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sábado, 13 de junio de 2020

“POESÍA MUNDO POLICÍACO” NOVELA POLÍTICO POLICÍACA XX. “EL BABY BOCADO” Y “FITO PÉREZ” Autor: Fernando Emilio Saavedra Palma.

      ILUSTRACIÓN POR: Fernando Emilio Saavedra Palma. 
“POESÍA MUNDO POLICIACO”
NOVELA POLÍTICO POLICIACA XX.
“EL BABY BOCADO” Y “FITO PÉREZ”
Autor: Fernando Emilio Saavedra Palma.

Cuando uno decide ser policía, después de una comisión donde se ve la muerte y la vida, sin saber, es como si juegas a la ruleta rusa o como la humanidad viaja al azar en el universo, solo un milagro me hace pensar diferente. Decidir con toda claridad que mi alma algún día morirá en esta profesión azulada de policía, es un trabajo que está bien desacreditado en mi país, México.
La decisión la tomé entre 1970 al 79 cuando no era conocido Juan Gabriel y empezaba a sonar “No tengo dinero” en 1971, también se escuchaba al charro de Huentitán Vicente Fernández con “Palabra de Rey”, las rockolas del centro de la Ciudad de los Palacios empezaban a sonar. Por las calles se escuchaba a Pedro Infante con “Yo soy quien soy  (y no me parezco a naiden), Javier Solís con “Silverio”, Mike Lauren con un sonido llamado la “chunchaca” cantando Mazatlán, la siempre viva Sonia López con “El Ladrón”, Leo Dan con “Mary es mi Amor” y el de mi preferencia; Roberto Jordán con “Dame una señal”.

Después de lo de Acapulco y coquetear con la muerte, resolví recoger el Marquiz del Comandante Marrano, la suerte me llegó al heredarlo sin saber, uno en la vida nunca sabe para quién trabaja. Tranquilamente me fui a chacharear la camioneta Dodge para sacar algunos pesos y poder sostenerme antes de cobrar la quincena. Por la noche me fui a la pensión, me subí al Marquiz para irme a casa de Columba que por el momento solo la habitaba gente del servicio. Me estacione en el garaje para irme a pensar y hacer un reporte que debía llevar a la jefatura de policía, al igual que el auto del Comandante, para luego solicitarlo. Después de todo lo vivido, empecé a revisar detalladamente el coche, cuando abrí la enorme cajuela me paralicé por unos minutos, estaba llena de dólares; puros billetes de alta denominación, y un portafolios con papeles personales del comandante. Con todo ese dinero podía retirarme de la policía para siempre, pero no fue así, seguí entregando mi vida a múltiples comisiones riesgosas, siempre encomendándome a la guadalupana.

Guardé el dinero en Cuernavaca, en una covacha única, elaborada con mucho cuidado; era toda de cemento armado, estaba en un lugar secreto, cerca de la bomba de agua en el jardín, imposible de encontrar.

COMISIÓN REPORTE por el oficial Baby Bocado.

El reporte en alguna parte decía: …“el comandante se bajó de mi Galaxie 500 para hablar con cuatro tipos que lo subieron a una camioneta blanca de carga,  en ese momento me bajé para ayudarlo, de repente no sé de donde salieron pero solo sentí que me golpearon la cabeza, me dejaron una enorme herida sangrando, quedé inconsciente en plena carretera, se llevaron mi automóvil y mi pistola de uso oficial”… 

Pasaron varios meses y no encontraron mi Galaxie 500, tampoco la pistola, así que actuaron de lo más normal; le dieron carpetazo al caso. Lo curioso del suceso es que nadie se preocupó por el comandante Marrano, parece ser que era un tipo despiadado; estos personajes de la vida real son los que se encargan de causar miedo a todo mundo, “por lo general no tienen amigos” y por supuesto, nadie habla de ellos. No me costó ninguna dificultad hacerme del “Marquiz negro” y algunos de los compañeros oficiales me dijeron: “ojalá tengas suerte y ese carro no este maldito como su ex-dueño”, así que lo llevé a bendecir a siete iglesias de diferentes estados del país y han sido cada una de ellas historias especiales en mi vida. Exclusivamente lo uso cuando tenemos una urgencia y se pueda soltar una balacera.
La mayoría de los policías tenemos el gusto por los automóviles, motocicletas, bicicletas y todo lo que huela a velocidad, la adrenalina es un té de sangre que nos permite vivir y descargar todas nuestras emociones para después convivir de lo más normal, con tranquilidad en la familia y la sociedad. Si, es un perfil que muchos compañeros  vamos desarrollando con la experiencia en las filas policiacas, no es como en otros países que te capacitan psicológicamente para afrontar la vida en este mundo cultural rudo, cien por ciento mexicano.     

