mancera y Ángel Urraza estaba la peluquería de don Armando (El piojo) en donde me cortaba el pelo desde niño incluso mi abuelo paterno el General se cortaba el pelo ahí.
Recordando el relato pasado  (número dos), me olvidé mencionar a Enrique Ordoñana;  por esos años vivía en López Cotilla y a Pablo Alonso que vivía en Gabriel Mancera y el hoy eje 6. Ambos asistían a los Scouts de México.
El recuerdo que tengo de ellos es patrullando parques, calles y estar en el Quiosco de Mariscal Sucre cuando era una fuente gigantesca, completa.  Después la glorieta fue dividida por la evolución de la ciudad. También llegaban todos los de Aniceto Ortega ordenandos siempre, haciendo labor social todos ahí en el Quiosco.
Mi deporte fue el futbol americano y en la Colonia del Valle jugábamos tochito el tocado y en ocasiones el tacleado sin equipo por supuesto. Ese día estábamos de pareja Jorge Ramírez, Agustín Ordoñana y yo contra Raúl el gordo, Arturo y su hermano Manuel. Jorge y yo años atrás habíamos llegado a los golpes en dos ocasiones: después de un partido de futbol soccer caliente entre Ángel Urraza contra López Cotilla, fue toda una apología boxística sin guantes. Jorge y yo quedamos desde entonces como buenos amigos (pero eso es otra historia). El partido estaba calientísimo y llegó Enrique (Kike), el hermano menor de Agustín al partido en su punto de ebullición, el gordo Raúl nos arrastraba a Jorge y a mí como chicle, nos costaba trabajo tirarlo en el pasto del camellón, repentinamente se hicieron de palabras Agustín y Raúl por Kike interviniendo y parando  el juego. De pronto, se le dejo ir Raúl a Agustín a quererlo golpear y en segundos Jorge lo detuvo por el cuello con una llave china y yo lo tacle  de frente y entre los dos lo inmovilizamos en segundos con un trabajo titánico. No era el tochito era la ira a su máximo esplendor. Agustín entró en razón y se calmó, tomó a Kike de la mano y se metió a su casa. Jorge y yo deteníamos al gordo Raúl y afortunadamente en minutos llegaron los hermanos mayores de Jorge. Cuando los vimos lo soltamos con calma y Raúl tuvo que calmarse. Tomó su balón de futbol americano y se marchó, nunca más volvimos a jugar futbol americano tacleado, en adelante jugamos tocado con unos fuertes manotazos.
        
Quiosco Francés en Mariscal Sucre.
Autor: Fernando Emilio Saavedra Palma.
Para: El Quiosco Francés recuerdos maravillosos.  

Adolescente caminante de espacios inhalo y llego al Quiosco
abro mi pensamiento escribo un poema en la Fuente de los Leones que rico
suspiro y en los años 20 Don Gustavo Antonio Martínez Michaus ambos los donó.
es Quiosco con Q o con K acepción bien escrito.

 …café “D” sueño suspiro escrito y escribo…

…eres delgadita curvilínea como el Quiosco…
…eres beso tierno en el barandal del Quiosco…  
…eres heroica novia mía encuentro en el Quiosco…
…eres Sofía, Susana, Alejandra en el Quiosco…
…eres crecimiento adolescente en el Quiosco…
…eres años pasando sin tiempo por el Quiosco…
…eres Colonia del Valle, Mariscal Sucre el Quiosco…
…eres café “D” en el Quiosco…
…eres arte en el Quiosco…
…eres ajedrez en el Quiosco…
…eres Marías en el Quiosco…
…eres Templo del Purísimo Corazón de María…
…eres recuerdos en recuerdos por el Quiosco…

El hombre caminante de espacios inhalo y llego al Quiosco
entro tomo café en diferentes cafés que miran al Quiosco
brotan a borbotones poemas en la ex-fuente de los leones de antaño
pasarán los años los tiempos de muchos sin tiempo y si llego a viejo

llegaré al Quiosco Francés en Mariscal Sucre a tomarme un café y la foto.

     Parque de Mariscal Sucre.
Fragmento de: coloniadelvalle.com.mx
El mayor símbolo de este parque y uno de los más emblemáticos de la colonia es el Kiosco
Mariscal Sucre también conocido como el "Kiosco Francés", cuya historia se remonta  
a la década de los años 20's cuando fue donado junto con la fuente de los Leones 
que se encuentra enfrente del mismo, por el señor Gustavo Antonio Martínez Michaus, 
uno de los primeros urbanizadores de la colonia, cuya familia por cierto, 
sembró los primeros árboles del parque.

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