Ciudad de México:

Ocho de la noche en Artículo 123 y Balderas. Caminando con don Antonio lo pongo al tanto de todo, con lujo de detalle.

-Don Antonio: “Ahijado no me platiques más, estoy enterado de casi todo, tengo mis informantes, ya no te preocupes. Lo que más importa en este momento es que te nombren comandante, creo podrías ser el más joven en la historia policíaca de México, hay que pedirle a todos los santos y santitos que nos apoyen; a la patrona, a los señores del dinero, a un güero y a un negro que andan pedaleando para llegar a ser el número uno en la dirección de la jefatura”.

-Baby Bocado: ¿Cual es la urgencia de que sea comandante, no me ha dicho usted que todo a su tiempo?

-Don Antonio: Como carnal predilecto del barrio, ya no necesitas meritos, es la chuleta de la raza de muégano que somos con la familia lo que queremos, todos te vamos a echar, apuntalar, no existe papelero de la calle que no te conozca y tienes que ser nuestro “Robin Hood”. Si no le quieres entrar, de una vez suelta la sopa, que ya es muy tarde pa echarse pa tras.

-Baby Bocado: No me diga eso padrino, no soy salta pa tras, no le saco al parche y vamos pa delante carnal.

-Antonio: Ya no me digas “don Antonio”, ahora estamos de igual a igual ¿Está bien carnal? En cuanto tengas la placa de comanche haremos un fiestononón, yo se que ahí te anda buscando una changuita que quiere saltar en tu mecate, ya verás que sorpresa.

Entre carnales nos seguiremos diciendo carnales, pero en la fiesta, ante la raza brava,  seguiré diciendo “Don Antonio” ¿Ya vas barrabas?      

Baby Bocado se metió a un café y se puso a escribir un poema.

UN POEMA “POESÍA POLICÍA”
Autor: “Baby Bocado”

Una comisión es la vida y la muerte de un policía
una bala desdoblada es muerte con un tiro de gracia
una golpiza son cicatrices por siempre en el alma
una medalla es un reconocimiento que se olvida.
  
El Baby Bocado decide ser un oficial del mundo policiaco
se vuelve irreverente callado ante tanto pandillerismo discreto
el tiempo lo hace comandante en silencio vivo adrenalínico
entrega todo su andar y pensamiento único en cada caso.

…quien sabe cuando actuamos por instinto…
…quien sabe cuando morimos de un dolor callado…
…quien sabe cuando dejamos a la familia sin futuro…
…quien sabe cuando el destino nos juega rudo…

Alma de día o noche mirando a las estrellas
respiraciones auxiliando la vida de boca a boca
cuerpos destrozados que uno nunca se acostumbra
inconsciencia de accidentes inolvidables lección de vida.

La poesía policía es un niño llorando sufriendo sin familia
la poesía policía es cuando un secuestrado me da la mano
la poesía policía es el compañero de comisión muerto a mi lado
la poesía policía es un agradecimiento de una mujer maltratada.

Llegando a casa un policía regala poesía regalando una sonrisa
jugar con los hijos llevándolos a la escuela
amando a la esposa por la noche en la cama
besando a la madre y recibiendo la bendición con la guadalupana.

México tiene su policía muy a su estilo
pienso que en los 70´s iba evolucionando
no fue así más con el tiempo irá cambiando
seré un policía viejo desde ahora seré viejo.

Solo escribo poesía sin el olvido del olvido
doy gracias a dios que aún sigo vivo
desdibujo imágenes fuertes sin sentido
sueño que todo fue un sueño soñado.

Las cicatrices se quedan vivas por todos lados
en el alma o físicas y luego me preguntan los nietos
ellos ríen juegan disfrutan del vivir son sin saber ajenos
son el azar de dios son fe son algo que existe y todos vivimos.

El dedo del cielo es magia de nuestro ser
es un saber sin ser que se siente al ver
es discontinuidad viva que se calma al comer
es caja de pandora cuando se ama a una mujer.
  
  
     
  
   



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